El 16 de abril/2015, en la Etiqueta 83 dije: GRACIAS, THANKS, MERCI, DANK, СПАСИБО, ХВАЛА, धन्यवाद, ขอบคุณ,
BEDANKT, TAK,... a las 50.000 visitas, hoy 24 de febrero/2020 casi 5 años después “más ilusionado que nunca”, las repito… ante
las 500.000 visitas.
PANGEA: entre los ≈ 335 y los ≈ 175 mill.años
Con la publicación de su libro “El origen de los Continentes y Océanos” en 1915, Alfred Wegener sacudió
los cimientos de la Ciencia Geológica de la Tierra.
Wegener había
utilizado uno de los primeros principios en todo investigador científico, el de
la “observación” y a través de ella mientras
miraba los continentes en un planisferio físico, se preguntó el por qué las siluetas
de los continentes encajaban entre sí por pura coincidencia. Este fue el hilo
inicial que le sirvió para adentrarse en la Biología
existente y en los ancestros fósilesde mosasaurios hallados tanto en Europa Occidental como en Norteamérica, y
comprobar que habían existido en ambos continentes a pesar de su separación de
miles de km.
Comprobó también la presencia de formaciones geológicas similares en continentes
distintos, lo que sugería que Cape Fold Belt,
en el cinturón montañoso de El Cabo en Sudáfrica, podría haber estado unido a la Sierra de la Ventana en Argentina.
Sus teorías provocaron un gran
rechazo en el mundo científico de la época, rechazo que él aceptó
escribiendo en 1929 el siguiente epitafio:
“El
Newton de la teoría de la Deriva Continental[1] todavía está por
llegar”
Pero fue él quien le puso el nombre de
Supercontinente Pangea, del griego Pan
(todo) y Gea (tierra), es decir su nombre es
“toda la Tierra”.
El tiempo ha hecho honor a sus
investigaciones al considerarle como el autor de la teoría sobre la Deriva Continental[1], y autor
también de ser el primer científico que definió el “supercontinente primordial”
al que denominó como PANGEA. Postuló que esa
masa de tierra firme había existido, estableciéndose que su formación sobre los 250
a 200 mill.años, es el momento en que tuvo que
empezar a desgajarse y fragmentarse formando los continentes actuales.
Hoy se ha establecido que el
supercontinente PANGEA o “toda la Tierra”, se formó hace unos 335 mill.años, comenzándose a fracturar
unos cien millones de años después, sobre los 175
mill.años tal y como lo definió Wegener en
1912.
PANGEA fue
inicialmente un supercontinente masivo, es
decir, que agrupaba en una sola masa continental todos los continentes
aflorados. Muy amplio en su agrupación inicial y en forma de “C”, reunió todas las masas existentes de la Corteza emergida en el planeta, y dadas
sus dimensiones generó en el interior de sus regiones centrales, zonas muy
secas, como consecuencia de la carencia de precipitaciones. Esta conformación
masiva, en base a la teoría de los Ciclos Supercontinentales[2] de Wilson, también tuvo que coadyuvar a su
fragmentación posterior, como veríamos posteriormente.
Dentro de la ESCALA
TEMPORAL GEOLÓGICA, PANGEAse sitúa dentro de la Era Paleozoica [419,2
± 3,2~0,0042 mill.años] a comienzos del período Carbonífero en los comienzos del Misisípico [358,9
± 0,4~323,2 ± 0,4 mill.años], y ocupando en su largo desarrollo los siguientes Períodos:
- Pérmico [298,9±0,15~251,90
± 0,024
- Triásico [251,90±0,024~201,3±0,2 mill.años]
- Jurásico [201,3±0,2~145,0
mill.años]
- Cretácico [145,0~66,0
mill.años]
- Paleógeno [66,0~23,03
mill.años];
- Neógeno [23,03~2,58
mill.años] y
- Cuaternario [2,58~0,0042
mill.años]
1. DERIVA CONTINENTAL: originalmente propuesta por Alfred Wegener en 1912,
establece que tras numerosas observaciones y verificación de evidencias, estas
indican que los continentes estaban unidos en eras geológicas pasadas. La Deriva Continental
prueba al día de hoy el desplazamiento de unas masas continentales respecto a
otras, verificada en la década de los sesenta con el desarrollo de la Tectónica de Placas. La
teoría de la Deriva Continental junto a la de la Expansión del Fondo Oceánico quedaron asumidas por la teoría
de la Tectónica
de Placas desarrollada en 1960
a partir de las investigaciones realizadas por Robert Dietz, Brce Heezen, Harry Hess, Maurice Ewing y Tuzo
Wilson entre otros. Según esta teoría, el fenómeno del desplazamiento
fragmentado de la Litosfera
terrestre, sucede desde hace miles de millones de años gracias al fenómeno de
la “convección” global del Manto terrestre de
la que depende que la
Litosfera sea reconfigurada y desplazada de forma permanente.
