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viernes, 13 de octubre de 2017

099-4@. LA TIERRA: “una historia interminable”. Un planeta “ricitos de oro”. El impacto de TEA. La creación de la LUNA. El telescopio espacial Kepler




William "Bill" Watterson II

La TIERRA
Un planeta “ricitos de oro”  y la misión de Kepler
Como hemos visto en páginas anteriores, hace 4.567´2 millones de años el colapso gravitacional[1]  que originó nuestro Sol, creó también un disco circunestelar[2] con el material “sobrante”. En las decenas-centenas de millones de años posteriores con los materiales y objetos astronómicos de este disco circunestelar, a su vez se fueron generando el resto de los planetas y cuerpos existentes en el Sistema Solar. La acreción[3] de estos materiales involucró a una inmensa cantidad de desechos estelares, embriones planetarios o planetesimales[7]. 
En el interior de la incipiente TIERRA, esta serie de colisiones generaron elevados niveles de calor y de presión, provocando que se derritiera en su superficie y los metales fundidos del manto profundizaran hacia su interior, creando su actual núcleo de NiFe [níquel-hierro] [4].

Los científicos establecen que la TIERRA pudo crecer inicialmente de una forma “rápida” hasta un 60% de su tamaño actual sobre los 4.550 mill.años, produciéndose después “una pausa” que pudo durar decenas de millones de años. Dentro del sistema solar este 60% fue suficiente para originar el germen de lo que posteriormente sería el único planeta habitado, el planeta Tierra, y este hecho indubitado como iremos viendo, no era una situación normal.
La Tierra hasta el día de hoy, es el ÚNICO planeta del Sistema Solar en donde EXISTE VIDA, y mucho más: de “vida inteligente”. Lo más misterioso en la historia de este SUPERORGANISMO, es que una serie de hechos concatenados, muchos de ellos accidentales, han posibilitado tras el paso de miles de millones de años, que la TIERRA fuera “habitable”.
Los investigadores consideran que esta Tierra “inicial” se sitúo en la llamada  zona “ricitos de oro”, una expresión que ha sido adoptada coloquialmente por la ciencia para designar a todo aquél exoplaneta[5] que se sitúa por la distancia a su estrella, en la llamada zona o banda habitable. Dentro del Sistema Solar los astrónomos han estimado que su zona habitable podría oscilar entre las 0,8 y 1,35 ua[6] [es decir de los 120 a los 200 mill.kms.], habiéndose situando la Tierra actual en el Sistema Solar a una distancia de 1 ua [150 mill.km.] [6], aproximadamente en la mitad de este ámbito. 
 Sistema Kepler 452b
Kepler: Planetas extrasolares

1.  COLAPSO GRAVITATORIO o GRAVITACIONAL: es el desmoronamiento hacia dentro de un “cuerpo estelar” debido al efecto de su propia gravedad hasta formar un agujero negro. Los sistemas que pueden sufrir un colapso gravitatorio son estrellas [que pueden dar lugar a supernovas, estrellas de neutrones o agujeros negros] o grupos “masivos” de estrellas como los Cúmulos globulares o las galaxias en su zonas más densas.
2.  CIRCUNESTELAR [DISCO]: es una estructura material constituida por gas, polvo y objetos rocosos o hielo [planetesimales], que pudieron originarse durante la fase de formación de la estrella, y que tienen forma de anillo o toro y se sitúan en torno a una estrella.
3.  ACRECIÓN o Acrecimiento: es en Astronomía y Astrofísica, la formación por colapsamiento gravitacional de los materiales existentes en los discos circunestelares, que crean las estrellas, planetas, satélites, etc.. Es una teoría propuesta en 1944 por el geofísico ruso Otto Schmidt.
4.  NiFe: expresión abreviada que expresa una mezcla de Ni: niquel y Fe: hierro. En geología sirve para describir la composición general del Núcleo de la Tierra que se encuentra compuesto por Hierro + un 5ª 10% de Níquel + otras cantidades menores de otros elementos ligeros, azufre, oxígeno. Últimamente se ha especulñado con la teoría de la existencia de importantes cantidades de otros elementos pesados entre los que podría estar el Oro, Mercurio, Iridio, Plomo y el Uranio.
5.  EXOPLANETA o PLANETA EXTRASOLAR: es un planeta que orbita en una estrella diferente al Sol y que por lo tanto no pertenece al Sistema Solar. La primera detección confirmada de un planeta extrasolar que orbitaba alrededor de la estrella extrasolar Helvetios en la Constelación de Pegaso situada a 50,9 ± 0,3 años-luz, es el planeta Dimidio un gigante gaseoso de unas 150 MTierra, inicialmente llamado 51 Pegasi b, y descubierto el 6 de octubre de 1995 por los astrónomos Michael Mayor y Didier Queloz del Observatorio de Haute-Provence. Este descubrimiento ha marcado y supuesto un “gran avance” de la investigación astronómica, al establecer que planetas de tipo gigante podían existir en órbitas de corto período, situación anteriormente no considerada.
6.  UNIDAD ASTRONÓMICA (ua, au): se denomina a una longitud igual a la de la distancia media entre la Tierra y el Sol, que se estima en 149.597.870.700 metros o lo que es igual a 149,598 millones de kilómetros.
7.  PLANETESIMALES: son objetos sólidos que forman parte de los discos protoplanetarios. Las partículas sólidas más masivas que contiene esa primitiva nebulosa de gases y polvo que forma el disco, a través del tiempo y las fuerzas magnéticas actúan como núcleo de condensación de las pequeñas partículas, dando lugar a objetos sólidos cada vez de mayor dimensión y que en el transcurso de millones de años forman los satélites y los planetas.

