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sábado, 16 de noviembre de 2013

078- LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA [Iª]: El Tardofranquismo. ESPAÑA nación soberana, dice: “NO” a la secesión de “SUS territorios” en Cataluña.


Humano es errar; pero sólo los estúpidos perseveran en el error
  Marco Tulio Cicerón (106 al 43 a.C)

PREÁMBULO

Ante la posible adopción de “medidas constitucionales” en Cataluña

Antes de entrar en materia y de intentar explicar porqué durante la Transición y la elaboración de la Constitución se llegó a una división pseudo-feudalista de España en 17+2 Autonomías y el papel determinante que tuvieron los nacionalistas catalanes, creo necesario ofrecer una IDEA previa ante la posible y casi inevitable intervención del gobierno en la Autonomía catalana, que debe servir de AVISO a todos esos instigadores y perjuradores políticos de la Constitución que han surgido en España.

 

Deberíamos evitar volver tener QUE REPETIR la deshonrosa “derrota de la Generalidad catalana”, realizada por el general Batet el 6 de octubre de 1934 en tan solo 6 horas y media. Fundamentalmente por el bien de esos catalanes que son españoles en Cataluña y por los “odios y rencores” que se han sembrado y educado durante generaciones en sectores de una sociedad “engañada y alentada con mentiras”.

 

Es necesario dejar claro que la Constitución Española y la legislación desarrollada a su amparo, establece que:

Cualquier español en uso de sus derechos constitucionales a nivel individual o colectivo, se encuentra legitimado como Acusación Popular para establecer una DEMANDA ante los órganos judiciales penales o constitucionales competentes (3), contra toda aquélla persona o personas que en uso de sus competencias  públicas, perjurare y vulnerare las determinaciones y disposiciones establecidas en nuestra Constitución y del resto de la Legislación establecida al amparo de sus disposiciones”.


(3) - Señala Enrique Arnaldo Alcubilla, Letrado de las Cortes Generales que la Acción o Acusación Popular es:
 «La atribución de legitimación activa para que un ciudadano pueda personarse en un proceso sin necesidad de invocar la lesión de un interés propio, sino en defensa de la legalidad.
Se trata, por tanto, de una manifestación del derecho público subjetivo al libre acceso a los Tribunales en que las pretensiones que se mantengan sean de interés público. Por tanto, la Acción Popular se enmarca dentro del más amplio espacio del derecho a la tutela judicial efectiva del artículo 24 de la Constitución »[1]

 

Animo desde estas líneas a crear una Acusación Popular, una respuesta “civil” que puede ser tan contundente como la institucional, ante el comportamiento político de Arturo Mas y otros facciosos nacionalistas y ante la dejación de la Fiscalía del Estado. Porque vemos y oímos todos los días a políticos con “nombre y apellidos”, que HACE TIEMPO que ESTÁN COMETIENDO DELITOS de muy diversa índole (banderas, manifestaciones, difamaciones...), amparándose en su impunidad institucional, situación que NO PUEDE permitirse la imagen de España en el exterior, véamos como ejemplo la reciente visita de Mas como Presidente?? de la Generalidad a Israel.

El Imperio de la Ley es universal en su aplicación y debe caer con todo su peso.

 

El Gobierno yerra cuando calla (el que calla, otorga), ante las numerosas y MUY GRAVES manifestaciones públicas, y todavía no hemos visto al Fiscal General del Estado actuar “de oficio” “como es SU OBLIGACIÓN institucional y jurídica”. La Fiscalía no debe olvidar que también se cometen delitos “por omisión de los cumplimientos estatutarios e in vigilando”. A Torres-Dulce le vamos a recordar “muy amargo” los que somos españoles herederos de siglos de grandeza.

LA ÚLTIMA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE CATALUÑA

Marco Tulio Cicerón que vivió en el siglo anterior al nacimiento de Cristo (106 al 43 a.C.), y es reconocido universalmente por ser uno de los más grandes escritores, oradores y filósofos de la historia, parece ser que aseveró:

« Los pueblos que olvidan su Historia, están condenados a repetirla »

Desde entonces y a lo largo de la historia, otros muchos personajes como Nicolás de Avellaneda (1837-1885), el que fuera Presidente de Argentina, han hecho suya la misma frase, repitiéndola. Otros como el filósofo y escritor George Santayana (1863-1952), la han reformado siempre con el mismo sentido que le dio Cicerón, y dijo:  

«Aquellos que no recuerdan su pasado, están condenados a repetirlo»

Lo que es inamovible en este aserto que podríamos tomar como un principio axiomático, es: que los necios que «no reconocen la Historia,... están condenados a repetirla»

 

Lo anterior viene al hilo de la última Declaración unilateral de Independencia que protagonizaron los nacionalistas catalanes el 6 de octubre de 1934, proclamada en esta ocasión por Companys y su gobierno de la Generalidad y que se vuelve a repitir con el actual Presidente de la Generalidad Arturo Mas y sus adláteres facciosos.