2. CICLO SUPERCONTINENTAL [o CICLO DE WILSON]: lo propuso John Tuzo
Wilson [1908-1993] geólogo y geofísico canadiense
y uno de los formuladores de la teoría sobre la Tectónica de Placas y el desarrollo de la teoría sobre el Ciclo
Supercontinental, en base a su pionera argumentación sobre
las “fallas de transformación o transformantes” que explicaban los desplazamientos tectónicos de las bandas
paleomagnéticas, verificadas de modo paralelo a las dorsales
oceánicas o sistemas montañosos submarinos. Fue el primero en proponer que estos “aparentes”
desplazamientos tectónicos, no se habían producido como fallas de
desgarre “postorogénicas” a la formación de dichas dorsales
submarinas, sino que eran “sinorogénicas”, [se aplica a
cualquier tipo de proceso o de relieve que se derive, que “coincide” con el momento en que se produce la propia orogénesis] con la misma generación volcánica abisal de
las mismas, y como “desplazamientos” perpendiculares aparentes de las trazas de
la dorsal. Wilson fue el precursor con la tesis sobre la expansión
del zócalo oceánico,
ANCIENT EART GLOBE
Vuelvo a incluir en esta
2ª Parte
referente a los SUPERCONTINENTES, precisamente por corresponderse con
su formación en los últimos 750 mill.años, esta página web que considero
muy interesante y constructiva, y cuyas imágenes pueden ayudar a
observar-analizar visualmente cómo se han agrupado-disgregado los
Continentes desde hace 750 mill. de años:
En el centro de la pantalla les
aparece la Bola Terrestre girando y al hacer clik
sobre ella, dispone de una Escala
Temporal que le permite analizar la formación de los Continentes
entre los 750 y los 0 mill. de años,
en las fases de:
750 – 600 – 540 – 500 –
470 – 450 – 430 – 400 – 370 – 340 – 300 – 280 – 260 – 240 – 220 – 200 – 170 –
150 – 120 – 105 – 90 – 66 – 50 – 35 - 20 y 0 (Millones de Años)
El puntero
del ratón permite actuar sobre el Globo terráqueo, moverlo o pararlo para permitir el análisis de la formación que
nos ofrece.
También se pueden verificar los límites de los diferentes Continentes del período,
superpuestos (perfilados) sobre la mancha de
Corteza sólida que aparece. Esto facilita cómo se producen los movimientos de
las Placas Continentales entre distintos períodos. Una ventana
en la parte inferior izquierda nos define la Escala Temporal Cronológica
de lo que estamos viendo y la definición de su Período.
Como ejemplo
de lo que puede analizar,
escoja la escala de los 170 mill. años
dentro del Período Jurásico, que toda la masa terrestre ha conformado el
supercontinente PANNOTIA (que veremos a continuación),
y cómo antes de que comiencen las separaciones continentales norte-sur que
generaran más adelante la aparición del Océano Atlántico (comienza su formación sur en los 120 mill.años), en la zona central se dibuja claramente
ya el contorno de la Península Ibérica y Europa
desgajándose de África (unida a Sudamérica) y Norteamérica a la altura
de donde hoy se ubica Canadá. Como podemos ver todavía no se ha formado el
Mediterráneo.
Siguiendo la Escala
de Tiempo de la web, podrá observar la agrupación y separación de las masas
continentales, lo que facilitará la lectura del resto de esta página.
A través de ANCIENT EART GLOBE, puede seguir paso a paso lo que les describo a continuación.
La formación de PANGEA
El primer paso
en
la formación de PANGEA se produce después de los Períodos Ordovícico [443,8±1,5
mill.años]; y posteriormente al Silúrico [443,80±1,5~419,23±3,2 mill.años]. PANGEA se iniciaría dentro del Carbonifero medio [346,7±0,4 mill.años] sobre los 335 mill.años
Más tarde Avalonía se unió a Báltica+Laurentia
conformando un supercontinente menor de Euramérica o Laurusia, cerrando el
océano Japetus, que es el precursor del océano Atlántico que toma su nombre del
titán Jápeto, padre de Atlas en la mitología griega.
Siberia se asentó cerca de Euramérica
de cuyo continente lo separaba el océano Khanty. Mientras todos estos movimientos
sucedían, también Gondwana se fue
desplazando hacia el Polo Sur. Esta fue de forma muy sintetizada, el primer
paso en la formación de PANGEA.
El segundo paso en la
formación de PANGEA fue la colisión de Gondwana con Euramérica y su unión a ella. Durante
el Silúrico [443,80±1,5~419,23±3,2
mill.años], Báltica chocó con Laurentia para formar Euramérica; Avalonia fue
avanzando lentamente hacia Laurentia, mientras Europa meridional se separaba de
Gondwana comenzando a dirigirse hacia Euramérica a través del recién formado
océano Rheico, colisionando con Báltica en el Devónico.
A finales del Silúrico[423,0±2,3
mill.años], los
microcontinentes de China del Norte y del Sur, se separaron de Gondwana,
dirigiéndose al norte a través del océano Proto-Tetis.
En los inicios del Carbonifero el
noroeste de África había tocado la costa sudoeste de Euramérica, creando las
montañas Apalaches y las montañas Átlas. A finales del Carbonifero [303.7±0,1
mill.años],
Kazakhstania chocó con Báltica causando la formación de la cordillera de los Urales
y la formación del supercontinente de Laurasia. Mientras, Sudamérica había
chocado también con el sur de Laurentia, situándose Gondwana cerca del polo
sur, formándose los glaciares de la Antártida.
Al igual que anteriormente con otros
supercontinentes tras unas decenas de mill.años, el supercontinente PANGEA inició su “desintegración” a inicios del Jurásico medio [174,1±1,0
mill.años], sobre
los 175 mill.años.