La misión de Kepler,
Antes de continuar, viene al hilo establecer la misión científica del satélite Kepler, la primera realizada por el mundo científico en ésa búsqueda constante por descubrir planetas habitables similares a la Tierra.
El satélite Kepler tuvo ése objetivo principal en su misión: intentar descubrir aquellos planetas situados en una zona “ricitos de oro” de la habitabilidad fuera del Sistema Solar.

El satélite Kepler el 6 de marzo de 2009, fue situado en una órbita elíptica de 372 días alrededor del Sol y a una distancia similar a la que orbita la Tierra. Estaba dotado con un telescopio espacial que le permitía estudiar planetas extrasolares o exoplaneta[5], que pudieran tener una serie de factores considerados por los científicos esenciales para la existencia de vida: una masa y un radio similares a nuestro planeta, agua líquida, una composición atmosférica adecuada y disponer de ésos rasgos básicos y únicos que se dan en nuestro planeta y que le han servido para “propiciar” la vida.
Su misión terminó en agosto de 2013 [aunque fue prolongada hasta el 2016 y posteriormente siguió generando datos], habiéndose creando con los datos recibidos el Kepler Input Catalog [KIC][8] con una base de datos de búsqueda de nada menos que 13,2 millones de objetivos.

De los resultados obtenidos por Kepler, los científicos han estimado la existencia tan solo en la Vía Láctea de más de 40.000 millones de planetas “ricitos de oro”, de los cuales unos 11.000 millones orbitarían alrededor de una estrella similar al Sol.
Los candidatos análogos a la Tierra que cuentan al día de hoy con una mayor similitud, serían Kepler-438b y el Kepler-296e, que se sitúan a la muy respetable distancia de unos 473 y 669 años-luz de nuestro Sistema Solar.  Esto nos da una idea de la magnitud observada y encontrada, y de lo “cortos” que han empezado a quedar los cálculos de la Ecuación de Drake[9].

El 23 de julio de 2015 se hizo quizás el mayor descubrimiento por Kepler, la del exoplaneta Kepler 452b que orbita en torno a una enana amarilla del tipo G2 que se encuentra situada a una distancia de 1400 años-luz del Sistema Solar. Kepler 452b es el primer planeta cuya existencia ha podido ser confirmada, y ha sido considerada  por el mundo científico como una supertierra que orbita dentro de la llamada zona de habitabilidad o ricitos de oro. Con una masa estimada en 4,72 masas terrestres, una órbita alrededor de su estrella cada 385 días y una atmósfera similar a la de la Tierra tiene una temperatura media de unos 29,35ºC, tan sólo 22ºC por encima.
El impacto de TEA o THEIA

