La ser humano es un mundo, formado por infinitos mundos que desconocemos todavía
JUAN ADIA
Prólogo
El CANCER y “otras” ENFERMEDADES HEREDITARIAS o generadas a lo largo de nuestra vida, son un tema muy manido, pero poco explicado, a pesar de la simpleza biológica del fenómeno dentro de la investigación del Cáncer.
El CANCER y OTRAS ENFERMEDADES que nos “pueden” o “van” afectar a lo largo de nuestra vida, son una realidad en millones de personas que lo sufren y que no saben por qué ellos han sido elegidos por el designio con esta enfermedad, incurable en muchos casos y origen de una muerte segura en unos pocos.
Recientes estudios han determinado que, en los Estados Unidos, a una de cada tres personas se le diagnosticará algún tipo de enfermedad genética en algún momento de su vida.
El cáncer, sabemos que es una de las principales causas de muerte prematura en todos los países del mundo, pero los avances tecnológicos realizados por la Biogenética a partir del estudio completado en el Proyecto Genoma Humano, cuya secuenciación del ADN fue presentada el 14 de abril de 2003, a abierto expectativas casi ilimitadas.
●¿Es el cáncer una enfermedad genética?
Sí, el cáncer es una enfermedad genética [INC].
Hay muchos tipos de cambios genéticos en nuestro ADN que conducen al cáncer.
La Genética es la rama de la biología que estudia cómo los caracteres hereditarios se transmiten de generación en generación. Los cambios genéticos que causan cáncer son hereditarios o surgen de la exposición ambiental. Los cambios genéticos también ocurren si hay errores cuando las células se mutan (mitosis) o dividen. El cáncer se puede producir a causa de los cambios y reemplazos en la mutación en los genes, que controlan la manera en que las células se forman y se multiplican.
Las células son los componentes básicos del cuerpo. Cada célula contiene una copia de los genes de la persona o ADN, que le sirve de “manual de instrucciones”.
Los científicos han descubierto cientos de cambios en el ADN y en los genes que hacen que el cáncer se forme, crezca y disemine por el organismo. Estos cambios genéticos se llaman variantes, mutaciones o alteraciones.
Sintetizando los procesos biogenéticos que se producen en el ser humano, existen múltiples cambios genéticos relacionados con el cáncer y otras enfermedades, y suceden por los siguientes motivos:
- Errores aleatorios (casuales) en el ADN durante la multiplicación de las células
- Alteraciones en el ADN debido a carcinógenos en el ambiente, tales como sustancias químicas en el humo del tabaco, polvos y similares en el ambiente, los rayos ultravioletas (UV) del sol y el virus del papiloma humano (VPH),
- Cambios en los genes que se heredan de la madre o el padre o se producen en la mutación celular.
El ADN puede modificarse por un error aleatorio o por un carcinógeno. Estos cambios aparecen en cualquier momento de la vida, incluso estando en el vientre de la madre. Aunque la mayoría de los cambios genéticos no son dañinos por sí solos, pero la acumulación de cambios genéticos a lo largo de los años, podrían hacer que las células sanas se vuelvan cancerosas. La gran mayoría de los cánceres surgen así, por casualidad, como resultado de este proceso a lo largo del tiempo.
La Genética adquiere una especial relevancia cuando estudia la transmisión de enfermedades. Del mismo modo que se hereda de padres a hijos el color de los ojos, rasgos físicos o un porcentaje (hasta un 40%) del Coeficiente Intelectual de los progenitores (fundamentalmente de la madre), también existen enfermedades que se pueden transmitir a la descendencia, en estos casos se habla de enfermedades genéticas o hereditarias. Estas enfermedades se producen porque la información para sintetizar las proteínas no es correcta y muta, por lo que la proteína que se sintetiza, no puede realizar su función de forma correcta, dando lugar al conjunto de síntomas de la enfermedad.
●¿Es hereditario el cáncer?
El cáncer en sí mismo, no se pasa de la madre o el padre a los hijos.
Tampoco son hereditarios los cambios genéticos en las células tumorales. Pero SI es posible que los cambios genéticos que aumentan el riesgo de cáncer se hereden, si ya se encuentran en el óvulo maduro o en el espermatozoide que lo fecundó.
Como ejemplo, tenemos que, si la madre o el padre transmiten una mutación en los genes estudiados BRCA1 o el BRCA2, si sabemos que el hijo o la hija corren un riesgo mucho mayor de presentar cáncer de mama o de otros tipos. Esos descubrimientos de la genética, hacen que a veces parezca que hay cáncer hereditario en una familia.
Se ha establecido que hasta en un 10 % de los casos de cáncer, son a causa de cambios genéticos heredados.
Si alguien hereda un cambio genético relacionado con el cáncer, no significa que “este” sea definitivo y que la persona tendrá cáncer. Sólo significa que tiene un aumento del riesgo de cáncer. Pero también es cierto que estamos en el umbral de estudio de la Genética, y que sólo HOY podemos afirmar lo que hasta este momento se conoce.
●¿Qué es un síndrome de cáncer familiar?
Un “síndrome de cáncer familiar”, también llamado “síndrome de cáncer hereditario”, es una enfermedad genética “rara” por la que muchos miembros de una misma familia, corren un riesgo mayor que el promedio, de tener uno o varios tipos de cáncer. Este tipo de “síndrome” lo causan las variantes genéticas heredadas que están en ciertos genes relacionados con el cáncer.
Con algunos “síndromes de cáncer familiar”, las personas suelen tener cáncer a edad temprana, unido a otros problemas de salud, que muchas veces no se relacionan con el cáncer.
Como ejemplo tenemos la poliposis adenomatosa familiar (PAF), que es un síndrome de cáncer familiar que sucede debido a ciertos cambios hereditarios en el gen APC. Por ello, es mucho más probable que las personas con PAF tengan cáncer colorrectal a una edad temprana, además del riesgo de contribuir a tener otros tipos de cáncer.
Pero no todos los cánceres que aparecen en una familia son por un síndrome de cáncer familiar.
Podría producirse el tener el mismo tipo de cáncer si los familiares comparten un mismo ambiente o tienen los mismos hábitos, como por ejemplo el de la exposición a una misma contaminación ambiental o el uso del tabaco.
Muchos familiares pueden tener un cáncer que es común en la vejez de los hombres, como es el cáncer de próstata. Es cierto que el cáncer de próstata “puede ser hereditario”.
El cáncer también puede aparecer en una familia, si las personas tienen una combinación de muchas variantes genéticas, aunque cada variante realmente sea un riesgo muy bajo de cáncer.
●¿Por qué los cambios genéticos causan cáncer?
Los cambios genéticos en el ADN llevan al cáncer, si alteran la forma en que las células se multiplican y diseminan.
La mayoría de los cambios en el ADN ocurren en los genes, que son las secciones de ADN que contienen las “instrucciones” para crear proteínas o ácido ribonucleico (ADN), como el microARN, que es el tipo de ARN que se encuentra en las células y en la sangre.
Los microARN son más pequeños que muchos otros tipos de ARN, y se pueden unir a los ARN mensajeros (ARNm) para impedirles que elaboren proteínas. Los microARN se encuentran en el estudio para el diagnóstico y el tratamiento del cáncer. También se llaman como miARN y microRNA.
Se conoce que algunos cambios en el ADN suben las concentraciones de las proteínas que “avisan” a las células para que estas se “sigan” multiplicando.
Paradójicamente otros cambios en el ADN bajan las concentraciones de las proteínas que “avisan” a las células que “dejen” de multiplicarse.
Y también se sabe que hay cambios en el ADN que frenan las proteínas que avisan a las células que se “autodestruyan” cuando están dañadas.
Los científicos piensan que, para que una célula sana se vuelva cancerosa, se necesita “más de un cambio en el ADN”.
En las personas que heredan un cambio genético relacionado con el cáncer, se necesitan menos cambios adicionales para que se forme el cáncer. Aunque quizás nunca se produzcan estos cambios o nunca en su vida tengan cáncer.
A medida que las células cancerosas se multiplican, adquieren más cambios de ADN con el tiempo. Dos células cancerosas en el mismo tumor podrían presentar diferentes cambios de ADN.
La investigación se encuentra en sus primeros pasos, dado que la “secuenciación del ADN” es tan solo de 2003.
LA FECUNDACIÓN
El inicio de la vida en los seres humanos se produce en el instante de la “singamia”, que es el acto de fusión de las células que participan en el proceso de reproducción sexual, y es pues, el “exacto instante” en el que un espermatozoide masculino penetra la membrana del ovulo femenino, que en ese instante es un “óvulo maduro receptivo”.
Al penetrar el espermatozoide en el óvulo, se producen modificaciones en la membrana exterior del mismo que imposibilitan la entrada de cualquier otro espermatozoide.
Éste es el momento en el que… se inicia UNA NUEVA VIDA.
A partir de ése “instante”, el Ovulo fertilizado inicia una “nueva vida independiente de la persona gestante”
Es muy importante que el lector “comprenda”, que, en el acto de la fecundación lo que se ”reproduce” NO es materia ni un organismo, lo que se “trasmite” es: la información genética del ADN masculino en el ADN femenino.