La separación de PANGEA
Existieron
pués tres fases importantes en la “desintegración” del supercontinente PANGEA.
En una primera fase sobre la
mitad del periodo Jurásico [~168,3±1,3 mill.años], en PANGEA se generó una grieta o separación entre Laurasia [al norte]
y
Gondwana [al sur], desde el océano Thetis situado al este
hasta el océano Pacifico situado al oeste, una grieta que terminó separado
Norteamérica de África. Se abrió también una grieta no uniforme en dirección
norte a sur que generó un nuevo océano, el Atlántico, inicialmente el
desplazamiento se produjo sólo en el Atlántico norte y central, separando
Norteamérica de Eurasia, mientras que la separación en el Atlántico sur no se
produciría hasta el Cretácico [~145,0 al 72,1±0,2 mill.años].
El
movimiento de Laurasia siguiendo las manecillas del reloj, condujo al cierre
del océano Thetis. Al sur, en África surgieron nuevas grietas en la zona de la Antártida y en el este
de Madagascar, que conduciría a la formación del océno Indico, también generado
durante el Cretácico [~145,0 al 72,1±0,2 mill.años].
En la segunda fase en la
desintegración de PANGEA se inició con el Cretácico [~145,0 mill.años], cuando el supercontinente Gondwana se divide en cuatro
continentes más pequeños: África, Sudamérica, India y la Antártida/Australia. La
grieta producida o zona de subducción denominada como fosa de Thetis es la que
hizo que África, la India
y Australia se movieran hacia el norte.
También a inicios del Cretácico,
Atlántica, hoy denominada como Sudamérica y África finalmente se separaron de
Gondwana, dejando atrás tanto a la
Antártida, como a India que se movía en dirección norte en dirección
a Eurasia a unos 15 cm./año,
y a Australia.
Y en la tercera fase y final de la desintegración de PANGEA sucedió en los
inicios de la Era Cenozoica, a los comienzos del período Paleoceno [~66,0 mill.años], durante el proceso en que Norteamérica/Groenlandia finalmente se separaron de Eurasia.
Los océanos Atlántico y Indico siguieron expandiéndose, cerrándose finalmente
el océano Thetis.
Mientras Australia
se separaba de la Antártida,
la India comenzó
a chocar con Asia hace unos 35 mill.años formando la orogénesis[3]
del Himalaya y cerrando finalmente al océano Thetis.
La
desintegración de PANGEA ha continuado hasta
el día de hoy, y las futuras colisiones establecerán “de nuevo” la creación
incipiente de un nuevo supercontinente denominado ya como PANGEA ÚLTIMA.
GRAN ADRIA: un ejemplo de Continente perdido
Unas
recientes investigaciones divulgadas en 2019 perseguían desde hace más de diez
años, la “desaparición” de la superficie terrestre de un continente de un
tamaño similar a Groenlandia, y del que paradógicamente se tenían evidencias
geológicas sobre su existencia.
He creído
conveniente incluirlo como ejemplo en esta
página, con el fin de hacer hincapié en dos factores fundamentales: Las numerosísimas
veces que grandes movimientos de subducción[4] y otros múltiples fenómenos a
lo largo de los últimos 4.000 mill.años,
habrán hecho “desaparecer” vastas masas terrestres de las que no sabemos nada,
y el increíble dimensionamiento que tienen las modificaciones orográficas o orogénesis[3] en la superficie terrestre que
de manera “lenta pero inmutable” van redimensionado esta superficie desde los fondos oceánicos más profundos hasta las
cumbres más elevadas.
¿Qué es el GRAN ADRIA?
El GRAN
ADRIA es un trozo de corteza continental separado de GONDWANA que hace 140 mill.años tuvo que ser del tamaño de Groenlandia. Que inició su separación hace 240 mill.años y que se
situaba al sur de la Península Ibérica, hundiéndose posteriormente en el
Manto de la Tierra, bajo el sur de Europa. GRAN
ADRIA tiene una historia violenta y complicada, según Douwe Van Hinsbergen; D. J. Torsvik; T. H., Schmid; S. M.
Maţenco; L. C. Maffione; M. Vissers y otros.
GONDWANA, nombrado así
por primera vez por el geólogo austriaco Eduard
Suess (1831-1934), cuyo nombre deviene de una región del norte de la
India, GOND, y describiéndolo Suess como Gondwána-Land en su libro “Las
caras de la Tierra”.
GONDWANA, nombre dado
al antiguo bloque continental meridional que quedó tras la división en dos de PANGEA cuando se inició la apertura del Mar de Tethys (futuro Mar Mediterráneo), que extendiéndose
hacia el este se fue separando de LAURASIA (al
norte) entre los Períodos Jurásico y Cretácico.
GONDWANA se iría troceando y extinguiéndose y
dando lugar a las masas continentales terrestres que formarían los actuales
continentes de Sudamérica, África, Australia,
Zealandia, el Indostán, la isla de Madagascar y la Antártida. Este
proceso de división y alejamiento de las masas de un inicial continente PANGEA, continuó durante el Período Cenozoico y su acción sigue activa
todavía en nuestros días.