1.  KEPLER INPUT CATALOG [o KIC]: Con una base de datos de 13,2 millones de objetivos públicamente establecidos en el Programa de Clasificación Espectral de Kepler, es uno de los pocos catálogos completos de estrellas realizados dentro del campo de visión de una nave espacial, aunque tras su detección, sólo 1/3 del catálogo pudo ser analizada por la nave espacial. El catálogo realizado por Kepler incluye: masa, radio, temperatura efectiva, metalicidad y extinción de enrojecimiento. No todas las estrellas catalogadas tienen planetas confirmados ni obtienen la designación de objeto de interés por Kepler.
2. ECUACIÓN de DRAKE [La]: concebida por el radioastrónomo y presidente del Instituto SETI, Frank Drake formuló una ecuación [1961] con el propósito de estimar la cantidad de civilizaciones en nuestra galaxia la Vía Láctea, susceptibles de poseer emisiones de radio detectables. Nuestro sol es sólo una estrella solitaria entre las 7×1022 estrellas del Universo observable. La Vía Láctea es sólo una de entre las 22000.0001000.000 de galaxias del Universo.
Ecuación de Drake, está basada en varios parámetros:
N =    R *fp ne fl fi fc L 
N = R     f p     n e     f l     f i     f c     L {\displaystyle N=R^{*}~\cdot ~f_{p}~\cdot ~n_{e}~\cdot ~f_{l}~\cdot ~f_{i}~\cdot ~f_{c}~\cdot ~L} Donde N representa el número de civilizaciones que podrían comunicarse en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Este número depende de varios factores:
·   R * es el ritmo anual de formación de estrellas "adecuadas" en la galaxia.
·   fp es la fracción de estrellas que tienen planetas en su órbita.
·   ne es el número de planetas orbitando dentro de la ecosfera de la estrella (las órbitas cuya distancia a la
estrella no sea tan próxima como para ser demasiado calientes, ni tan lejana como para ser demasiado frías
para poder albergar vida).
·   fl es la fracción de planetas dentro de la ecosfera en los que la vida se ha desarrollado.
·   fi es la fracción de planetas en los que la vida inteligente se ha desarrollado.
·   fc es la fracción de planetas donde la vida inteligente ha desarrollado una tecnología e intenta comunicarse.
·   L es el lapso, medido en años, durante el que una civilización inteligente y comunicativa puede existir.
Cuya solución simplificada dada por Drake para la Vía Láctea sería:  N =10 . 0,5 . 2 . 1 . 0,01 . 0,01 .10000 = 1             
La ecuación ya se considera superada, existiendo muchas especulaciones sobre la evolución de la propia ecuación.
3. PROTOPLANETA: son planetas pequeños que se consideran como cuerpos celestes “embriones planetarios” con un tamaño similar al de la Luna, y que se encuentran presentes en todos los llamados discos protoplanetarios. Su origen se considera que proviene de los choques de planetesimales de hasta 1 km. de diámetro que al colisionar entre ellos pueden formar protoplanetas de 100 a 1000 kms. de diámetro e incluso mayores, como en el caso de TEA. Cada protoplaneta se ve perturbado en su órbita por otros protoplanetas, cuya interacción puede generar choques entre ellos, y cuya acumulación de impactos y absorciones podría formar planetas.

El impacto de TEA [THEIA] y la formación de la LUNA
Hasta que en 2010 el Dr. John Rudge de la Universidad de Cambridge, en base al decaimiento radiactivo del hafnio 182 al convertirse en tungsteno 182, vino en datar de la forma más exacta hasta la fecha la edad de la Tierra en 4.470 millones de años, con una desviación del ±1%, la edad del planeta no se conocía.
Si la datación más exacta de la edad del Sistema Solar es de 4.567´2 millones de años, quiere ello decir que el planeta Tierra pudo tardar en formarse tras su acreción inicial unos 100 millones de años “después”, a partir de los planetesimales[7] o granos de partículas y polvo interestelar que al chocar entre sí, se iban uniendo formando cuerpos más grandes.
Pero hoy sabemos, que en estos 100 millones de años sucedieron otros fenómenos esenciales para el planeta, que dan respuesta entre otras cosas a la propia existencia de la Luna.