Es imposible reproducir la materia. Lo que se reproduce y trasmite es una información genética que… ANIMA a la materia a reproducirse y generar una nueva vida. Como cita Hernández Collado:
Se encuentra probado científicamente y no tiene discusión, que el INICIO DE LA VIDA de los seres humanos se produce, cuando tras penetrar en el óvulo femenino la cabeza del espermatozoide, se fusionan ambos NÚCLEOS, que son en los cuáles radica la carga genética del padre y de la madre, los progenitores. Cada padre contribuye con una unidad de cada pareja de sus cromosomas. Es decir, en la singamia se fusionan los 23 pares de cromosomas del padre con los 23 pares de la madre, conformando el nuevo SER VIVO, son los 46 pares de cromosomas que forman la dotación cromosomial normal de una persona, y a partir de ese instante se multiplican exponencialmente.
La mayor parte del ADN en las células se encuentra en el “núcleo” de la célula, en forma de cromosomas. Cada cromosoma está compuesto de una sola pieza de ADN que contiene millones de nucleótidos unidos a varias proteínas diferentes. Los genes situados en el cromosoma son los que determinan la semejanza al ADN heredado y siempre se encuentran en la misma ubicación dentro del mismo.
En el ser humano las combinaciones posibles se calculan matemáticamente, mediante Variaciones con Repetición de 2n (dónde n=23), es decir: 223 = 8.388.608 combinaciones + las múltiples combinaciones posibilitadas por la recombinación en el crossing-over (entrecruzamiento).
●La función del Gen
Los cromosomas del interior de nuestras células contienen una gran cantidad de información.
Se estima que los humanos tienen alrededor de 30.000 genes. Codificando cada gen para una molécula de ARN, que se puede usar de forma directa o como una guía para la producción de ciertas proteínas como la insulina.
La información en nuestras células generalmente “fluye” en el orden preestablecido del lugar donde se almacena:
Desde el (ADN) ► hacia donde se lee (ARN) ► y finalmente al producto (proteína)
El nuevo ser, hereda una información ÚNICA y NUEVA, y NO un cromosoma
integro “de cada uno” de sus progenitores,
generándose en la fusión de los ADN de los progenitores, el ADN del SER NUEVO, que marca y establece el proceso futuro
de vida de este ser.
¿QUÉ ES EL ADN?
El ADN o ácido desoxirribonucleico, es un ácido nucleico existente en el interior de las células, que contiene las instrucciones genéticas fundamentales para el desarrollo, su funcionamiento y la reproducción de los seres vivos, conteniendo también algunos virus (los virus ADN), y siendo también el responsable de la transmisión hereditaria. En los seres vivos, el ADN se presenta como una doble cadena de nucleótidos, en la que las dos hebras están unidas entre sí por unas conexiones denominadas como puentes de hidrógeno.
Esta molécula de ADN se transmite en el acto de la singamia de una generación a la siguiente.
Los seres humanos tienen células con 46 cromosomas.
Estos consisten en: 2 cromosomas que determinan su sexo (cromosomas X y Y) y 22 pares de cromosomas no sexuales (autosómicos).
Los hombres tienen "46 cromosomas XY" y las mujeres "46 cromosomas XX".
Los cromosomas se componen de hebras de información genética llamadas ADN. Cada cromosoma contiene secciones de ADN llamadas “genes”. Estos genes transportan la información necesaria para que su cuerpo produzca ciertas proteínas.
Cada par de cromosomas contiene un cromosoma de la madre y uno del padre.
Cada cromosoma en un par porta básicamente la misma información, es decir, cada par tiene los mismos genes.
Algunas veces, se producen ligeras variaciones de estos genes. Estas variaciones se presentan en menos del 1% de la secuencia de ADN. Los “genes” que tienen estas variaciones se denominan “alelos”.
●El ADN heredado de los progenitores configura el ADN del nuevo ser vivo.
Cada persona hereda el 50% de ADN de su madre, y el otro 50% de su padre. Con cada uno de nuestros abuelos compartimos aproximadamente el 25% de nuestro ADN. En caso de los hermanos, comparten aproximadamente el 50% de su ADN entre sí.
El fenómeno de recombinación genética (cuando se produce el acto de la singamia, entre el óvulo y el espermatozoide existe un intercambio de ADN), hace que la “combinación específica de genes” sea “única” para cada persona. Compartimos aproximadamente el mismo porcentaje de ADN con nuestros padres y con nuestros hermanos, pero un porcentaje menor con nuestros abuelos.
La molécula de ADN que se obtiene en el acto de la singamia, tiene como función principal el “almacenamiento” a largo plazo de la “información genética o genes”, que se contiene en los segmentos de ADN que establecen la construcción de otros componentes de las células, como son las proteínas y las moléculas de ARN. Otras secuencias de ADN tienen propósitos estructurales o toman parte en la regulación del uso de esta información genética.
●El sexo de los hijos lo determina el espermatozoide y no el óvulo.
Los cromosomas sexuales suelen ser XX para mujeres, y XY para hombres.
El óvulo y el espermatozoide tienen la mitad de la dotación cromosómica, para que cuando se produzca la fecundación el embrión tenga el material genético por duplicado. El óvulo siempre tendrá el cromosoma sexual X, mientras que el espermatozoide tendrá X o Y. En consecuencia, el que determinará si la combinación final es XX o XY es el espermatozoide.
Estudios recientes han determinado que el Coeficiente de Inteligencia (CI) del feto procede de los Cromosomas X de la madre, por su ubicación final, heredándose un 40% aproximado.
●La “heredabilidad” del CI (Coeficiente/Cociente de Inteligencia)
Entendemos la heredabilidad del CI [Coeficiente o Cociente de Inteligencia], como la proporción de varianza en un “rasgo” que es atribuible al genotipo, dentro de una población definida en un ambiente específico.
La heredabilidad mide cuánto de esa variación está causada por la genética, y los valores que obtenemos son variables a lo largo de nuestra vida, ya que confluyen directamente con los efectos ambientales, la alimentación, la educación, etc. La cifra oficial para la heredabilidad del CI según un informe por parte de la American Psychological Association, es de 0.45 para niños y se eleva alrededor de 0.75 para adolescentes y adultos.
Los genes de inteligencia se encuentran en el cromosoma X, heredado de la “madre”, y como las mujeres llevan dos, significa que los niños tienen el doble de probabilidades de tener la inteligencia de su madre.
La investigación sobre la heredabilidad del cociente intelectual indaga sobre el grado de variación del CI dentro de una población que se debe a la variación genética entre los individuos de esa población. Ha habido una gran controversia en la comunidad académica sobre la heredabilidad del CI desde que comenzó la investigación sobre el tema a finales del siglo XIX. La inteligencia en el rango normal es un rasgo poligénico, lo que significa que está influenciada por más de un gen, en este caso por al menos 500 genes. Además, explicar la similitud en el CI de personas estrechamente relacionadas requiere un estudio cuidadoso, porque los factores ambientales pueden estar correlacionados con factores genéticos.
Los primeros que se hicieron sobre “gemelos”, en individuos adultos, han hallado una heredabilidad del CI de entre el 57% y el 73%, y algunos estudios recientes muestran una heredabilidad del CI de hasta el 80%. El CI ha pasado de estar débilmente correlacionado con la genética en los niños a estar fuertemente correlacionado con la genética al final de la adolescencia y en los adultos.
La heredabilidad
del CI aumenta con la edad del niño y alcanza un máximo a los 14-16 años, manteniéndose en ese nivel hasta bien entrada la edad
adulta.
Sin embargo, se sabe que el CI en un entorno
prenatal deficiente, la malnutrición y
las enfermedades tienen efectos nocivos de por vida.
●El ADN, un polinucleótido
Desde el punto de vista químico, el ADN es un polímero de nucleótidos, es decir, es un poli-nucleótido.
Cada nucleótido, está formado por un glúcido (la desoxirribosa), la base nitrogenada formada por la Adenina >A, la Timina >T, la Guanina >G, o la Citosina>C, que son las CUATRO BASES esenciales del ADN, y un grupo Fosfato (derivado del ácido fosfórico).
Cada cadena está formada por una CADENA PRINCIPAL o esqueleto, compuesta
por moléculas de azúcar y fosfato que se unen a cada una de esas cuatro bases.
Las bases se emparejan entre ellas [A con T y G con C] para formar enlaces químicos que actúan como peldaños de una escalera. Estos peldaños son los que mantienen juntas las dos cadenas del ácido desoxirribonucleico o ADN.
La disposición secuencial de estas cuatro bases a lo largo de la cadena es la que codifica la información genética, siguiendo el siguiente criterio de complementariedad: A‑T y G‑C.
Esto se debe a que la Adenina y la Guanina son de mayor tamaño que la Timina y la Citosina, criterio que permite cumplir la UNIFORMIDAD entre las Bases.
●Replicación del ADN
La replicación del ADN sucede en la fase S del ciclo celular.
En esta fase S se replica “una copia exacta de cada cromosoma” mediante un proceso en el que intervienen un gran número de encimas. Durante esta fase la doble cadena del ADN “se deshace” e individualmente, cada una de las cadenas, sirven como molde para la producción de la cadena complementaria. Su resultado es: la generación de dos copias idénticas de material genético.
Es factible que se produzcan errores durante el proceso de la replicación, produciéndose cambios en la secuencia de los nucleótidos en los cromosomas. Si estos cambios se producen en determinados “genes”, aunque las células humanas tienen mecanismos para corregir errores de este tipo, durante este proceso se pueden alterar las “funciones” de las células y provocar la producción de genes “mutados”, que eventualmente tras la acumulación de errores en la replicación, pueden llevar al desarrollo del cáncer, que no son más que genes que han “mutado” sin atenerse al ADN.