Siguiendo los
pasos del continente del GRAN ADRIA, ahora
se sabe que se dirigió paulatinamente hasta el Continente
Euroasiático y chocó contra el sur de Europa
hace entre 110 y 120 millones de años, desapareciendo
su corteza bajo de EURASIA, habiéndose
localizado algunas de sus zonas a unos 1500 km de profundidad. Hay restos de
este continente perdido en más de 30 países, desde España hasta Irán. Pero solo
ahora en 2019 el grupo de geólogos citado logró reconstruir su historia.
Un grupo de investigadores de las universidades de Utrecht, Oslo y el Instituto de Geofísica
ETH de Zúrich entre los que se encuentran Van
Hinsbergen, D. J., Torsvik, T. H., Schmid, S. M., Maţenco, L. C., Maffione, M.,
Vissers y otros, han conseguido recrear la extensión de este
continente que chocó con el sur de Europa hace
millones de años. Estudiaron durante más de una década rocas en una
vasta región desde España a Irán, en busca de las pistas
de este continente antiguo, logrando determinar paso a paso, cuál fue su
destino.
Las teorías sobre continentes
perdidos, sumergidos en medio de los océanos nos ha acompañado desde el
principio de los tiempos. Ciudades enteras sumergidas como la legendaria Atlátida esconden auténticos tesoros de
civilizaciones perdidas. Este continente bautizado como GRAN ADRIA, no tiene nada de eso.
3. OROGÉNESIS: Es el
proceso de formación de las montañas y cordilleras, y los plegamientos o
deformaciones que se producen en la corteza terrestre. Es el proceso geológico
por el cual la corteza terrestre por el efecto de un empuje, se acorta y se
pliega en un área. Las orogenias están acompañadas por la formación de
cabalgamientos y/o plegamientos. Un ejemplo lo tenemos en la formación de la
cordillera de los Alpes que procede del continente africano y que se debió a la
convergencia de las placas continentales africana con la europea, originando
enormes plegamientos en primer lugar en el sentido norte y oeste, y más tarde
en sentido sur y este.
4. SUBDUCCIÓN: Bajo la Corteza oceánica la placa Litosférica se hunde profundizándose en su límite
bajo otra placa convergente a causa de dos fuerzas tectónicas convergentes.
Una proviene del empuje de las dorsales medio-oceánicas y la otra deriva de las fuerzas que tiran de los bloques
continentales. La fuerza de la Placa empuje es la principal
causante de la Subducción. El empuje de las rocas jóvenes que constituyen las dorsales oceánicas lleva a las rocas más
viejas a chocar contra la Corteza Continental, mientras
la Placa Continental genera una fuerza opuesta a la Placa Oceánica. Se sabe que
uno de los grandes factores que favorecen la subducción es la
diferencia de las fuerzas gravitatorias,
consecuencia de la densidad de las placas. La “flotabilidad” depende directamente de la densidad, es opuesta a la dirección de
la fuerza gravitatoria y por lo tanto “a mayor fuerza gravitatoria,
menor será la flotabilidad”. La densidad es mayor en la Corteza Oceánica que es más densa que la Corteza Continental debido a su composición química. La Corteza Oceánica se encuentra constituida por rocas básicas y ultrabásicas (gabros, dunitas y basaltos ricas en hierro, magnesio y otros elementos
“pesados”, eso hace a la Corteza
Oceánica más pesada que la Corteza
Continental, que se
basa en rocas intermedias-ácidas como andesitas, granitos y riolitas, ricas en
sodio, potasio y aluminio. El ángulo de la Subducción es variable y dependiente
de muchos factores y situaciones superficiales específicas, densidades, etc.,
pero puede establecerse que un ángulo normal suele ser el de 30º.
Situación de GRAN ADRIA y Europa
¿Qué era inicialmente GRAN ADRIA?
Era un vasto continente, según se
deduce de los estudios recientemente realizados. La mayor parte de GRAN ADRIA se encontraba situado bajo el agua,
formando mares tropicales de “poca profundidad”.
En ellos durante miles de millones de años se fueron depositando sedimentos, los cuales son
los que nos encontramos ahora formando parte de los cinturones de montaña de los Apeninos, en los
Alpes y en las cadenas montañosas de los
Balcanes, Grecia y Turquía.
La colisión que hubo entre ambos
continentes fue la que dio lugar a las cadenas montañosas y regiones
mencionadas, y a que todos los sedimentos superficiales acabasen esparcidos por
ellas. Se tenía constancia de la existencia de GRAN
ADRIA desde hacía años porque se había detectado mediante ondas
sísmicas, pero nunca antes se había determinado su origen. Con esta
reconstrucción del GRAN ADRIA los
geólogos involucrados han aportado luz sobre
la formación de las cordilleras ya mencionadas, han constatado toda la complejidad geológica de la región mediterránea,
cuyas transformaciones se deben a que las placas
tectónicas[5] de
la Tierra
se han deformado internamente al colisionar unas contra otras a lo largo de
toda la falla.
¿Por
qué se ha llamado GRAN ADRIA a este continente sumergido?
La razón se basa en su situación geográfica al subducir bajo la placa Euroasiática, generando
superficialmente rocas y grandes sedimentos esparcidos desde Turín, el talón de la
Península Italica hasta la extensión que ocupa el Mar Adriático, del que deviene su nombre.
A lo largo de estas páginas he citado
muchas veces la gran complejidad de nuestro planeta, las
interacciones que desconocemos entre los diversos sistemas del planeta,
aunque poco a poco los grandes avances tecnológicos nos están sirviendo para
desvelar lo “insospechado y lo inconcebible hasta hace menos de cien años”.