La revista Sciencie publicó en el mes de junio de 2014 un trabajo de investigación presentado por el Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague en la Conferencia de Geoquímica de Goldschmidt [California], que nos ha venido a «confirmar» que un protoplaneta[*1] de tamaño similar a Marte, chocó con la Tierra saliendo impulsados en el impacto materiales al espacio, que conformarían posteriormente la Luna.
La confirmación se ha basado “científicamente” en las mediciones realizadas sobre la abundancia de isótopos del oxigeno [16O, 17O y 18O], titanio , silicio y otros elementos, realizadas directamente sobre las muestras de “las rocas lunares” que fueron traídas en los viajes realizados a nuestro satélite. Ahora podemos especular con bastante seguridad, de que si TEA no hubiera impactado con la Tierra, quizás no hubiera habido una Tierra tal y como la conocemos.

¿Por Qué y Cómo sucedió este gran impacto?.
La teoría científica más aceptada de ése “gran impacto” , denominada como la Giant impact hipótesis, sirve para explicar la formación de la Luna, y viene a establecer que al crearse nuestro Sol, en el Sistema Solar, aparte de crearse la Tierra, también se formó otro protoplaneta[11] al que se ha denominado como TEA o Theia, que en sus inicios y con una masa parecida a la de Marte, “oscilaba” en una órbita similar a la de la Tierra.

Ya en 1772 el matemático Joseph-Louis de Lagrange, había establecido la existencia de cinco puntos en la órbita terrestre, en donde los efectos de la gravedad del planeta se anulaban en relación a la gravedad ejercida por el Sol. También estableció Lagrange matemáticamente, que la órbita de la Tierra que se sitúa a una distancia de 150 millones de kms. del Sol, dos de esos puntos eran “estables” y los denominó como puntos L4 y L5. Es decir, eran puntos que potencialmente podrían “permitir la acreción” de materiales por otros cuerpos mayores, en competencia con la gravedad de la propia Tierra.

Se piensa que TEA debió de comenzar a formarse en el punto L4, dentro de la misma órbita y a los 60º [ver imagen 6]. Cuando TEA merced a esta incorporación de materiales, alcanzó un tamaño-masa similar al de Marte, se calcula que unos 20 o 30 mill.años después de los 4.567´2 mill.años de la formación del Sol [hace unos 4.533 mill.años], TEA se volvió lo suficientemente masivo para que su fuerza gravitacional lo impulsara fuera del punto L4, cambiando su distancia angular con la Tierra y terminando por chocar contra ella en un ángulo oblicuo y a una velocidad de unos 40.000 km/h.

La energía involucrada en esta colisión tuvo que ser de de dimensiones colosales, en la que miles de billones de toneladas de material se habrían evaporado y derretido, llegando la TIERRA en algunos puntos a temperaturas superiores a los 10.000º C. La Tierra tuvo que convertirse en una bola incandescente e indescriptible, en el que la actividad plutónica interna del planeta que alimentaba incesantemente ese mar de magma.
En el inmenso impacto que se produjo [pensemos que TEA era de una dimensión similar a Marte], los elementos más pesados del núcleo de TEA se hundieron y se fusionaron con el Núcleo del centro de la TIERRA. Otros, los “menos pesados”, el impacto los desplazó de su manto y de la corteza terrestre y se mezclaron, siendo expulsados al espacio formando la que se convertiría en nuestra LUNA, por la fuerza de su propia gravedad . La importante cantidad de energía que se liberó en el impacto pudo haber derretido toda la corteza superficial de la TIERRA y como veremos también la de la Luna, creando un océano de magma durante decenas de millones de años.

La hipótesis sobre las DOS lunas
En la actualidad se han realizado simulaciones por ordenador que han sugerido “nuevas hipótesis”. Se piensa que entre 1 y 100 años después del impacto, un 2% de la masa original de TEA pudo formar un disco de escombros que terminaría fusionándose bien con la Tierra, o bien formando la Luna. Incluso se ha considerado como factible que inicialmente se hubieran formado dos satélites a unos 20.000 kms. de la Tierra. Esta luna interna y más próxima, 1.000 años después de su formación pudo acabar volviendo a colisionar con nuestro planeta a causa de las fuerzas gravitatorias.
Estas simulaciones no ponen en duda las evidencias encontradas sobre el escenario de este impacto, realizadas como hemos citado, en base a las rocas recogidas en las misiones Apolo, que han mostrado la similitud de los isótopos de oxígeno [16O, 17O y 18O] con los existentes en la Tierra.
Se ha podido probar científicamente que la LUNA se encuentra formada mayoritariamente por los mantos de la TIERRA y los de TEA.