Todas las células en división, deben de pasar por el proceso de la “replicación” del ADN.
●La epigenética
La epigenética es el estudio de los cambios en la función de los genes heredados y que no se pueden atribuir a alteraciones de la secuencia de ADN.
El término epi significa “por encima”. También se define como: “por encima de la secuencia base de ADN”.
En términos generales la podemos comparar (para comprenderlo) con los acentos de las palabras en donde el ADN sería el lenguaje y las modificaciones serían los acentos.
Las “marcas epigenéticas”, cambian la forma como se “manifiestan” los genes.
La promesa en el estudio de la epigenética es lo que nos cuenta acerca de la célula, es una manera de definir la célula de forma diferente, que si miramos simplemente los niveles de la expresión génica.
Cualquier tipo de célula que observemos tiene patrones epigenéticos especializados.
Hay dos tipos de “modificaciones”: la metilación del ADN y la modificación de las histonas.
La metilación del ADN se ve alterada en el cáncer, por lo que sí conocemos cuál es el patrón “normal” de la metilación y más tarde se observamos el patrón de metilación en un tumor, se pueden ver «los cambios que han estado teniendo lugar y cuáles son los genes a los que “afecta”».
LA CÉLULA
Los seres vivos están compuestos de células.
La célula es la estructura morfológica y la unidad funcional de “menor tamaño” que puede considerarse viva en el ser humano.
Los seres humanos tienen trillones de células que se organizan para componer estructuras más complejas como pueden ser los tejidos. Sin embargo, son las diminutas células conocidas como los organelos que están dentro de ellas, estructuras que son “aún más pequeñas”, las que “construyen” estos órganos. Son los organelos los que ayudan a las células a realizar su trabajo y están directamente implicados en el flujo de la información biológica en el interior de la célula y en la producción de la energía necesaria. Los organelos se encuentran suspendidos en un líquido con base de agua, de consistencia viscosa y el conjunto de organelos-fluido se encuentran “fuera del núcleo”, denominándose como el citoplasma.
Todas las células contienen la información genética heredada en el mismo acto de la singamia [ADN], que contiene de manera “codificada” toda su Actividad Tipificada PRESENTE Y FUTURA, asegurando en sí misma dos funciones esenciales:
► El traspaso de los “caracteres” heredados, y
► Su “reproducción”
Estructura de una célula animal típica:
1.Nucléolo-2.Núcleo-3.Ribosoma-4.Vesícula-5.Retículo endoplasmático rugoso-6.Aparato de Golgi-7.Citoesqueleto [microtúbulos]-8.Retículo endoplasmático liso-9.Mitocondria-10.Peroxisoma-11.Citoplasma-12.Lisosoma-13.Centriolo
●Madre progenitora “versus” madre gestante
Hemos anticipado al comienzo, que en el acto de la singamia lo que se reproduce NO es la materia, lo que se trasmite es: la información genética del ADN masculino + el ADN femenino, siendo el nuevo ser vivo totalmente autónomo, y hemos citado que es imposible reproducir la materia.
Para reiterar el concepto:
«NO hay “materia viva”, sólo existe “materia animada por el mensaje del ADN”, que es LA VIDA, y que REPRODUCE LA VIDA.”»
Hay en esto un gran ERROR cultural, del que levantan banderas las abortistas al hablar del derecho de la madre en DECIDIR.
La VIDA generada en el acto de la singamia es un SER INDEPENDIENTE al vientre que LO GESTA, sea el de la “madre progenitora”, o el de la “madre gestante”, y nadie tiene derecho a decidir sobre ese nuevo ser.
Tenemos un claro “ejemplo” que nos aclara esta verdad “irrefutable” biológicamente: las que conocemos como MADRES DE ALQUILER, son mujeres que inseminadas con un Ovulo fecundado clínicamente y ajeno a ellas, siendo la “función” de la madre inseminada, simplemente la de ser la “incubadora de ese ser”, proceso de incubación que ya hoy la medicina ha conseguido realizar con máquinas.
Otro ejemplo todavía más redundante sería el del primer hombre “embarazado” [gestante] en la historia de la humanidad que lo fue en 2008. Thomas Beatie, de 34 años, dio a luz a su hija en el Centro Médico St. Charles de Bend, en el estado de Oregón (EEUU). Esto viene a ratificarlo.
Esto demuestra realmente la “función biológica y los derechos” que pueden tener la mujer inseminada sobre el Ovulo fecundado, NINGUNO.
El ser humano contiene del orden de 200 tipos de células diferentes [epiteliales, adiposas, musculares, nerviosas, cartilaginosas, óseas, sanguíneas, etc.], en número aproximado de 30≈100 billones, según estatura-peso del cuerpo humano, con “temporalidades” o tiempo de vida efectiva “diferentes” en cada tipo de célula, a la de le sigue en su término un proceso de «mitosis» o división del núcleo celular y renovación de la misma, produciéndose al mismo tiempo también la «meiosis» o división del material genético del núcleo.
Las células más numerosas son los Glóbulos rojos en número de aproximado de unos 26 billones, que representan un 84 % del número de células, y que se ven incrementadas por las Plaquetas, también abundantes, y que pueden suponer el 4,9% de las células.
●La división celular: Introducción
- A través del tiempo, los miles de millones de las células que tenemos en el cuerpo, envejecen y mueren, por lo cual el organismo las tiene que reemplazar.
- Este proceso en el que cada célula se reproduce para crear dos copias idénticas a la muerta, se llama mitosis.
- Las nuevas células creadas por el proceso de la mitosis, se llaman células hijas.
- Esta división celular se produce en cuatro etapas, que son las que forman el ciclo celular.
- Las características anormales de las células cancerígenas (células reproducidas en el ciclo celular que no se ajustan a la codificación establecida en el ADN) son el producto de defectos genéticos que alteran la división celular.
●La Mitosis: el «ciclo celular»
La parte del ciclo celular más conocida es la fase M o la mitosis.
La mitosis es el proceso por el cual una sola célula se divide en dos células hijas.
La primera etapa de la mitosis es la profase, en la que la envoltura nuclear se disuelve y los cromosomas se condensan para preparar la división celular. En una división normal producen dos células con el mismo contenido genético que la célula madre, aunque en las células que se trasforman en cancerígenas, no siempre siguen esta regla. La mitosis se puede dividir en “subfases” especialmente dentro del núcleo.
Genéricamente durante el proceso o división celular, todas las células se replican periódicamente antes de su envejecimiento programado, denominado como «ciclo celular», y siguen fidedignamente las instrucciones establecidas en el ADN formado del ser. No sólo existe un número de células que se “renuevan” siguiendo el proceso establecido por la división celular o «mitosis», también cada célula tiene un número de “mutaciones” preasignado, porque como veremos, los telómeros de los cromosomas se van reduciendo en cada replicación hasta que desaparecen.
Sabemos que cada tejido tiene su propio tiempo de renovación por «mitosis».
Como ejemplos tenemos: una célula sanguínea vive en nuestro cuerpo unos 120 días antes de producirse su mitosis; en una célula epitelial se produce cada 15 días; las células que recubren el estómago tan solo duran 3 días, y según Markus Grompe, experto en células madre hepáticas de la Oregon Health & Sciente University [EE UU], las células hepáticas podrían tener un «ciclo celular» entre los 300 y 500 días. Otros tejidos contrariamente, pueden tener células con un «ciclo celular» de años y como ejemplo tenemos las células óseas del esqueleto humano, en donde la renovación del mismo se produce aproximadamente cada 10 años.
Lógicamente existe una alternancia en la mitosis de las diferentes células «de cada tipo de nuestro organismo», pero el cuerpo humano mantiene siempre un número de células similares.
También sabemos que la renovación celular que se produce «diariamente», aunque pueda parecernos muy elevada, está cifrada en un ritmo aproximado de más de 15 millones de células por “minuto”, por lo que podemos encontrarnos que la cifra diaria de células que mutan en el organismo puede ser aproximadamente de 22.000 millones cada día.
En base a estas cifras se han hecho cálculos aproximados estimándose que cada 10 años se han renovado todas las células de nuestro organismo, y «tenemos un cuerpo nuevo» pero,… con los «telómeros de los cromosomas cada vez más acortados», es decir con las células cada vez más envejecidas, lo que llegado el día nos lleva a la senilidad y la muerte.
Como hemos citado anteriormente está probado que «algunas» células al replicarse, no se someten a las instrucciones codificadas en el ADN de sus cromosomas, y crecen y se dividen y se multiplican sin control, y sin que sean destruidas por nuestro sistema inmunológico, transformándose, en suma, en células que crecen «ajenas» al ADN del organismo, es decir, se convierten en lo que denominamos células cancerosas, de las que hablaremos más adelante.
●¿Qué son los telómeros y la telomerasa? ¿por qué envejecemos?
En la década de 1950 los científicos comenzaron a comprender cómo se copiaban los genes.
Se dieron cuenta de que cuándo una célula se encuentra a punto de dividirse, las
moléculas de ADN que contienen las cuatro bases [A→C y G→T]que forman el “código
genético”, son copiadas base a base
por la enzima Polimerasa. También
observaron, que para una de las dos hebras del ADN existía el problema de que no podía ser copiado, lo que suponía un “acortamiento de los cromosomas”, cada vez que la
célula se replicaba. Esta situación es la que evitan las Telomerasas mediante su síntesis de los Telómeros.