La
Corteza continental del Mediterráneo
"La región del Mediterráneo es
simplemente un desorden desde el punto de vista geológico", afirmó Van
Hinsbergen."Todo está curvado, fracturado y apilado".
"Estas rocas (del
Mediterráneo) se interpretan como continentales. No somos los primeros en
reconocer que debió haber habido un continente, pero hemos mostrado su
extensión y reconstruido este continente en mucho más detalle de lo que jamás
se había realizado", señaló el científico a BBC Mundo.
Los investigadores tienen pruebas y certeza
absoluta de que las rocas estudiadas eran parte de un continente.
Comparado con esto, el Himalaya, por
ejemplo, representa un sistema bastante simple. Allí se observan varias líneas
de falla grandes en una distancia de más de 2.000 kilómetros.
“Las mayores
dificultades para poder detectar este continente perdido ha sido la dispersión
de los restos aflorados, y solo en la última década los científicos han contado
con el software necesario para una reconstrucción geológica tan compleja”, según
explicó Van Hinsbergen
Dos
tipos de Corteza terrestre en GRAN ADRIA
“La corteza oceánica que
es más fina, pero densa, químicamente más simple y con una historia geológica
más corta, porque generalmente se subduce en un período de 200 millones de años
luego de su formación y típicamente se encuentra entre 4 y 6 km bajo el nivel
del mar”.
“La corteza continental,
en cambio, es más gruesa pero menos densa, químicamente compleja y con una
larga historia geológica, y típicamente yace sobre el nivel del mar o a
profundidades más cercanas a la superficie”, explicó Van Hinsbergen a BBC Mundo.
Formación
del GRAN ADRIA: la colisión con Europa
"La mayoría de las
cadenas de montañas que investigamos se originaron en un solo continente que se
separó del norte de África hace más de 200 millones de años", señaló Douwe van Hinsbergen, investigador principal y geólogo de
la Universidad de Utrecht en Holanda.
Una parte restante del continente se
encuentra en una franja que va desde Turín, a través del mar Adriático, hasta
el talón de la bota que forma Italia. Esa zona es
conocida por los geólogos como “Adria”, por lo que Van Hinsbergen llamó al continente perdido GRAN ADRIA.
“Los investigadores implicados en este proyecto creen
que estas rocas comenzaron su existencia como sedimentos marinos. Estos
elementos, más tarde, fueron “raspados” de la superficie de la corteza
terrestre y elevados a sus posiciones actuales debido a las colisiones de
las placas tectónicas.
Por este motivo, tanto el tamaño
original como la forma y la historia de esa masa terrestre desaparecida han
sido muy difícil de “reconstruir”, así:
“Restos del continente
perdido del GRAN ADRIA, entre los que se encuentran calizas y otras
rocas, han sido identificados por geólogos de varios países, al investigar
todas las cadenas montañosas desde España hasta Irán al detalle durante diez
años” (sic).
El estudio de estos restos, su
identificación y la reconstrucción de su historia no ha tenido precedentes,
dado que lo visible del continente son piedras calizas y otros restos rocosos
existentes en cadenas montañosas europeas, y que la mayor parte del GRAN ADRIA se encuentra sepultado bajo el sur de
Europa.
Fases
del GRAN ADRIA
Hace
258 millones de años,
el supercontinente llamado PANGEA no se
había dividido aún entre Laurasia al norte y Gondwana al sur.
Restos calcáreos descubiertos en los Montes Taurus en Turquía,
que prueban la existencia de GRAN ADRIA
Más de 200
millones de años después, la historia de GRAN ADRIA ha sido reconstruida paso a paso por
los geólogos de universidades de Utrecht y de Oslo,
y del Instituto de Geofísica ETH, en Zúrich (Suiza). El continente se
convirtió en una masa separada cuando se desprendió del
supercontinente GONDWANA, que comprendía lo que es actualmente
América del Sur, África, Australia, la Antártida,
el subcontinente indio y la Península Arábiga.
Hace unos 140
millones de años
el continente estaba sumergido en gran parte bajo un mar tropical, donde los
sedimentos acumulados se transformaron en roca. Estas
rocas de piedra caliza en las montañas Taurus en Turquía son restos visibles
del GRAN ADRIA.
Luego de esa fractura, que tuvo su
origen hace unos 240 millones de años, el continente, con un tamaño similar a
Groenlandia comenzó a desplazarse hacia el norte.
Entre
100 y 120 millones de años esta gran masa chocó con lo que es actualmente Europa y su corteza se hizo añicos. Gran parte del GRAN ADRIA acabaron deslizándose debajo de Europa,
pero algunas rocas del continente perdido, que fueron "raspadas" en
la colisión, fueron esparcidas en la superficie terrestre. Ahora, se ha
descubierto algo que ha dejado incrédulos a los científicos, y es que el GRAN ADRIA se trata de un continente que
en la actualidad se encuentra bajo el mar, concretamente bajo los pies de
los ciudadanos europeos. Solo una fracción de las rocas que lo constituían permanecieron
en el norte.
“Si bien la colisión
tuvo lugar a velocidades no mayores de 3 o 4 centímetros por año, esa presión fue suficiente para
destrozar la corteza de 100 km de profundidad y enviar el resto del continente
a grandes profundidades en el Manto terrestre. Los científicos
señalan que partes del GRAN ADRIA se encuentran a unos 1.500 km de
profundidad”.