La Tierra tras el impacto de TEA
Durante centenares de millones de años era una masa incandescente, con una intensísima actividad volcánica [que como veremos, contribuyó posteriormente a la creación de las primeras formas de vida], y cuyo calor procedente de las rocas fundidas del manto, unido a la temperatura exterior existente, no permitía que los materiales vertidos a la superficie exterior de la Corteza terrestre se solidificaran. El propio “impacto” también produjo unas condiciones extremas de presión y temperaturas de hasta los 4000ºC, fundiendo y vaporizando la roca y otros materiales, que en un gran volumen fueron expulsados a la atmósfera del planeta hasta miles de kms. de altura, provocando una inclinación el eje de la Tierra 23,5º de su plano sideral[*1], lo que fue la causa de la aparición en el planeta de sus cuatro estaciones climáticas.

A esta intensa actividad, a la que “coadyuvó” el no tener la Tierra entonces una atmósfera y un campo magnético protector, se le unirían las fuertes tormentas eléctricas; la acción producida por los rayos ultravioletas; la radioactividad y las tormentas solares, así como los numerosísimos impactos de meteoritos. Estudios recientes parecen avalar la existencia inicial de una atmósfera primitiva muy densa, una especie de “sopa densa de gases” que impedía la disipación del calor terrestre por irradiación, dando lugar a un mayor aumento del calor en la Corteza terrestre y a la fusión de capas superficiales del planeta.
La Tierra en esta fase inicial de cientos de millones de años, era un planeta sin capacidad para la generación de la vida.

Después de un período seguramente de unos mil millones de años [hace unos 3500 mill.años], esta intensísima actividad plutónica se habría ido rebajando, habría generado por la actividad plutónica una gran cantidad de gases, entre los que se encontraban los de tipo invernadero, así como inmensas cantidades de vapor de agua contenido y atrapado en el interior de las rocas de la masa eruptiva, o formado tras la combinación del O2 con metano y amoníaco, que fueron los elementos básicos de la composición de esta atmósfera primitiva.
Con todo ello se formó una atmósfera que quedó «atrapada» por el ámbito gravitacional de la Tierra, dado el incremento sufrido por su masa, y que gradualmente tras decenas de millones de años permitió reducir las temperaturas en la superficie y la formación de una corteza terrestre solidificada.
Esta en síntesis es la teoría científica más aceptada hoy día y que explica la aparición de mares y océanos y mucho más tarde de la VIDA, desechando la teoría de la Panspermia[*1].

Hoy día los geólogos en base a los estudios realizados en las emanaciones de las grandes erupciones ya han demostrado, que los principales componentes gases que envían a la atmósfera las erupciones volcánicas son el H2O [68%], el CO2 [13%] y el N2 [8%], proporciones detectadas por ejemplo en el Halema´uma´u caldera del Kilauea en Haway, siendo el resto principalmente humos sulfurosos. Según el geólogo norteamericano William W. Rubey, el 99% de los gases existentes en la atmósfera proceden del propio Manto terrestre.
Estas ingentes cantidades de agua emanadas en las erupciones volcánicas en forma de vapor y en los procesos geotermales, una vez enfriadas en la atmósfera, se fueron condensando en forma de lluvia y sirvieron para generar y alimentar ríos, lagos y corrientes de aguas tanto superficiales como freáticas, que como sabemos terminaron convirtiéndose en mares y océanos. Merced a la evaporación en las capas superficiales de los mares y océanos, se generó en la atmósfera el ciclo de evaporación ~ condensación ~ precipitación, siendo ésta la tesis científica más «aceptada» sobre el origen del agua en la Tierra.