El descubrimiento y los avances
científicos iniciales sobre los telómeros se debe a dos
científicos norteamericanos, a Hermann Joseph
Muller [1890~1967], biólogo y
genetista, al que se considera como el renovador de la Genética, recibiendo el
Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1946,
y a la investigadora Bárbara McClintock [1902~1992], citogenetísta que por sus
descubrimientos en el campo de la trasposición genética también recibió el Premio Nobel en 1983.
En la década de 1950 los científicos comenzaron a comprender cómo se copiaban los genes. Se dieron cuenta de que cuando, las moléculas de ADN que contienen las cuatro bases [A→C y G→T] que forman el código genético, son copiadas base a base por la enzima Polimerasa. Sin embargo, también observaron que para una de las dos hebras del ADN existía el problema de que no podía ser copiado, lo que suponía un acortamiento de los cromosomas cada vez que la célula se replicaba. Esta situación es la que evitan las Telomerasas mediante su síntesis de los Telómeros.
● Hacia la inmortalidad
La investigación de la Biogenética sobre los Telómeros y la Telomerasa ha llevado a comprender que el secreto de la “longevidad del ser humano”, se encuentra en que los telómeros, situados en los extremos de los Cromosomas (ver imagen), desde donde se extienden las dos hebras del ADN. Al proceder la célula a su “mitosis” o proceso por el cual una sola célula se divide en dos células hijas, pierden cada vez más la longitud del telómero, acercándonos en cada mutación al envejecimiento-muerte de la célula, y con ello al fallecimiento.
El secreto de acercarnos
a la inmortalidad parece que se encuentra en la no-destrucción o
acortamiento de los telómeros.
Han sido las investigaciones realizadas por Elizabeth H. Blackburn [1948] Bioquímica, Carol W. Greider [1961] Bioquímica y Jack W. Szostak [1965] Biólogo molecular, han revolucionado este campo de la Medicina, por lo que recibieron el Premio Nobel en Fisiología y Medicina en 2009, en base a:
«Sus descubrimientos relativos a la enzima telomerasa, protectora de los cromosomas humanos contra el envejecimiento»
Sus descubrimientos sobre las funciones de los Telómeros y de la Telomerasa supusieron un gran impacto en la comunidad científica, al ser factores que influían en dos procesos importantísimos de la célula y, por ende, del ser humano, el del envejecimiento y el cáncer[veremos porqué] .
¿Habrán encontrado Blackburn, Greider y Szostak la llave para alcanzar la inmortalidad de la célula o detener los procesos cancerosos en el ser humano?.
Realmente la puerta que han abierto supone un avance sin precedentes en la Biogenética y en otros campos de la Medicina.
Los telómeros son regiones del ADN no codificante, «son los extremos de los cromosomas de las células eucariotas» [ver esquema], que son necesarios tanto para la división celular como para mantener la estabilidad estructural de los cromosomas, y el tiempo de vida de las estirpes celulares.
Los organismos Procariotas, de cromosomas circulares, no poseen telómeros.
EL SISTEMA INMUNOLÓGICO DEL ORGANISMO
VIDEO sobre el Sistema Inmunológico
Winship Cáncer Institute: CancerQuest-EmoryUniversity
●El sistema inmunológico innato
El organismo cuenta con un “sistema inmunológico innato”, con un gran número de tipos de células específicas y proteínas, especializadas en “reconocer” cuáles de los componentes celulares generados por la división celular, si son normales o anormales y discrepan con el ADN, y qué sustancias son “propias o extrañas”, como ocurre con el caso de bacterias, virus u otros organismos que invaden nuestro cuerpo.
La distinción más especializada la tiene el sistema inmunológico cuando “reconoce y ataca”, cuando distingue las células cancerígenas que crecen anormalmente.
Células y Proteínas participan en
el sistema inmunológico en dos tipos de
inmunidad: la no específica y la específica.
Se denomina sistema inmunológico innato o “específica”, porque nacemos con él y no se modifica durante nuestra vida.
Este sistema innato le ofrece protección al cuerpo, al reconocer las características de los posibles patógenos que atacan nuestro organismo. El sistema inmunológico innato distingue las clases de patógenos, así como la parde celular de las bacterias, pero carecen de la habilidad de distinguir a los patógenos con las que entran en contacto, es decir, producen un mismo tipo de “ataque” para patógenos que son “diferentes”. Por ejemplo, los macrófagos son células inmunitarias que participan en una respuesta inmunitaria innata, al ubicar, consumir y matar a múltiples tipos de bacterias. Las células asesinas “naturales” son otro tipo de célula inmunológica que elimina células infectadas por virus, así como a células cancerígenas.
Existen varios componentes dentro del sistema
inmunológico innato “no específico” aunque el
uso de esta terminología es algo incorrecto, que sí
pueden atacar a "invasores" vivos y muertos con especificidad.
Por ejemplo, en nuestra piel, cuando un
organismo o partícula trata de entrar al cuerpo, debe pasar por algunas “barreras
físicas y químicas”, que son un escudo duro
pero flexible que bloquea a muchos tipos de invasores. Igualmente, el
organismo tiene puntos de entrada a nuestro
cuerpo que están protegidos por mucosas pegajosas (boca, nariz, ano,
vagina) o cera (orejas), que atrapan a las bacterias, al polvo y a otras
partículas. Las secreciones corporales como
el ácido en nuestro estómago y las proteínas en la saliva y las lágrimas también sirven para prevenir la
entrada de patógenos. Nuestro cabello mantiene a organismos más grandes
lejos de nuestra piel. Si un organismo invasor o
partícula (una espina) alcanza a pasar a través
de estas defensas, ciertas células (producidas en la médula ósea), como
los macrófagos y neutrófilos atacan al
objeto extraño.
●La respuesta inmunológica adquirida
La inmunidad “específica o adaptativa” es realmente una segunda línea de defensa, pues solamente se activa si la respuesta inmunológica innata no logra eliminar al patógeno invasor. Estos dos sistemas se “superponen y trabajan en conjunto”. Como ejemplo tenemos a las proteínas que producen las células del sistema inmunológico adaptativo, y que se encuentran en secreciones como las lágrimas que también contienen proteínas del sistema inmunológico innato.
Ya que la respuesta inmunológica adaptativa se desarrolla y cambia durante el transcurso de nuestra vida, también se conoce como la inmunidad adquirida.
Las “células y proteínas” de la respuesta inmunológica adaptativa, son sumamente específicas hacia los patógenos invasores y/o a las células anormales dentro del cuerpo.
Al igual que nuestro “sistema inmunológico innato”, también la “inmunidad
adquirida” cuenta con distintos tipos de células y proteínas que éstas
producen. Gran parte de estas células se producen en nuestra medula ósea y maduran en varias partes del cuerpo.
Las células pueden “flotar”
dentro del “torrente sanguíneo”, del “sistema linfático” o permanecer dentro de algún “órgano o tejido”.
Los “dos tipos de células inmunológicas” más importantes que pasan bastante tiempo dentro del sistema linfático son los “linfocitos T y B”, y un componente “proteico” importante del sistema inmunológico adquirido son los “anticuerpos que producen los linfocitos B”.
La “respuesta inmunológica específica” es un sistema activo definido por estas “cuatro características”:
- Especificidad antigénica:
- Son “células y proteínas” que sólo reconocen a ciertos fragmentos proteicos que se encuentran en las superficies celulares o en los fluidos corporales.
- Diversidad:
- Son el número de “péptidos” que pueden ser reconocidos. El sistema inmunológico adquirido tiene la capacidad de responder a un número increíble de diferentes proteínas foráneas. Las proteínas y organismos con los que nos encontramos durante nuestra vida son enormes y el sistema inmunológico adquirido es capaz de generar una respuesta especifica contra cada uno.
- Memoria:
- La respuesta inmunológica adquirida del organismo, tiene una característica típica, y es la de que, si el cuerpo se encuentra nuevamente con el mismo objeto “extraño”, su reacción es más rápida e intensa que la primera vez, pues el sistema inmune guarda memoria de las sustancias con las que ha entrado en contacto. Esta especificidad proviene de un tipo de linfocito conocido como el linfocito de "memoria" que vive durante mucho tiempo, mientras espera la oportunidad de reactivarse y dirigir la lucha contra el objeto extraño.
- Tolerancia:
- El sistema inmunológico adquirido tiene la capacidad de reaccionar “también” cuando las células dentro del cuerpo presentan “anormalidades o modificaciones”. Por ejemplo, el cuerpo suele rechazar a los “trasplantes de órganos” e intentar destruirlo y a que las células de éste, que no son propias del individuo. Por esta razón, a los pacientes que reciben trasplantes se les administra medicamentos para disminuir su respuesta inmunológica.
También es importante considerar:
- Los cambios que se producen en nuestros “genes”, y que transforman a las células
normales en cancerígenas, también pueden alterarlas
de tal manera que el sistema inmunológico logra detectarlas.
●Células del sistema inmunológico adquirido
Las células principales de la respuesta inmunológica específica son los linfocitos B y T.
Todos los precursores celulares de los linfocitos se originan en la medula ósea. Las células pre-B permanecen en la medula ósea en donde se someten a más crecimiento, mientras que los precursores de las células T viajan para continuar su desarrollo dentro de un órgano inmunológico que se encuentra en el cuello (el timo). De hecho, las células T obtienen su nombre del timo. Para los fanáticos de los trivias (juegos de preguntas y respuestas): las células B obtienen su nombre de un órgano de gallinas (la Bolsa de Fabricio) donde se estudiaron a estas células por la primera vez; los humanos no tienen un órgano equivalente.