El Levantamiento lo he descrito hora a hora en las pgs. 66º, 67º y 68º, y simplemente voy a recordar por su importancia y por el odio que rezuman, las palabras “textuales” de los personajes que actuaron en ésos momentos históricos de España,  y en los que también intervinieron activa y favorablemente tanto el PSOE de Largo Caballero, como otros partidos y sindicatos de la izquierda republicana. La Historia vuelve a demostrar que siempre que no han estado en el poder, han actuado contra la unidad de España.

 

BARCELONA, a las siete y media de la tarde del 6 de octubre de 1934. Llega a la Generalitat el consejero Dencás acompañado de los directivos de las Agrupaciones denominadas «Estat Català».

Por entonces la Plaza de Cataluña y las calles adyacentes ya se encontraban apiñadas. Se gritaba contra España, cada vez con un mayor frenesí se oían voces independentistas, que se convirtieron en un grito ensordecedor rodeado de entusiastas aplausos y vivas a Cataluña, cuando apareció el Presidente Companys a las ocho de la tarde en el balcón del salón San Jorge de la Generalitat , ante un público excitadísimo, en buena parte esgrimiendo armas que no cesó en sus aclamaciones, y que después de levantar sus brazos en numerosas ocasiones para imponer silencio, una vez las voces se acallaron, el Presidente comenzó a leer su discurso, diciendo después de unas palabras iniciales (1):

-        « Catalanes...:
             «.../...»
-        « En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder en Cataluña, proclama el ESTADO CATALÁN en la República Federal Española, y al establecer y fortificar la relación con los dirigentes de la protesta general contra el fascismo, les invita a establecer en Cataluña el Gobierno provisional de la República, que hallará en nuestro pueblo catalán el más generoso impulso de fraternidad en el común anhelo de edificar una República Federal libre y magnífica »

-        « Os sentimos fuertes e invencibles. Mantendremos a raya a quien sea, pero es preciso que cada uno se contenga sujetándose a la disciplina y a la consigna de los dirigentes. El Gobierno, desde este momento, obrará con energía inexorable para que nadie trate de perturbar ni pueda comprometer los patrióticos objetivos de su actitud »

-        « ¡¡CATALANES!!: La hora es grave y gloriosa. El espíritu del presidente Maciá, restaurador de la Generalidad, nos acompaña »


El primer Consejo de Ministros del Gobierno de Lerroux se había reunido por primera vez "en el día anterior, el 4 de octubre". Alejandro Lerroux como Presidente del Gobierno de España electo, ante las gravísimas actuaciones que se estaban produciendo y ante el alzamiento del Gobierno de Cataluña considera oportuno realizar una alocución por radio estableciendo ante todos los españoles, la posición del Gobierno de España.

 

MADRID, diez de la noche del mismo día. El Presidente del Gobierno Alejandro Lerroux habla por radio a toda España. Refleja en su alocución la gravedad  por la que pasa España en esos momentos, y textualmente dice entre otras cosas, lo siguiente (2):

            «y termina su alocución por radio, diciendo...»

-         « Estad seguros de que ante la revuelta social de Asturias y ante la oposición antipatriótica del Gobierno de Cataluña, que se ha declarado faccioso, el alma entera del país entero se levantará en un arranque de solidaridad nacional en Cataluña como en Castilla; en Aragón como en Valencia; en Galicia como en Extremadura; en las Vascongadas como en Navarra y Andalucía, a ponerse al lado del Gobierno para restablecer, con el imperio de la Constitución, del Estatuto, y de todas la leyes de la República, la unidad moral y política que hace de todos los españoles un pueblo libre, de gloriosa tradición y de glorioso porvenir»

 

-           « Todos los españoles sentirán en el rostro el sonrojo de la locura  que han cometido unos cuantos. El Gobierno les pide que no den asilo en su corazón a ningún sentimiento de odio contra pueblo alguno de nuestra Patria. El patriotismo de Cataluña sabrá imponerse allí mismo a la locura separatista, y sabrá conservar las libertades que le ha reconocido la República, bajo un Gobierno que sea leal a la Constitución en Madrid, como en todas partes. Una exaltación de la ciudadanía nos acompaña. Con ella, y bajo el imperio de la Ley, vamos a seguir la gloriosa Historia de España»

 

 

Las manifestaciones describen el momento histórico, tanto como los hechos.