"La placa de la que
este continente era parte tenía cerca de 100 km de grosor, y solo los
primeros 5 km quedaron en la superficie", afirmó Van Hinsbergen a BBC Mundo.
"El resto descendió
hacia el manto, donde puede ser detectado con ondas sísmicas, con una técnica
que se llama tomografía sísmica”.
"Nosotros
documentamos esas reliquias del planeta en un documento que publicamos hace dos
años llamado Atlas del Submundo, Atlas of the Underworld, como el bloque egeo
que se encuentra bajo Grecia".
5. PLACA
TECTÓNICA o LITOSFÉRICA: es un fragmento de Litosfera
que se mueve como un bloque “relativamente” rígido sobre la Astenosfera. La
teoría sobre la Tectónica
de Placas explica la estructura y la zona dinámica superior de la
superficie terrestre, describiendo su movimiento,
direcciones e interacciones. Son de dos tipos: las placas litosféricas
de la corteza oceánica y las de la corteza continental. Hay también placas mixtas que se encuentran cubiertas o
“montadas” por una placa de la corteza continental y así mismo y en parte por
corteza oceánica. Existen en la actualidad 15 placas
tectónicas principales y 42 placas secundarias. Los límites entre placas
son de tres tipos: Divergentes [se separan],
que corresponden esencialmente a la corteza oceánica; Convergentes
[chocan entre sí], y generan bien fenómenos de subducción
o bien de colisión y de Fricción,
cuando se desplazan “lateralmente” generando grandes terremotos.
6. GRADIENTE
TÉRMICO: o gradiente de temperatura, se denomina a
la variación de temperatura por unidad de distancia. En el sistema
internacional se define en grados Kelvin como la relación Kelvin/metro. En
síntesis el gradiente térmico es la transferencia de calor desde un cuerpo
caliente hacia un cuerpo más frío.
7. RADIACIÓN
SOLAR: es
el conjunto de las radiaciones electromagnéticas emitidas por el Sol. El Sol es
una estrella que se encuentra a una temperatura media
de unos 6.000ºK o 5.727ºC,
en cuyo interior se producen reacciones de fusión
nuclear que se traduce en una pérdida de masa
que se transforma en energía. Esta energía liberada la emite el Sol al
exterior mediante radiación solar, que se
distribuye desde la banda del infrarrojo hasta el
ultravioleta. Esta irradiación la distribuye el Sol “radialmente” en torno a su esfera, por lo que no
toda esta radiación llega a la superficie de la Tierra. Además las ondas ultravioletas mas cortas son absorbidas por los
gases de la atmósfera terrestre. Por lo tanto
la radiación solar que llega a la Tierra es la Irradiancia, que mide la
potencia por unidad de superficie que alcanza la Tierra, siendo esta unidad
el W/m² o vatio por m². En números absolutos la
radiación solar que recibe la
Tierra es de 63.450.720 W/m².
La energía que llega al exterior de nuestra atmósfera terrestre, perpendicular
mente a su superficie, se establece en una cantidad fija llamada “constante solar” = 1.373 W/m² según la escala del World Radiation Reference Centre o WRRC,y de 1.353 W/m², según fuentes de la NASA, siendo esta cantidad variable durante el año en un ±3% como consecuencia
de la “elipticidad de la órbita terrestre” en
torno al Sol. Ello quiere decir que su radiación aumenta
en órbitas más circulares y disminuye en órbitas más elípticas, lo
cual es otro factor a contemplar de cara a los cambios climáticos.
8. EYECCIÓN
DE MASA CORONAL [EMC]: es una onda formada por la radiación y el
viento solar que se produce y desprende del Sol en los períodos de máxima
actividad solar. Aunque estos fenómenos se pueden producir en cualquier momento
de la actividad del Sol, se ha observado que sus máximos ocurren en
períodos de 11 años. Es un plasma consistente principalmente de electrones y protones que pueden contener pequeñas partículas pesadas como helio,
oxígeno e incluso hierro, debidas a enormes cambios y
turbulencias producidas por el campo magnético de masa coronal y de las
erupciones solares. Es una onda de efectos muy peligrosos
para la Tierra
y su campo magnético si se encuentra orientado al sur, puede dañar los sistemas
de comunicación transformadores, circuitos eléctricos, etc., reduciendo el
campo magnético terrestre durante un plazo de tiempo, llamándose por ello
“tormenta solar”. Si la orientación es al norte, su efecto rebota en la
magnetosfera.
ADELENTÁNDONOS a un futuro muy lejano para los humanos actuales,
pero cercano para la Tierra:
La Ciencia ya ha estimado cómo va a ser la formación de los
siguientes Supercontinentes
AMASIA, de los ≈+50 a ≈+200 mill.años
Como
he citado en estas páginas durante numerosas veces, las VARIACIONES ORBITALES y de MOVIMIENTOS que
se producen en la Tierra, son consecuencia (entre otros factores) de los
CINCO movimientos a los que se encuentra físicamente
sometido el planeta: Rotación, Traslación,
Precesión, Nutación, Bamboleo de Chadler, que Milankovitch
(Etiqueta 101) definió en sus Ciclos.