En una fase temprana del desarrollo de las células T y las células B, todas las células en desarrollo que reaccionan fuertemente con las proteínas de células normales, se eliminan del sistema. De esta manera, el sistema inmunológico se asegura de que estos linfocitos no maten a las células corporales normales.
Si las
células T y las células B autorreactivas
no se eliminan de la población de linfocitos, se pueden desarrollar
enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide.
Existen dos clases de “Linfocitos T”:
- Linfocitos T cooperadores:
- Estas células ayudan a otras células inmunológicas, incluyendo a los linfocitos T citotóxicos, a los macrófagos y a los linfocitos B, a ejercer sus funciones de una manera más eficiente.
- Linfocitos T Citotóxicos [CTL] de (cito=célula y tóxicos porque pueden matar):
- Éstas son células que tienen la capacidad de matar a otras células, son asesinas celulares. Estas células pueden matar a cualquier célula que reconocen como anormal, tal como las células infectadas con un virus o las células cancerígenas.
Existen también otras dos clases de Linfocitos:
Ø Los linfocitos T prematuros que residen en los nódulos linfáticos y en el bazo no pasan a ser células completas, hasta que una célula presentadora de antígeno viene a ellas y les acerca a un antígeno proteico. Una vez que el linfocito T reconoce la presencia de células que contienen estas proteínas anormales, salen de los nódulos linfáticos y del bazo para circular por el cuerpo y ubicar a las células anormales. Cuando las células T encuentran a las células anormales tienen la capacidad de matarlas.
En el caso de una infección viral, el matar a la célula es una manera drástica pero efectiva de prevenir la reproducción del virus. Las células citotóxicas del sistema inmunológico también pueden reconocer y eliminar a las células cancerígenas.
Ø Los linfocitos B son otro componente crítico de la respuesta inmunológica adquirida. Al igual que los linfocitos T, los linfocitos B se producen en la médula ósea. Las células se mueven hacia el cuerpo para madurar. Las células B se encargan de producir anticuerpos, proteínas que reconocen objetos foráneos que entran al cuerpo (virus, bacterias, otras proteínas, etc.). Cada linfocito B puede reconocer solamente a un blanco molecular. Por ende, el cuerpo tiene millones de tipos distintos de células B para poder responder a una gran cantidad de agentes patológicos.
Resumiendo: el sistema inmunológico funciona como: un sistema de vigilancia efectivo para eliminar a las
células anormales y a los organismos invasores de nuestros cuerpos.
●Cómo visualiza al mundo el “sistema inmunológico”
Nuestro sistema inmunológico está en actividad constante examinado nuestro cuerpo en busca de invasores, como las bacterias y los virus.
El sistema inmunológico también es capaz de reconocer cuando las células normales han pasado por alteraciones (como las células cancerígenas). El reconocimiento de invasores o de sustancias "propias" modificadas, requiere la cooperación entre diferentes células y es un proceso altamente regulado.
Los pasos exactos de la respuesta inmunológica, varían según el tipo de amenaza (virus, bacteria, etc.), pero por lo general, lo que ocurre es lo siguiente: primeramente, nuestras células reconocen a ciertas partes del patógeno, como los fragmentos proteicos que resultan de la digestión de una proteína más grande.
●Los antígenos:
Cualquier proteína o producto (azúcar, lípido, etc.) que el sistema inmunológico “reconoce” y que lo lleva a la producción de una respuesta inmunológica, se considera un “antígeno”.
Algunas células inmunológicas, incluyendo a los macrófagos y las células dendríticas, pueden cargar estas proteínas en su superficie y "presentarlos" a los linfocitos B y T para activarlos.
Las células que tienen la capacidad
de generar antígenos se denominan “células
presentadoras de antígeno”.
Cada linfocito B y T cuenta con múltiples copias de un solo tipo de receptor en su membrana celular.
Los receptores de los linfocitos B y T tienen la habilidad de adherirse a un solo tipo de antígeno. La “expresión” de un solo tipo de receptor asegura que cada linfocito tenga la especificidad para un solo antígeno. A diferencia de las células de la respuesta inmunológica innata, los linfocitos pueden identificar a sus blancos moleculares aún en la presencia de sustancias semejantes. ¡Hay suficientes linfocitos diferentes en el cuerpo para reconocer a más de un billón de péptidos distintos! Esta increíble diversidad asegura que el cuerpo tenga células capaces de reconocer casi cualquier sustancia.
La “respuesta inmunológica específica” se divide en dos partes: la inmunidad humoral y celular.
La inmunidad humoral consiste en la producción de anticuerpos en los linfocitos B. Estos pequeños interceptores proteicos en forma de Y circulan por la sangre y otros fluidos corporales. Cuando un anticuerpo choca con su blanco molecular (antígeno), se une a él fijamente para destruirlo o desactivarlo.
Los anticuerpos pueden:
- Neutralizar toxinas
- Adherirse a los virus, anulándolos, para prevenir su entrada a las células.
- Unirse a moléculas en el torrente sanguíneo para eliminarlas.
- Marcar al patógeno, para que el sistema inmunológico innato lo elimine.
- Trabajar en conjunto con otras proteínas corporales, para matar a las bacterias y parásitos directamente.
●El sistema linfático
El “sistema linfático” es un sistema de vasos (tubos) que se extiende por todo el cuerpo.
Los linfocitos circulan por el cuerpo, permaneciendo en el “tejido linfático” que incluyen los “ganglios linfáticos” y el “bazo”, en donde esperan y buscan entrar en contacto con sus proteínas blanco.
Al igual que el “sistema circulatorio”, el “sistema linfático” transporta líquidos, proteínas y células del sistema inmunológico, sin embargo, no contiene glóbulos rojos.
Estos dos sistemas (linfático y circulatorio) están conectados.
El “sistema linfático” recoge el líquido y las células del cuerpo, y los regresa al “sistema circulatorio” a través de conductos en el área del cuello/hombros.
El líquido dentro de los vasos linfáticos se llama la “linfa”.
Al igual que los riachuelos, se unen para formar ríos que finalmente fluyen al océano, igualmente los vasos linfáticos más pequeños vacían su contenido en otros más grandes. Este flujo de linfa que viaja por los conductos linfáticos y se acumula en los ganglios linfáticos.
Muchas de las células del sistema inmunológico residen en el sistema linfático gran parte de su vida.
El sistema linfático es de gran importancia en el cáncer por varias razones:
- Las células cancerígenas se pueden “esparcir-extender” por el organismo (metástasis) al entrar al sistema linfático.
- Muchos tipos de cánceres se clasifican según la ubicación de las células cancerígenas. Por otro lado, si las células cancerígenas de un tumor se detectan dentro del sistema linfático, es probable que se hayan esparcido hacia otras áreas y órganos del cuerpo.
●El sistema inmunológico y el cáncer
No siempre los científicos han tenido una idea definida de cómo que el “sistema inmunológico” desempeñaba un papel en la prevención y en la lucha contra el cáncer.
Esta idea fue propuesta en el 1957. sin embargo, en esos momentos sólo podía establecer que el “sistema inmunológico” protegía contra ciertos patógenos como “virus y bacterias”, pero no, contra las células corporales de crecimiento anormal, como son las células cancerígenas. A finales del siglo XX, varios investigadores y médicos se dieron cuenta de que personas con sistemas inmunológicos “muy débiles” o “no existentes”, tenían un riesgo más alto de desarrollar cáncer que una persona promedio. Además, desde entonces los investigadores se han dado cuenta de que pacientes con células inmunológicas presentes en sus tumores tienen un mejor pronóstico que los pacientes sin ellas.
La “inmunovigilancia”
describe la actividad de las células
inmunológicas, como por ejemplo la circulación corporal de los linfocitos T, en busca de cualquier anormalidad
detectada.
También, cuando en las células corporales se producen mutaciones (miosis), puede suceder que, las células inmunes puedan detectar esta miosis y marcarlas como células “anormales”. Entonces, el cuerpo las reconoce como “no propias o extrañas”.
Al eliminar las células de crecimiento anormal, el sistema inmunológico realza la protección en contra del cáncer. Sin embargo, las mutaciones (las miosis) pueden llegar a ser tan drásticas que “logran evadir el mecanismo de vigilancia del sistema inmunológico”, y como resultado, continúan su división al considerarlas como células cancerígenas. Este proceso es una versión compleja de "jugar al escondite" con consecuencias importantes.
Por reiterarnos en lo citado, los linfocitos T reconocen a los “péptidos antígenos” que se presentan sobre su superficie celular.
Si las células “pre-cancerígenas” presentan proteínas anormales, los linfocitos T las reconocerán como anormales. Recíprocamente, si las células “pre-cancerígenas” que el sistema inmunológico “no” reconoce como anormales, o “no” puede eliminar, sobrevivirán del ataque inmunológico y podrían proliferar hasta formar un tumor.
Hay varios mecanismos que las “células tumorales” pueden usar para evadir a las defensas inmunológicas del cuerpo.
Por ejemplo: muchos cánceres producen mensajeros químicos que “inhiben” las acciones de las células inmunológicas. Otros cánceres tienen defectos en la forma en que los antígenos son presentados sobre su superficie celular.