Existen evidencias de que los océanos primitivos se mantuvieron en estado líquido, en contradicción con la llamada “paradoja del sol jóven y débil” [12]. Se sabe que a pesar de que el sol tenía un 30% menos de calor, el agua se mantuvo liquida en el planeta gracias a los gases de efecto invernadero [que curiosamente ahora tanto nos preocupan], y que en esta fase inicial sirvieron para bloquear la pérdida de calor de la Tierra y con ello la desaparición del agua de los mares y océanos.
La antigua teoría de que los océanos existentes se formaron con el agua procedente de asteroides y meteoritos, ya ha sido desestimada, aunque estas aportaciones pudieron tener alguna incidencia hasta que el campo magnético terrestre se formara sobre los 3.500 mill.años.  Lo veremos más adelante.
1. PANSPERMIA: hipótesis que propone que la Vida pudo tener su origen en cualquier parte del Universo, y no proceder directa y exclusivamente de la Tierra. Según esta teoría, la “Vida tuvo que provenir del exterior” y las primeras formas de vida habrían llegado en meteoritos o cometas desde el espacio. El término fue defendido por el biólogo alemán Hermann Richter en 1865, siendo utilizado en 1908 por el químico sueco Svante August Arrhenius para explicar el comienzo de la vida en la Tierra. La teoría recupera una vieja idea de Anaxágoras enunciada en la antigua Grecia en el siglo VI a.C.
2. PARADOJA DEL SOL JÓVEN Y DÉBIL: describe la “contradicción” entre las observaciones verificadas y que muestran “agua líquida” de forma temprana en la Historia de la Tierra, y las observaciones “astrofísicas” que apuntan a que el Sol brillaba sólo a un 70% de su intensidad actual, transmitiendo por lo tanto un 30% menos de energía al espacio.
Imagen 6
La LUNA
Es la “luminosa” o “la que ilumina”, se sitúa de la Tierra a una distancia de 384.400 kms., y con sus 3.474 kms. de diámetro supone ¼ del diámetro del planeta y 1/81 de su masa.
Es por su tamaño el quinto satélite del Sistema Solar, siendo:
                        ► 1º- Ganímedes (Júpiter), con Ø=5.262 kms;
                        ► 2º- Titán (Saturno), con Ø=5.162 kms.;
                        ► 3º- Calisto (Júpiter), con Ø=4.821 kms.; y
                        ► 4º- Ío (Júpiter), con Ø=3.643 kms.]

Pero sin embargo es el satélite de mayor dimensión del sistema “en relación” con la dimensión de su planeta. Durante algún tiempo se consideró parte del considerado binomio Tierra-Luna como un sistema doble planetario, al ubicarse el baricentro de ambos cuerpos a 1.700 kms. bajo la superficie terrestre, sin embargo astronómicamente esta situación ha sido desechada por los científicos, y en la actualidad la Tierra y la Luna son consideradas como un sistema planeta-satélite.

Nuestro satélite tarda en dar una vuelta alrededor de la Tierra: 27d. 7h. y 43min., gira sobre sí misma [aunque no lo parezca], siendo su dirección de giro hacia el Este [igual que la Tierra], lo que hace que se combinen ambos cuerpos de tal forma, que la salida de la Luna se retrasa unos 50 min. cada día. Carece prácticamente de atmósfera debido a su baja gravedad, por lo que es incapaz de retener las moléculas de gas en su superficie.

► En su movimiento en torno a la Tierra está en relación “síncrona”, es decir muestra siempre la misma cara al planeta. La órbita de la Luna es especialmente compleja, ya que en realidad no es la Luna la que gira en torno a la Tierra, sino que ambas, la Tierra y la Luna, giran en torno al baricentro de las dos masas, que como hemos citado, se sitúa a 1700 kms. hacia el centro de la Tierra.
La Luna se desplaza en su órbita alrededor de la Tierra a una velocidad de 1 km./seg., habiéndose comprobado recientemente mediante mediciones realizadas con medición luna-láser, que se “aleja” de nuestro planeta una distancia promedio de 3,8 cms./año.
► En su movimiento en torno al Sol, cuya duración de órbita es de 354 días, es la Tierra la que arrastra a la Luna describiendo una trayectoria, cuya forma es una curva de tal naturaleza que dirige siempre su concavidad hacia el Sol. En su movimiento orbital respecto al plano de la Eclíptica tiene una inclinación de 5º por lo que permite ver alternativamente un 59% de su superficie, es decir permite ver más allá del polo Norte o del Sur.