Estos
cambios con “variaciones cíclicas”
algunas de cientos-miles de años, son los causantes del CAMBIO CLIMÁTICO en la Tierra,
a los que se “unen otros factores externos”, como las variaciones del gradiente geotérmico[6] en la radiación solar[7] que llega a la superficie
terrestre, las eyecciones de masa coronal (CME)[8], los
posibles impactos de Meteoritos, Asteroides, que
pueden generar importantes impactos en los patrones climáticos sobre la Tierra.
Pensemos
también en las perturbaciones que “otros cuerpos
celestes” producen en la Rotación terrestre; los cambios que se producen
en la excentricidad traslacional al pasar el
planeta de una órbita terrestre casi circular a otra casi elíptica; la inclinación del eje terrestre en la Rotación,
provocando una oblicuidad en la incidencia de los rayos solares sobre su
superficie modificándose las zonas de soleamiento, oblicuidad que combinada con
otros fenómenos como con la ralentización que se
produce en su velocidad de rotación por los efectos de la Luna, podrían incrementar
la duración del día en más de 1,5 horas, etc.
|
Movimientos
permanentes de la Tierra: Traslación,
Rotación, Precesión, Nutación y Bamboleo de Chadler |
Milutin Milankovic (1879-1958), doctor en Ciencias Técnicas de la Escuela
Técnica de Viena (actual Universidad Tecnológica de Viena) es el primero que en 1920 predice las
incidencias que se producen de manera cíclica sobre el planeta. Determina
que se seguirán sufriendo períodos de nuevas
Glaciaciones (nos encontramos en un período Interglacial que podría
terminar en unos 25.000 años), así como la formación de un nuevo Supercontinente
consecuencia de las “variaciones caóticas, con
cambios en la oblicuidad de su elíptica superiores a 90º”. A todas
estas transformaciones se unirán que la “radiación
solar” se incrementará, como consecuencia del aumento de helio en el
núcleo del Sol, lo que podría conllevar a la “pérdida”
del volumen de los océanos” por el aumento
de la temperatura y un cese posible en la
Deriva Continental.
AMASIA, cuyo nombre deviene
de las siglas iniciales de América-Asia, es
el Supercontinente cuya formación se formará en el
Polo Norte, según las conclusiones a la que han llegado diversos
científicos, produciéndose entre los futuros 50 y
los 200 mill.años, tras la unión de Norteamérica y Asia. Tal fusión de
ambos continentes provocará a su vez el cierre del
Océano Pacífico y llevará a que el Océano Atlántico
pase a ser el mayor océano del planeta. Hago una cronología de plazos
en base a los estudios realizados.
A comienzos de los años 90 nace la
idea de una nueva PANGEA, y sería Christopher
Scotese, geólogo de la Universidad de Texas
quien predijo su evolución. La hipótesis de partida de la evolución de los
continentes actuales para crear un futuro Supercontinente sería, que bien se formaría por encima del Supercontinente anterior
(introversión) o bien en el lado opuesto del
planeta (extroversión).
Ross Mitchell y sus colegas
de la Universidad de Yale, en base a un
modelo desarrollado apuestan por un modelo alternativo cuya formación del Supercontinente
se originaría “a un ángulo de 90º de distancia del
anterior (orthoversión)”. Aportan como base de dicha teoría que su
modelo es consistente con los datos “paleomagnéticos”[9] utilizados
para determinar las distancias entre los sucesivos Supercontinentes del pasado:
NUNA y/o COLUMBIA,
el más antiguo, cuya existencia se enmarca aproximadamente entre los 1.800 a 1.500 mill.años; RODINIA
cuya existencia establecen en 1.100 mill.años
y PANGEA.
AMASIA lo sitúan el siguiente, pero
no el último.
Los
investigadores de la Universidad de Yale
establecen la inevitable unión entre América y Eurasia
en un plazo que puede comprender entre los 50 y los 200 mill.años. Esta hipótesis
la basan en la actividad tectónica existente de las masas terrestres y su
permanente movimiento, con un punto de encuentro que se situaría en el Polo
Norte.
A finales de 1990
en
la revista New Scientist, Roy Livermore de la Universidad de Cambridge, postularía también la
existencia futura del Supercontinente AMASIA,
postulando el cierre del Océano Pacífico, un acoplamiento
de Australia con Asia y el desplazamiento
hacia el norte de la Antártida. Su hipótesis implica de manera
progresiva la formación en el tiempo de tres
Supercontinentes: AMASIA, NOVOPANGEA Y
PAGEA ÚLTIMA. Entre sus
comentarios citamos:
«Me he tomado la
libertad de abrir una nueva grieta entre el océano Índico y el Atlántico norte
-dice-. Sabemos que la grieta del este africano está activa, de manera que
proyectamos eso al futuro abriendo un pequeño océano. África oriental y Madagascar
se mueven a través del océano Índico hasta llegar a Asia; Australia ya ha
tocado el sudeste asiático». Al sur de lo que hoy es India, una cadena
montañosa ha surgido del mar a lo largo de una nueva zona de subducción.
Justo al sur se encuentra la Antártida. En el futuro ideado por Livermore, todos los actuales continentes forman
parte: «No creo que la Antártida se quede en el
polo -afirma-. Quiero que venga hacia el Norte». Para que esto suceda
postula una nueva zona de subducción.