PINCELADAS DE HISTORIA : LA TRANSICIÓN (Iª)
El OBJETO de estas páginas editadas en el BLOG, es realizar un somero repaso a los hechos históricos de la Transición. Establecer las presiones políticas que se produjeron por parte de los nacionalistas catalanes a la hora de realizar la Constitución de 1978, de la que son co-responsables directos, ya que como veremos, sus “chantajes institucionales”  realizados para “su propio beneficio”, fueron determinantes en la formación de la España que tenemos en la actualidad y situará al lector en la “verdad y la mentira” nacionalistas.
Por esto he creído necesario repasar de forma casi esquemática, el contexto de la Historia que se vivió en España en esos años de la trasformación, de la Dictadura de Franco a la Democracia actual, cimentada en la Constitución de 1978, que elegimos todos los españoles.  

EL TARDOFRANQUISMO Y EL GOBIERNO PRECONSTITUCIONAL DE SUÁREZ
Tras la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, se produce la instauración de la Monarquía con su nombramiento como Rey, con el nombre de Juan Carlos I. La corona que le hubiera correspondido dinásticamente a D. Juan de Borbón, realmente por designación política de Franco, se instaura en su hijo D. Juan Carlos.
Las Cortes Españolas postfranquistas y en especial D. Carlos Arias Navarro, último Presidente del Gobierno a la muerte de Franco, se encuentra ante la dificilísima tarea de afrontar de la manera más pacífica posible el período de la Transición Política española a la Democracia.

En un principio el Rey tras su nombramiento, confirmó en su puesto de Presidente del Gobierno a Carlos Arias Navarro, consciente de la necesidad de que no era el momento institucional para cambios. El gobierno de Arias se encontraba políticamente muy dividido entre personalidades y tendencias diferentes. Por un lado los había partidarios de realizar reformas, aunque dentro de una marcado “continuismo” como Fraga y Areilza, y los que mantenían la línea de fidelidad al juramento de “defender los principios generales del movimiento”, juramento que habían hecho TODOS, incluso el propio Rey en su entronización.
El discurso de Arias en enero de 1976 en las Cortes, supuso por todo ello, una gran decepción a la posibilidad de viabilizar una Transición hacia la Democracia.  Sus difusas aperturas a la implantación de partidos políticos, y sus reiteradas manifestaciones de apuesta por la continuidad del pasado, dejaron vacío de contenido el movimiento de apertura a la pluralidad política. Fraga, de hecho como vicepresidente del gobierno, desempeñó un liderazgo que no existía en Arias, promoviendo un “reformismo continuista” que en modo alguno podía ser aceptado por la oposición antifranquista. A la oposición sus discursos le parecían vacíos de intenciones.

El gabinete de Arias durante los seis primeros meses se vio desbordado, sometido a enormes dificultades y tensiones para llevar a cabo el poder iniciar una reforma política de Transición, lo que le obligaría a presentar su renuncia al Rey el 1 de julio de 1976.

Ante la renuncia de Carlos Arias Navarro, los miembros de Consejo del Reino presentaron al Rey a través del Presidente de la Cortes D. Torcuato Fernández Miranda, después de encendidos debates, una terna de personalidades para su sustitución formada por Federico Silva Muñoz, Laureano López Rodó y Adolfo Suárez González, para la elección del nuevo Presidente de Gobierno. La inclusión en la terna de la figura de Adolfo Suárez, hasta entonces desapercibida, es la que motivó la célebre frase de Fernández Miranda a los periodistas durante su traslado a la Zarzuela: “estoy en condiciones de ofrecer al Rey, lo que el Rey me ha pedido” como después se ha sabido.

Adolfo Suárez, cuya figura nunca fue barajada como elegible entre los medios políticos, contra todo pronóstico, es sorpresivamente nombrado por el Rey para sustituir el 3 de julio de 1976 a Carlos Arias Navarro en la Presidencia de un Gobierno de Transición que regiría España hasta que se produjeran las primeras Elecciones Generales de la Democracia.
A pesar de jurar su cargo el 9 de julio, Suárez pone con premura en funcionamiento su voluntad de marchar hacia una reforma política, adoptando una serie de gestos y medidas y dando pasos inequívocos hacia la Democracia.
Tan solo diez después de su juramento, el 19 de julio, las Cortes aprueban la Ley 23/76 sobre la Reforma del Código Penal que despenalizaba entre otros aspectos los derechos de reunión, manifestación y asociación, «paso inequívoco» hacia la amnistía de los presos políticos existentes en las carceles.

