“El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad”. Albert Einstein
PRINCIPIOS Y FUTURO
Siguiendo la línea de lo comentado en la primera parte, observo que la sociedad española de los últimos años ha huido de los problemas trascendentes, ha olvidado esos principios básicos que hacen grandes a los países, la unidad, la Nación, el orgullo de la Historia, de haber sido el país en cuyos territorios nunca se ponía el sol,…
Por contra, la sociedad actual se ha ocupado de dar vida y fomentar situaciones banales y prolijas como las segmentaciones sociales que se producen con los nacionalismos y las aristocracias tribales, que defienden su singularidad por miedo a un mestizaje o por el apoyo a intereses de clase. Hemos puesto de moda dividir, en vez de sumar y sólo se es grande sumando.
Hemos confundido el ejercicio y el espíritu de la Democracia, con el apoyo a mediocres minorías sociales que ocupan determinados poderes fácticos ávidos de poder; minorías que aunque deberían asumir los derechos de la mayoría imperante, chantajean, juegan al poder dentro de las estructuras del estado histórico, camuflando sus ideas secesionistas. Deberían asumir… “que por ser minorías”, no pueden ejercer su dictadura tribal sobre la voluntad de una mayoría social, y que es esa mayoría la que diferencia a la democracias de otras formas de gobierno.
Su juego es por un lado, el chantaje político dentro de la estructura constitucional del estado, y por otro, el miedo y la coacción social dentro del territorio que consideran propio, aunque dicho territorio sea real y jurídicamente un pro-indiviso de ese algo más llamado Nación.
El concepto emergente de la palabra Nación se consolida en el siglo XIX (que algún neófito cultural que han llegado al Gobierno, desconoce como forma política del estado), es la fuente integradora de los conceptos de “identidad” y del requerimiento Liberal de un estado legítimo, que formaliza la figura nación-estado.
Un espíritu idealizado nos embargaba en la universidad en los sesenta, y era charla común intentar unificar a las naciones y establecer que para el siglo XXI, los múltiples países de mundo adoptarían una forma de gobierno integrado, un “pan-nacionalismo” o nacionalismo mundial, que como sabemos es el que intenta imponer la cultura sobre el comercio en todas las naciones de la Tierra.
Pensábamos que sería esta la forma de gobierno global que se adoptaría, respetando las nacionalidades, soñando con una búsqueda utópica de paz social, que sirviera para una redistribución más justa de los bienes frente a una demografía estimada como galopante.
Nos equivocamos, la Política ha sido más inculta, más miserable, más ciega, más partidista, y ha buscado más el interés propio de sus dirigentes ególatras, que el bien común universal, el mundo ha casi duplicado su población y las diferencias estructurales se han acentuado.
En la línea de intentar vislumbrar un futuro próximo, se hablaba en múltiples foros del “peligro amarillo”,… con miedo a una posible “revolución” que invadiese Europa. Y el tiempo ha demostrado también que nos equivocamos, y que los más de mil millones de personas existentes bajo el poder de Mao, han sido más inteligentes que Occidente, y dejando aparcada su revolución comunista, han adoptado una política de bienestar y de desarrollo económico,… de hecho son hoy, el tirón y el futuro inmediato de la economía mundial. Es un hecho que los sinsabores vividos por el pueblo chino en la oprobiosa sociedad comunista, los ha hecho conversos del sistema occidental, igual que ocurrió tras la Perestroika de Gorbachov de 1987. Eso hemos ganado en Occidente.
Por todo lo expresado y lo dejado implícito anteriormente, pienso que nuestra sociedad tiene que cambiar,… y cambiar mucho, a “mucha velocidad”, de forma urgente, para que el rápido desarrollo científico que se está produciendo, no ahogue una sociedad culturalmente retrasada, no preparada, que se está formando a un ritmo mucho más lento, y ello nos aboque a una sociedad de castas, similar a la descrita magistralmente en 1932 por Aldous Huxley, en su “Un mundo feliz”, con los Alfa, Beta, Gamma, Delta y Epsilón de una sociedad deshumanizada.
La sociedad actual debe de cargarse de valores (no sólo los económicos de siempre), y los valores sólo se obtienen a través del conocimiento. Ninguna sociedad en la historia ha sido dominante y dueña de su futuro,… sin principios y autenticidad.
Los jóvenes de hoy deben buscar en su futuro, algo más que su bienestar social o la elevación en el status que profesan. Deben buscar ser personas intemporales, “vocacionales de una cultura permanente”, algún día hablaremos del término vocación. Los universitarios en la actualidad confunden la Universidad con la obtención de un título, y no es así. Universidad es “studium o universitas”, ambición por los conocimientos culturales universales, que mueven el saber y el progreso científico del hombre en todos los órdenes.
La sociedad intelectual tiene las responsabilidades intrínsecas a ése líderazgo que ejerce y disfruta de la sociedad, y debe imponer al poder político, principios y ética, motores fundamentales en la formación de una sociedad duradera.
Los atajos publicitarios y las imágenes subliminales que venden determinados políticos de hoy, no son válidas salvo para tramposos o trileros. Por eso debemos formar a una sociedad culturalmente preparada, que masivamente rechace lo mediocre, y la compra barata de un pueblo masivo e inculto, por la trascendencia que en la Democracia tiene el voto.
Este BLOG pretende ser una puerta abierta al conocimiento y la comunicación, en la medida de lo que sea posible. Se hablará de todo. Estamos en una sociedad cambiante, cambiante segundo tras segundo (y largo me parece ese espacio de tiempo), e igual a como se producen las imágenes en un caleidoscopio, así creo que deben transmitirse las impresiones que nos ofrece un mundo en permanente transformación y pleno de hechos. Por supuesto que las ideas trasmitidas son del autor, y asumiendo errores conceptuales y otros debido a mis propias limitaciones culturales, las ideas no por ello serán menos auténticas, sinceras y vistas a través del prisma personal de quién escribe.
“Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia” .Sócrates
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