Su excepcional dimensión y su preponderancia e influencia en los ciclos del planeta, la han convertido desde la antigüedad en un importante hito cultural y mitológico de las diferentes culturas habidas. Y su influencia no es sólo cultural, es también física, al influir en las mareas terrestres, en el movimiento de la Tierra y en otros muchos de sus fenómenos medioambientales. 
La Luna ha sido siempre un mensaje para los seres de la Tierra, ha imperado en nuestra vida y en el desarrollo de las especies, ha sido “algo más que un simple satélite”: es forma de la Vida en la Tierra tal y como surgió y la conocemos. El dios Luna a imperado en todas las culturas humanas marcando el “tempus” de nuestra existencia, siendo adorada, pero ha sido mucho más: ha espoleado la “imaginación” del ser humano durante miles de años.
1. PLACA TECTÓNICA o LITOSFÉRICA: es un fragmento de Litosfera que se mueve como un bloque “relativamente” rígido sobre la Astenosfera. La teoría sobre la Tectónica de Placas explica la estructura y la zona dinámica superior de la superficie terrestre, describiendo su movimiento, direcciones e interacciones. Son de dos tipos: las placas litosféricas de la corteza oceánica y las de la corteza continental. Hay también placas mixtas que se encuentran cubiertas o “montadas” por una placa de la corteza continental y así mismo y en parte por corteza oceánica. Existen en la actualidad 15 placas tectónicas principales y 42 placas secundarias. Los límites entre placas son de tres tipos: Divergentes [se separan], que corresponden esencialmente a la corteza oceánica; Convergentes [chocan entre sí], y generan bien fenómenos de subducción o bien de colisión y  de Fricción, cuando se desplazan “lateralmente” generando grandes terremotos.
2. BOMBARDEO INTENSO TARDÍO [LHB]: o también conocido como el “último bombardeo intenso”, se sabe que se produjo en el período entre los 4.100 y los 3.800 mill.años, en el que tanto la Tierra como la Luna y otros cuerpos del Sistema Solar “interior”, sufrieron frecuentes impactos y muy violentos de grandes asteroides. Es el período en el que se originaron los grandes cráteres existentes en la Luna y Mercurio. En la hipótesis barajada en los años setenta por los científicos, establece que durante un período prolongado, la intensidad de los impactos fue muchísimo mayor, generando también un cataclismo lunar. Esta situación explicaría que esta lluvia apocalíptica de asteroides y meteoritos que se produjo, cubrió la superficie terrestre, generandole al planeta primitivo, una inmensa cantidad de energía térmica.
3. DATACIÓN RADIOMÉTRICA: es el procedimiento técnico empleado para determinar la edad absoluta de rocas, minerales y restos orgánicos. Existen varios métodos, el más conocido es por la datación por el carbono radiactivo, que se basa en la desintegración del isótopo carbono 14. El caso más simple es en el que un isótopo “padre” se desintegra en un isótopo “hijo” estable, y aplicando una expresión matemática que relaciona los períodos de desintegración y el tiempo geológico, se sabe la “edad” de la muestra. La datación Radiométrica se viene utilizando desde 1905, tras ser inventada por Ernest Rutherford.
4. ESTROMATOLITOS [o CAMAS]: son formas de la célula primitiva (del griego strōma=cama/alfombra y litho=piedra). Son estructuras carbonatadas estratificadas que tienen formas diversas, que se han formado en aguas someras por la captura y fijación de partículas carbonatadas por parte de las Cianobacterias.
5. CIANOBACTERIAS: comprende a esas bacterias que tienen la capacidad de realizar la fotosíntesis con desprendimiento de oxígeno, como las plantas, conformándose en grandes colonias. Son las únicas bacterias procariontes o organismos procariotas que se caracterizan por poseer componentes intracelulares hidrosolubles en el agua, es decir tener proteínas, ADN y metabolitos solubles en agua. También se las denomina como algas verdeazules, verdeazuladas o cloroxibacterias [solo se conoce el género Prochloron, que son organismos que realizan la fotosíntesis oxigénica, pero no son organismos procariotas, son unicelulares, esféricos e inmóviles de tamaño entre 6-24 micras] debido a contener pigmentos clorofílicos que le confieren un color característico dada su similitud, morfología y funcionamiento de las algas. Estas células miden unos pocos micrómetros de diámetro, pero son mayores que las otras bacterias.
La formación y origen de la LUNA para los astrofísicos,
ha supuesto hasta hace muy pocas décadas una situación singular en sus teorías, al apartarse su existencia de las leyes básicas de otros satélites similares de nuestro Sistema Solar. Durante decenios nuestro satélite ha sido siempre el objeto de grandes debates y teorías.
La hipótesis de la formación de nuestro satélite fue planteada por primera vez en 1974 en una Conferencia sobre Satélites, y publicada en 1975 en la revista científica Icarus por William K. Hartmann y Donald R. Davis, careciéndose de las pruebas necesarias sobre la teoría hasta ésta fecha.