Sin embargo, hay otras “células inmunológicas”, llamadas células destructoras naturales (Natural Killer cells - NK), que juegan un papel
especial en estos casos, porque se dan cuenta
cuando las células corporales ya no tienen proteínas
"propias" sobre su superficie y “matan” a las células
anormales. Adicionalmente, hay algunos
tumores que se desarrollan y crecen en lugares como los ojos o el
cerebro, los cuales no están regularmente “patrullados”
por las células inmunológicas.
La meta principal de la “inmunoterapia” y de las vacunas contra el cáncer, se encuentra en “facilitar la comunicación” de las señales celulares que necesita el sistema inmune, para reconocer a las células cancerígenas como anormales. Si tienen éxito estas estrategias, podrían permitir que el cuerpo reconozca y destruya a las células cancerígenas, incluyendo aquéllas que hayan logrado formar un tumor.
●El sistema inmunológico y el desarrollo del cáncer
Aparte de luchar en contra el cáncer, el sistema inmune también parece estar involucrado en el desarrollo de gran parte de, si no en todos, de los casos de cáncer. La inflamación crónica parece ser un punto de partida importante y ocurre cuando las células inmunes producen químicos y proteínas como reacción a una “amenaza”. Esta amenaza puede ser un microbio (bacteria o virus) o una sustancia más sutil. Hoy se sabe que la obesidad y el estrés pueden estimular una reacción inflamatoria del sistema inmune que puede durar mucho tiempo, o incluso varios años.
Aunque la
inflamación [de la que hablaremos más adelante por su
importancia], es una reacción corporal normal, es dañina cuando sucede en el
contexto del cáncer. La inflamación
que se observa en el cáncer se encuentra bajo investigación activa como un enfoque de la prevención del cáncer y de su
tratamiento.
●Macrófagos y reorganización de tejidos
Los macrófagos son un tipo de “leucocito” cuya función es la de destruir a microbios y sustancias extrañas.
Pero cuando los macrófagos invaden el área alrededor del tumor, se introducen dentro del “microambiente complejo del tumor”, conociéndose como “macrófagos asociados a tumores”, participando en el “crecimiento” del tumor y no en su destrucción.
La presencia de macrófagos es la que provoca la inflamación y promueve la proliferación de células cancerígenas, el crecimiento de vasos sanguíneos, su propagación a ubicaciones distantes a través del sistema linfático, generando metástasis en los órganos. También, se sabe, que ofrecen resistencia a los tratamientos de cáncer, como la quimioterapia.
Los monocitos que circulan por el cuerpo (precursores de los macrófagos) también desempeñan un rol en el “microambiente del tumor”. Los monocitos inflamatorios normalmente atacan a microbios, pero pueden presentar un peligro ya que promueven la inflamación y producen proteínas que la estimulan, como el factor de la “necrosis tumoral alfa” y la “interleucina 1 beta”.
Los monocitos residentes normalmente responden a los virus y participan en la reorganización de tejidos, la angiogénesis y la producción de colágeno. Los monocitos inflamatorios se encuentran asociados con una gran cantidad de cánceres.
CÁUSAS DEL CANCER
●División celular, desarrollo de enfermedades genéticas heredadas
Como hemos visto en el cuerpo humano
existen miles de billones de células, cuya renovación celular se produce «diariamente», y aunque pueda parecernos muy
elevada, se estima que esta División Celular
se produce a un ritmo aproximado de más de 15 millones de células por “minuto” [≈900 millones/hora], por lo que nos encontrarnos que la cifra diaria de células que mutan en el organismo puede ser aproximadamente de unos 22.000
millones cada día.
Se ha estimado que cada 10 años [≈80 billones de células], se habrá producido la renovación de todas, tenemos un “cuerpo nuevo”, basado en las mutaciones que se han ido producido en los genes de nuestro ADN, células en las que se ha podido producir un crecimiento “anormal” que ha derivado en células cancerígenas.
Las células cancerígenas ni se ven ni actúan como las células normales desde las cuales se originan. Es entonces razonable preguntarse "¿por qué se ha producido ésto? . Resulta, que la respuesta está en los genes de las células que se han visto afectados. En las células cancerígenas, los cambios en los genes “clave” causan que las células actúen de manera anormal.
Esencialmente, el cáncer es el resultado de una división celular irregular; las células cancerígenas se dividen cuando no deberían, su reproducción no se detiene cuando debe y no mueren cuando tienen que morir. En el peor de los casos, las células cancerígenas migran desde el área donde se desarrollaron y viajan hacia otras partes del cuerpo.
Las
células cancerígenas no se parecen, ni en apariencia ni en actividad, a las
células normales, pues el cáncer resulta de varias alteraciones dañinas que
sufren algunos genes. Como consecuencia las células cancerígenas actúan de
manera anormal. Estos cambios son manifestaciones de una o varias
modificaciones al ADN (mutaciones) de las células. Ya que muchas cosas son
capaces de causar una mutación, hay un número igual de grande de causas del
cáncer.
●Inflamación Crónica y Desarrollo del Cáncer
Ø La inflamación crónica,
§ Ha demostrado ser un factor importante en el desarrollo de los tumores, tanto experimentalmente como epidemiológicamente.
§ Puede ser generada por infecciones virales o bacterianas, enfermedades autoinmunes y condiciones inflamatorias de orígenes desconocidos.
§ Puede inducir carcinogénesis y también puede llevar a la progresión y a la metástasis.
§ Parece llevar a que los cánceres se desarrollen gracias a las actividades de los leucocitos, incluyéndose en este proceso, la producción de proteínas que alteran el comportamiento de células blanco (citocinas y quimiocinas), la estimulación en el crecimiento de los vasos sanguíneos (angiogénesis), y en la remodelación de los tejidos.
Ø Hay varios tipos de cáncer asociados con las condiciones de inflamación crónica, entre los que están:
§ El cáncer de colon y la enfermedad inflamatoria intestinal,
§ El cáncer de hígado y hepatitis C,
§ El cáncer de vejiga o de colon y Esquistosomiasis (una infección crónica parasitaria), y
§ El cáncer estomacal e infección de la bacteria Helicobacter pylori.
Ø Se ha probado que la mutación de los genes está asociada al cáncer y un más alto riesgo de su progreso, y que marcadores de inflamación, están correlacionados con un peor pronóstico para los pacientes con cáncer.
Ø Las células inmunes que pueden causar mutaciones en el ADN, también producen radicales de oxígeno.
Ø Los Macrófagos (TAM por sus siglas en inglés), también,
§ Están asociados con los tumores, también están asociados con procesos inflamatorios.
§ Aumentan también el índice de crecimiento de células del tumor, causando la disolución de la matriz de tejido conectivo que lo rodea, y permitiendo el crecimiento del tumor y su expansión.
Fuente: Instituto Nacional del Cáncer●¿Qué tipos de cambios genéticos causan cáncer?
Hay muchos tipos de cambios genéticos que conducen al cáncer.
Un cambio genético, que se llama mutación o variante genética en el ADN, es un cambio en el código del ADN es similar a una “falta ortográfica” en la secuencia de letras del ADN.
Algunas variantes solo afectan a una letra del ADN, que se llama nucleótido. A veces falta un nucleótido o es reemplazado otro nucleótido. Estas se conocen como mutaciones puntuales.
Por ejemplo, alrededor del 5 % de las personas con cáncer tienen una mutación
puntual en el gen KRAS que reemplaza la letra G por la A en
el ADNnotificación de salida. Este
cambio de una sola letra crea una proteína KRAS
anormal que ordena a las proteínas que se multipliquen todo el tiempo.
Los cambios genéticos que causan cáncer también suceden cuando los segmentos de ADN (a veces son muy grandes) se reordenan, eliminan o copian. Estos se llaman reordenamientos cromosómicos.
Como ejemplo, la mayoría de las leucemias mielógenas crónicas (un cáncer de la sangre), son por un “reordenamiento cromosómico” que coloca parte del gen BCR al lado del gen ABL. Este reordenamiento produce una proteína anormal, llamada BCR-ABL, que lleva a que las células de la leucemia se multipliquen sin control.
Algunos cambios en el ADN que causan cáncer, suceden fuera de los genes, en las secciones de ADN que actúan como interruptores de "encendido" y "apagado" (que activan o desactivan) los genes cercanos. Por ejemplo, algunas células cancerosas del encéfalo poseen numerosas copias de los interruptores de encendido, al lado de los genes que estimulan el crecimiento celular.
Otros cambios en el ADN son los cambios epigenéticos, que también causan cáncer.
A diferencia de las variantes
genéticas, los cambios epigenéticos (EPI mutaciones),
no afectan el código del ADN y es posible que sean reversibles.
Algunos cambios y sustancias químicas en el ambiente generan cambios genéticos, también causan cambios epigenéticos. Estas sustancias incluyen el humo del tabaco, metales pesados como el cadmio y el virus de Epstein-Barr.
●El ADN del suicidio: genoma en el Cromosoma 7
Investigadores de EEUU
han identificado una región del genoma en el cromosoma 7 que contiene
variaciones del ADN que aumentan el riesgo de que una persona intente
suicidarse.
Esta ha sido la conclusión del mayor estudio genético sobre intentos de suicidio realizado hasta la fecha, liderado por un equipo de la Escuela de Medicina y el Hospital Mount Sinaí de Nueva York.