Adolfo Suárez conforma un Gobierno joven «tan solo con una media de 44 años», con una sola figura como ministro vinculada a los gobiernos de Franco, el almirante Pita da Veiga. En sus manos recae la responsabilidad y muy difícil tarea, de iniciar las conversaciones con los dirigentes de diversos partidos políticos, aunar criterios e intereses de políticos y políticas muy dispares, pergeñando las bases que fijarían las reglas de un juego a futuro. Se iniciaba la marcha de España a la Democracia.
El nuevo gobierno utiliza todos los resortes legislativos para impedir discusiones y confrontaciones en las Cortes que pudieran alargar los procesos, y procede de manera sistemática, sin necesidad del concurso legislativo de las Cortes, a anular y modificar en gran medida la legislación promulgada por las Cortes franquistas en base a la figura del Decreto-Ley, avanzando pasos en la apertura política.

En aras a “promover la reconciliación de todos los miembros de la Nación como se establece en el párrafo inicial del Decreto Ley 10/1976 sobre la Amnistía, Adolfo Suárez da otro paso más ya el 30 de julio de 1976 «que amplia posteriormente con la Ley de Amnistía 46/1977 de 15 de octubre de 1977», para algunos presos encarcelados por motivos políticos, y del que se beneficiaron entre otros, significativos presos políticos como Simón Sánchez Montero del PCE, en esas fechas todavía partido en la clandestinidad. Santiago Carrillo hacía manifestaciones públicas en Italia y posteriormente se trasladó a Francia.

No obstante la Ley Fundamental generada por este gobierno de transición y aprobada por estas últimas Cortes franquistas fue la denominada como la “Ley para la Reforma Política, que tan solo contenía cinco artículos, y que fue sometida al Referéndum de todos los españoles el 15 de diciembre de 1976.

Desde enero a julio de 1977 el gobierno de Suárez aprueba 38 Decretos Ley, que entre otras cosas conceden medidas de gracia, reorganizan los derechos de huelga y  desarrollan una nueva Ley Electoral. Pero quizás la decisión personal de Suárez más difícil y delicada  de toda la Transición «los ministros no fueron informados», fue la legalización del PCE el 9 de abril de 1977, aprobada en un sábado santo «el sábado santo rojo», con la clara intención de evitar el ruido mediático y el movimiento de sables.

La «Ley para la Reforma Política» generada e impulsada inicialmente por Torcuato Fernández Miranda a la sazón Presidente de las Cortes, fue magníficamente conducida por Adolfo Suárez y el nuevo Gobierno, siendo muy bien recibida en los medios periodísticos y políticos de diferente signo. Se convierte en la piedra angular de la Transición, al abrir sin menoscabos a la participación de todas las fuerzas políticas en la construcción de la Democracia. Aprobada por los españoles el 15 de diciembre de 1976, fue promulgada el 4 de enero de 1977.

Era un Ley de difícil asunción por los políticos existentes y Adolfo Suárez tuvo que emplear en su aprobación sus mejores dotes de estadista, ya que  “obligaba” entre otras cosas a las Cortes Generales franquistas a la generosidad de «renunciar al poder que ostentaba», «a suicidarse políticamente», para después de un proceso constituyente, poder convocar las primeras Elecciones Generales de la Democracia, con las que se lograría la integración de todas las fuerzas políticas de distinto signo y conformando así el arco parlamentario de unas nuevas Cortes Generales democráticas. Creo personalmente que si el poder de las Cortes hubiera estado en manos de la izquierda, la izquierda española no hubiera sido tan generosa cediendo el acceso al poder a partidos de derechas o de signo contrario, a la hora de conciliar una España dividida políticamente. 

La Ley para la Reforma Política supuso realmente la derogación del régimen político franquista y abría paso a la convocatoria de las primeras Elecciones Generales de la Democracia, que se celebrarían el 15 de junio de 1977.
Quedaba atrás la Guerra Civil, La Dictadura y sus efectos, estableciéndose un pacto tácito entre todos los políticos, de integración de las DOS ESPAÑAS que conformarían el arco parlamentario.
                                                                                                                            Continúa en la (IIª).../...



Frase de los constitucionalistas sobre la CONSTITUCIÓN en la Declaración de Gredos, el 7 de octubre de 2003, al celebrarse sus 25 años.

“ El respeto a sus valores y principios y a sus reglas de juego y procedimientos es también garantía imprescindible para el futuro ”





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