La revista Science en el mes de junio de 2014, hace por lo tanto poco más de tres años, publicó el trabajo de investigación presentado por el Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague en la Conferencia de Geoquímica de Goldschmidt [California], en donde como hemos citado anteriormente, se vino a «confirmar» que hace 4.533 mill.años [lo que ha venido a confirmar los datos obtenidos en la antigüedad de la Luna hace 4.527±10 mill-años], un protoplaneta de un tamaño similar a Marte al que se ha denominado como TEA chocó con la Tierra, saliendo impulsados en el impacto materiales al espacio que conformarían posteriormente la Luna. Esta teoría científica, que al día de hoy era la más aceptada, hasta ahora no había sido probada científicamente. Las pruebas isotópicas realizadas de los materiales demuestran que la Tierra y la Luna poseen composiciones prácticamente idénticas, muy diferentes de las de otros cuerpos del Sistema Solar.

Estos impactos gigantescos entre los cuerpos que formaron el disco protoplanetario, fueron muy comunes en la formación de nuestro sistema durante los primeros miles de millones de años, hasta que se llegó a una “estabilización”. 
La inmensa cantidad de energía liberada por el impacto de TEA tuvo que suponer la inmediata fusión de todo el material existente en la capa superficial, que se convertiría en un mar de magma incandescente, al que se uniría una activación plutónica interna del planeta. Los volcanes, como en otros momentos y por otras circunstancias externas, se activaron en todas las líneas de contacto de las placas tectónicas[13].
La LUNA que se había formado por el material eyectado al espacio también estaría completamente en fusión, estimándose que su “profundidad” pudo alcanzar entre los 500 kms. y su radio entero. Este panorama tuvo que trascender durante cientos de millones de años.

Tras formarse, la LUNA se vio sometida a un gran período cataclísmico en el entorno de entre los 4.100 a los 3.800 mill.años, en el cual, tanto la LUNA como la Tierra y otros planetas del Sistema Solar “interior”, sufrieron violentos impactos de grandes asteroides en el período conocido como el “bombardeo intenso tardío” [14] ,  también conocido como cataclismo lunar, último bombardeo intenso o LHB, y que fue según los científicos el período causante de la mayor parte de los cráteres observados en la Luna y en Mercurio, creados por los impactos muy violentos de grandes asteroides. Esta teoría se basa en el análisis y datación radiométrica[15] de las rocas lunares traídas en las misiones Apolo, que permitió también identificar el origen de muchos meteoritos caídos sobre la Tierra. Hoy día la ciencia tiene bastante pruebas de ello.
Posteriormente estos impactos del “bombardeo intenso tardío”[14], produjeron una época de vulcanismo, con la emisión de grandes cantidades de lava que llenaron las mayores cuencas de impacto que se habían producido en la LUNA, formando los denominados como “mares lunares”. Esta situación terminó hace unos 3.000 mill.años, sin que desde entonces hayan sucedido nuevos impactos de asteroides. Se sabe por ello, que “muy al principio” en la historia de la Luna hubo actividad volcánica, lo mismo que se ha probado que hubo un corto período de campo magnético, que también ha sido detectado en las rocas lunares.

La Luna en un principio se encontraba mucho más cerca de la Tierra, generando poderosas mareas en los océanos y un clima implacable sobre ella, con huracanes que la rodeaban y que entonces el día era más corto, de veinte horas, diez de luz y diez de oscuridad. Tras cientos de miles de años todo se fue trasformando, la LUNA y la TIERRA fueron ajustando sus “tiempos”, hasta un momento determinado y ocurrido hace aproximadamente 3.000 mill.años, unos mil quinientos millones de años después de la formación del planeta.
Todo se fue calmando, transformado, dando paso a un habitat que generaría una vida que se estaba originando, a los estromatolitos o camas[16] de las aguas someras que darían paso a las cianobacterias[17], grandes sintetizadoras del oxígeno. El calendario lunar lo empezó a regir todo. La Luna, ahora sabemos que como un metrónomo lo ha regido todo desde hace miles de millones de años, todas la leyes de la naturaleza que imperan en la Tierra han estado vinculadas de una o otra forma a ése satélite “adorado por civilizaciones” llamado LUNA.

Seguirá en la 5@ PARTE, Etiqueta 100


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