Los resultados, publicados en la revista Biological Psychiatry, sugieren que las bases genéticas de las personas que han realizado tentativas de suicidio “no coinciden” completamente con los patrones genéticos típicos existentes en personas con trastornos psiquiátricos, aunque sí hay un cierto solapamiento. En ambos casos (entre las personas que intentaron suicidarse y aquellas con ciertos trastornos psiquiátricos), esos patrones genéticos son parcialmente compartidos, pero también son parcialmente distintos.
El estudio ha hallado además un solapamiento con las bases genéticas de ciertos factores de riesgo no psiquiátricos (el tabaquismo, los trastornos del sueño y un mal estado de salud en general, entre otros).
“Además
de identificar la localización del riesgo de intento de suicidio en el cromosoma
7, descubrimos un fuerte solapamiento entre las bases genéticas del intento de
suicidio y las de los trastornos psiquiátricos, en particular la depresión
mayor, así como un cierto solapamiento con la genética del tabaquismo, el
dolor, la asunción de riesgos, los trastornos del sueño y el peor estado de
salud general”,
afirma Niamh Mullins, autora
principal del estudio y cofundadora del International
Suicide Genetics Consortium, el consorcio internacional que ha
realizado el estudio y que incluye a más de 260
científicos de más de 20 países.
AGENTES Y FACTORES AMBIENTALES
●Exposición ambiental
Estudios poblacionales (epidemiológicos) y de laboratorio han llevado al descubrimiento de muchos factores ambientales potenciales en la iniciación, promoción y progresión del cáncer.
En 1760, Sir Percival Pott describió por primera vez el tumor inflamatorio de Pott como «tumoración circunscrita e indolente del cuero cabelludo y una separación espontánea del pericráneo del cráneo en virtud de dicho tumor».
Se trata de una osteomielitis frontal con absceso subperióstico del hueso frontal. Empezando con las observaciones de Pott en el siglo XVIII, ciertas ocupaciones han sido asociadas con un aumento de riesgo de desarrollo del cáncer.
El reconocimiento del aumento de cáncer de escroto al deshollinar chimeneas
debido a la exposición al carbón y al alquitrán fue seguido por una observación
en que todos los hombres en una fábrica
inglesa que destilaban 2-naftilamina, desarrollaban cáncer
de vejiga.
El refinamiento del níquel, y el trabajo con cuero y madera también han sido asociados con un aumento de riesgo de cánceres específicos causados por exposición crónica a químicos carcinógenos.
También se ha asociado a la generación de cánceres, la exposición en ambientes de trabajo como minas, talleres, o zonas de trabajo, en donde se generan polvos y partículas producidas por el silicio, el amianto, el asbesto y otros, que afectan al tracto respiratorio y tienen un posible desarrollo en varios órganos.
La exposición
al gas mostaza, usado como agente químico de guerra en la Primera Guerra
mundial (1914), ha sido asociado con un riesgo más
alto de cáncer del tracto respiratorio y pulmonar debido a sus
propiedades mutagénicas. Algunos fármacos quimioterapéuticos son derivados del gas mostaza y son útiles por la
misma razón, al ser altamente mutagénicos.
●Influencias geográficas
También se han hecho asociaciones entre diferentes regiones geográficas y cánceres particulares.
El cáncer estomacal es de 5 a 6 veces más alto entre hombres japoneses, atribuido al consumo de comida fermentada; el cáncer de mama es 20 veces más alto entre mujeres americanas, atribuido a la dieta americana rica en grasas; y el cáncer de hígado es 10 veces mayor en África, lo cual se correlaciona con los índices altos de infección de Hepatitis B; y el cáncer de hígado también puede ser causado por la aflatoxina, un contaminante de comida producido por hongos. Este compuesto es frecuente en tiendas de granos en regiones tropicales y subtropicales porque el grano húmedo es un muy buen lugar para que vivan los hongos.
●Estilo de vida
Podemos reducir el impacto de muchos factores ambientales, tomando decisiones de estilo de vida saludables.
Uno de los carcinógenos más potentes en humanos es el benzopireno, un compuesto encontrado en el humo de cigarro. De hecho, el alquitrán en el humo de cigarro se incluye tanto como iniciador como promotor del cáncer, haciéndolo especialmente peligroso.
El alcohol es un promotor de carcinogénesis en humanos.
La radiación-exposición
a los rayos UV, por la exposición al sol o en camas de bronceado,
es un iniciador potencial en humanos y es causa probada del cáncer de piel,
que tiene “memoria acumulativa a lo largo de la
vida”.
●Fármacos
El Tamoxifeno, un agente quimioterapéutico usado para combatir al receptor de estrógeno positivo (RE+) del cáncer de mama.
Se sabe que aumenta el riesgo de cáncer endometrial aumentando el índice de proliferación celular en el endometrio. Por esta razón, el tratamiento a largo plazo del Tamoxifeno está perdiendo popularidad, favoreciendo a los inhibidores de aromatasa.
Los mismos estrógenos pueden ser importantes agentes en la promoción de tumores, particularmente en mujeres postmenopáusicas que reciben estrógenos exógenos, debido a su habilidad de aumentar el índice de división celular mamaria y endometrial. Esta es un área de investigación en la actualidad muy activa.
También en la gestación hay factores
que pueden predisponer a un feto a desarrollar
cáncer más adelante. Éstos incluyen la exposición a radiación o
estrógeno dietilestilbestrol sintético.
●Aflatoxin: Impacto Físico y Cáncer Asociado
La Aflatoxina se produce por los hongos Aspergillus flavos y Aspergillus parasiticus.
Las aflatoxinas producidas por hongos son toxinas que contaminan alimentos como el maíz, los cacahuates, las nueces y los frutos secos. Son cancerígenas y pueden ser mortales para humanos y animales.
Los
hongos sintetizan aflatoxina cuando
están viviendo en condiciones calientes y húmedas.
Estos hongos son comunes entre cultivos como arroz, maíz, mandioca, nueces,
cacahuates, chiles, y especias. Los Países con cantidades más altas de
estos organismos están a 40 grados de latitud al norte o al sur del ecuador. Es
el almacenamiento de comida en condiciones
calientes y húmedas lo que aumenta el riesgo de contaminación con aflatoxina. Aproximadamente 4.5 millones de
personas que viven en países en desarrollo, son expuestos crónicamente a
cantidades incontroladas de aflatoxin.
La aflatoxicosis es la
enfermedad que resulta por la ingestión de aflatoxin.
Esta es una enfermedad aguda que resulta de exposición a cantidades altas de aflatoxin en un periodo corto, y se puede
presentar en dos formas:
→ La primera forma: es la ingestión de grandes cantidades de aflatoxin que causa usualmente daño al hígado, es una enfermedad aguda. La exposición a niveles altos de la toxina puede causar muerte en niños.
→La segunda forma: es la aflatoxicosis, el resultado de una exposición crónica a niveles bajos de aflatoxin.
La exposición crónica a aflatoxin tiene un efecto aditivo y puede causar el desarrollo del cáncer del hígado (usualmente en la forma de carcinoma hepatocelular o CHC), en todas personas en la ingesta comida contaminada.
También puede aumentar el riesgo para el cáncer de pulmón en trabajadores que manipulan los granos. Infección con el virus hepatitis B o C combinado con la exposición a aflatoxin, puede aumentar el riesgo de una persona desarrollando cáncer del hígado como 30 veces más que una persona expuesta a aflatoxin sin virus hepatitis B o C.
El trasplante de hígado es la
única cura para el CHC. Desafortunadamente, basado en su número, el tamaño,
locación y seriedad de la enfermedad, no todos los pacientes son candidatos
para el trasplante.
●Lista de Carcinógenos y los tipos de Cáncer que causan
Agente |
Tipo de cáncer |
Benzopireno |
Pulmonar |
Alcohol |
Boca, faringe, laringe, esófago |
Grasa dietética |
Mama |
Asbesto (Amianto) |
Tracto respiratorio, Mesotelioma Pleural y Peritoneal |
Comida fermentada |
Estomacal |
Estrógenos |
Endometrial, de Ovario, de Mama |
Luz UV |
Piel |
Radiación X,Y y Gamma |
Leucemia, Tiroides, Mama, Pulmonar, boca, Estomacal, de Colon, de Vejiga, de Ovario, de Piel, Sistema Nervioso Central |
Tamoxífeno |
Endometrial |
Dietilestilbestrol (útero) |
Cáncer infantil |
Radiación transabdominal |
Cáncer infantil |
Aflatoxina |
Hígado |
Hollín, carbón (limpieza chimeneas) |
Escrotal |
Níquel (refinam. del níquel) |
Pulmonar, Nasal |
Polvo de madera (trabajos de madera) |
Nasal |
Cr(VI) (trabajos con cuero) |
Pulmonar |
Gas mostaza |
Tracto respiratorio, pulmonar |
2-Naftilamina |
Vejiga |
VPH |
Cervical, Oral-bucal, de faringe, de vagina, de vulva, de cabeza/cuello, escrotal, anal |
Helicobacter pylori |
Estomacal |
VEB |
Linfoma de células B, Nasal, de faringe, Estomacal |
Virus Herpes |
Sarcoma de Kaposi |
Polyomaviridae (ejemplo JCV) |
Cerebral |
HTLV-1 |
Leucemia de células T |
Hepatitis B y C |
Hígado |
●Organismos Infecciosos que causan Cáncer
Aunque la mayoría de los cánceres parecen provenir de exposiciones ambientales a químicos y radiaciones o estilos de vida, otro gran número de casos son causados por “infecciones”.
Mientras se aprende más sobre los distintos tipos de cáncer, es probable encontrar vínculos adicionales con agentes infecciosos.
●Parásitos
Una de las primeras conexiones entre las infecciones y el cáncer fue provista por el Dr. Johannes Fibiger.
El Dr. Fibiger se percató en sus ratas de laboratorio de la asociación entre el cáncer y la infección con nematodas, y nombró al gusano Spiroptera carcinoma. Mas tarde se demostró que los gusanos no eran la causa primaria del cáncer, y la relación entre la infección y el cáncer ha resistido la prueba del tiempo.
Se sabe que diferentes tipos de parásitos vermiformes (trematodos) son causantes de cáncer. Los parásitos generalmente son muy pequeños y tienen ciclos de vida complicados, viviendo en diferentes hospederos en diferentes etapas en sus vidas.
Los tremátodos causantes de cáncer conocidos son:
- Schistosoma haematobium (abajo) que causa cáncer de vejiga. La imagen (micrográfica de electrones), tiene una vista altamente magnificada de un cistosoma.
- Clonorchis sinensis (abajo) y Opisthorchis viverrini (abajo, color naranja): estos dos tremátodos infectan y están asociados con el cáncer de ducto biliar (colangiocarcinoma) y de hígado (hepatocarcinoma).
Schistosoma haematobium
Opisthorchis viverrini
●Bacterias
La Helicobacter pylori es una bacteria capaz de sobrevivir en la mucosa del epitelio gástrico (estómago) por un largo periodo y es una de las principales causas de las enfermedades de estómago y duodenales.
Estudios epidemiológicos han provisto evidencia de que la H. pylori está asociada con el desarrollo del linfoma en el tejido linfoide asociado a las mucosas (MALT por sus siglas en inglés) y con el cáncer estomacal.
En 2005, Warren y Marshall fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina por sus trabajos acerca de H. pylori. Marshall y Warren descubrieron que los “antibióticos” eran efectivos para el tratamiento de la gastritis.
Ya a partir de 1994, los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos informaron de que las úlceras gástricas más comunes eran causadas por H. pylori, y recomendaron el uso de “antibióticos”, siendo incluidos en el régimen de tratamiento.
Investigaciones recientes sugieren que
las poblaciones de bacterias que viven en los
intestinos de una persona pueden influir sobre el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
●Virus
Ciertos virus y bacterias también han sido asociados con la iniciación y promoción del crecimiento de tumores, basado en evidencias epidemiológicas y experimentales.
Algunos virus de ADN contienen genes cuya composición les permite tomar el control de la división celular en la célula huésped. Ellos promueven el desarrollo de tumores a partir del aumento de su índice de proliferación y apagando los sistemas normales que previenen la división en las células. Hay virus que incluyen el Virus del papiloma humano (VPH), que es el factor de riesgo más significativo para el desarrollo del cáncer cervical. De igual manera, un virus de ARN, el virus T-lymphotropique humano tipo 1 (HTLV-1), provoca Leucemia de células T del adulto, a través de la estimulación de la proliferación de células T infectadas.
●Obesidad y Cáncer
Aproximadamente 35%
de los hombres, 40% de las mujeres y 17% de la gente joven en
los Estados Unidos son “obesos” (basado en BMI), según artículos
publicados por la Asociación Americana de Médicos, situación que se está
produciendo en otras muchas naciones de Europa y Asia, por la adopción de
sistemas alimentarios que la generan.
Desde el 2005, ha habido un incremento leve en obesidad en las mujeres, mientras que las tasas de hombres y niños se ha mantenido igual. A pesar de la cantidad de investigaciones, medicinas nuevas y programas comunitarios para combatir el aumento de peso, los Estados Unidos y otros puntos del mundo, colectivamente tienen “dificultad en adelgazar”.
La evidencia para la conexión entre “cáncer y obesidad”, está creciendo; más y más investigaciones nos demuestran que la obesidad pone a las personas en un mayor riesgo de desarrollar cáncer.
Los cánceres asociados con obesidad incluyen: de seno (posmenopáusico), útero, colon, páncreas, vesícula, hígado, esófago, riñón, tiroide y ovario. Este riesgo también aumenta para cánceres sanguíneos, como mielomas, leucemia y linfoma no hodgkiniano.
¿Pero qué tienen que ver el exceso de grasas (tejido adiposo) con comportamientos anormales en las células cancerosas?
●Obesidad, el Microbioma y el Riesgo de Cáncer
El microbioma es el conjunto de genes que han sido encontrados, en cientos de especies de bacteria, viviendo dentro de la persona.
El cambio en el microbioma ha sido identificado como un enlace entre obesidad y el cáncer.
Las bacterias que viven
en los intestinos son altamente beneficiosas, ayudan a romper y fermentar la
comida y fibras que son difíciles de digerir, y producen nutrientes
importantes como biotina, vitamina K y vitamina B1.
La gente flaca y la obesa, tienen mezclas diferentes de bacteria en sus intestinos.
Personas delgadas y saludables tienden a tener muchos tipos de bacteria, mientras individuos obesos tienen menos diversidad de estas bacterias. Y la “poca diversidad de estas bacterias” se encuentra asociada con la resistencia a insulina, con un contenido anormal de lípidos sanguíneos (dislipidemia) e inflamación.
La comunidad de las bacterias parece “especializarse” en base a la dieta consumida. Hay diferencias significativas en la cantidad de diferentes tipos de microbios encontrados en gente con dietas de mucha más grasa, en relación con dietas con muchas plantas y con muchas proteínas.
¿Esto importa?
Cada tipo de bacteria genera sustancias distintas (metabolitos), y estos pueden ser buenos o malos para la salud.
La obesidad y dietas “altas en grasa” están asociadas con “permeabilidad del intestino” y aumentos en los niveles de lipopolisacáridos (LPS) en la sangre.
Los LPS se encuentran en las membranas de algunas bacterias, incluyendo la E. coli, que es un tipo de toxina, y cuando LPS se ata a su receptor, puede causar una respuesta inmune al causar que se desarrollen factores proinflamatorios como TNF-α, interleucina 1 (IL-1) y interleucina 6 (IL-6). Esta inflamación crónica puede causar la “génesis de tumores”.
Para ponerse las cosas peor, los tipos de
bacteria vistos en individuos obesos también han demostrado servir mejor para
extraer energía o calorías de la comida, lo cual
lleva a un mayor aumento en peso, desregulación metabólica y una función
alterada de la adipocina.
La obesidad no solo causa un aumento en las probabilidades de desarrollar cáncer, también puede disminuir la efectividad de algunos tratamientos de cáncer, incluyendo quimioterapia, terapia dirigida y terapia anti-angiogénica.
Bevacizumab, es un medicamento anti-angiogénico, que previene que los tumores crezcan en el suministro de sangre, se usa en combinación con quimioterapia convencional, para ampliar la supervivencia de pacientes del cáncer colorrectal. Un estudio publicado en el jornal Gut sugiere que la grasa visceral (la grasa acumulada alrededor de los órganos internos en la cavidad abdominal) puede ser usada para predecir la respuesta a esta terapia basada en bevacizumab; más grasa visceral significa mayor progresión de tumor.
Otro estudio retrospectivo encontró que mujeres obesas con “cáncer de seno”, desarrollaban metástasis más temprana y tenían respuestas menos prósperas a tratamientos de quimio con paclitaxel, que las mujeres no obesas.
Aun otro estudio ha demostrado que niveles altos de insulina frecuentemente
encontrados en pacientes obesos, puede activar una
secuencia (la secuencia PI3K/Akt), que hace que las células
cancerosas del colon sean más resistentes al medicamento de quimioterapia
oxaliplatin.
Las dosis de medicamentos generalmente son determinadas por el área superficial del cuerpo, que se calcula usando la estatura y peso del paciente. Este cálculo puede establecer unas dosis extraordinariamente altas para pacientes obesos. Entonces, algunos médicos basan las dosis en el peso ideal del paciente, y establecer en base a este, un máximo en la dosis, o pueden hasta bajar la dosis “necesaria” por miedo a efectos secundarios tóxicos.
Es una planta herbácea perteneciente a la familia de las solanáceas.
La fuente primaria del tabaco
comercial se obtiene al cultivar y cosechar Nicotiana
tabacum. Las hojas de tabaco contienen nicotina, la sustancia química
responsable de los efectos adictivos del tabaco. Para obtener estos efectos,
las hojas pueden ser masticadas, ahumadas, o inhaladas.
Entre los efectos de la nicotina en el cuerpo se incluyen disminución del apetito, estado de ánimo elevado, sensación de bienestar, aumento del ritmo cardíaco y de la presión arterial, y la memoria estimulada y el estado de alerta. Estos efectos no duran mucho tiempo y pueden ser sustituidos por los síntomas de abstinencia de la nicotina dentro de 2-3 horas después del último consumo de tabaco. Los síntomas de abstinencia de la nicotina incluyen ansias de nicotina, la ansiedad, la depresión, inquietud, dolores de cabeza, aumento del apetito y problemas de concentración.
La intensidad de los efectos de la nicotina, así como los síntomas de abstinencia de la nicotina depende del nivel de nicotina presente en el cuerpo.
BIBLIOGRAFÍA y FUENTES: Winship Cancer Institute: CancerQuest-EmoryUniversity ≈ Instituto Nacional del Cáncer (INC) ≈ Wikipedia ≈ Medline-Plus ≈ Guia●Infantil ≈
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