En 1992, Chris Hartnady geólogo de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), aceptando
el desafío de imaginar la formación del próximo Supercontinente, desarrolla una
teoría coincidente que se basa principalmente en el hecho de que la placa del Pacífico se encuentra subduciendo bajo
Eurasia y América del Norte.
Como
el Océano Atlántico se continúa ampliando,
estableció que:
«En esta visión del futuro, Australia continúa
hacia el Norte, mientras que África y la Antártida permanecen más o menos en sus
posiciones actuales». «Las Américas,
moviéndose en el sentido de las agujas del reloj alrededor de un punto central
en el nordeste de Siberia, parecen destinadas a fusionarse con la margen este
del futuro supercontinente, al que el geólogo de Harvard Paul Hoffman llamó
Amasia».
PANGEA ÚLTIMA o Novopangea, de ≈+0 a ≈+300 mill.años
La
formación de este Supercontinente sugerido por Christopher
Scotese devendrá de las continuadas modificaciones de los continentes
actuales, y que en base a lo establecido por la teoría de la Deriva Continental, puede configurarse como
Supercontinente tras la agrupación de todas las masas terrestres dentro de unos
250 mill.años.
El escenario
principal girará en torno al fenómeno de la subducción
que se producirá en el océano Atlántico occidental, a todo lo largo de toda la
costa este de América del Norte y unos millones de años más tarde se producirá
también a lo largo de la costa de América del Sur.
El océano
Atlántico se ampliará, a pesar de que Puerto Rico en la zona oriental del
Caribe se moverá hacia el norte, mientras que la placa de Escocia lo realizará
hacia el sur.
En el
proceso de tiempo que transcurra en los próximos 50
mill. años, el movimiento de las Placas Tectónicas[5] harán que NORTEAMÉRICA rote al contrario de las agujas del reloj,
situándose la actual Alaska en latitudes subtropicales, al mismo tiempo que EURASIA rotaría en el sentido de las agujas del
reloj, con lo que Gran Bretaña se situaría cerca del Polo Norte y por el
contrario Siberia bajaría también a latitudes subtropicales[ver imagen].
Entre los
movimientos continentales que se producirán, se prevé que ÁFRICA choque con EUROPA
y ARABIA, cerrando el mar Mediterráneo y el mar Rojo. De igual manera parece
que Australia se extendería hacia el norte, colisionando con el sudeste de Asia,
generando una nueva zona de subducción que rodeando Australia se extendería
hacia el oeste por el océano Indico central. Se podrían formar entonces una
gran cadena montañosa al sur de Europa, desde lo que hoy es España, pasando por
Italia y Grecia y llegando hasta el Medio Oriente y Asia.
En la NORTEAMERICA actual, el sur y la baja California
chocarían con Alaska formando nuevas orogenias[3] entre ellos, cordilleras que se han previsto pudieran ser más altas
que el actual Everest. Uno de los cambios que se consideran más importantes en la
PANGEA ÚLTIMA es el inicio de una nueva línea
de subducción que se situaría en toda la costa oriental de América del Norte y
América del Sur.
Sobre los 100 mill.años, a medida que los continentes vayan girando hacia
el norte, se configurará la ampliación del océano
Atlántico, que como veremos más adelante al describir el Supercontinente
AMASIA, puede llegar a convertirse en el océano
más grande del planeta, superior incluso al Pacífico.
El océano
Indico se reducirá también en el norte, como consecuencia de la subducción[4] de la corteza oceánica bajo la India. La Antártida chocará también con Australia
y la fosa central de la India,
y el sur de Australia empujará a la Antártida hacia el norte de Australia. Las rocas
sobre las que se asientan las ciudades este de la actual Norteamérica como Nueva
York, Boston y Washington D.C. se convertirán en altas sierras montañosas.
América
del Norte habrá chocado contra Europa-Asia [AMASIA]
y América del Sur se envolverá en torno a la punta sur de África, con una
Patagonia unida a Indonesia. La
Antártida una vez más seguirá en el Polo Sur, mientras el
océano Pacífico habrá aumentado en su extensión hasta cubrir más de la mitad de
la Tierra.
Al
describir anteriormente al Supercontinente AMASIA[ver imagen], precursor entre
los próximos 50 y 150 mill.años, vemos
el inicio de las transformaciones en la que se convertirá NOVOPANGEA dentro
de los 250 mill.años.
Tras todos
estos “procesos y cambios extraordinarios con grandes cataclísmos”[10], por supuesto “cruentos” para cualquier
civilización humana que poblara entonces la Corteza terrestre, nos mostraría a los continentes una vez más agrupados dentro de los próximos 300 mill.años, pero que,…
Tras
unas decenas de millones de años después, VOLVERÁN DE NUEVO A INICIAR UNA
SEPARACIÓN, siguiendo ese ciclo continuo que tiene más de 4.000 mill.años.
La
Ciencia hoy, también predice que este ciclo de formación de supercontinentes,
probablemente continúe hasta que nuestro Sol que habrá crecido hasta convertirse en una "gigante roja" aumentando su volúmen y al enfriarse su superficie cambiará de color, y que dadas sus
dimensiones y la cercanía de la Tierra con el Sol, consumirá tanto
la Tierra como
a todos los planetas del Sistema Solar Interior
[Mercurio Venus y Marte], terminándose ese
ciclo dentro de unos 4.000 a 5000 mill.años, cuando el Sol se
haya transformado en una "enana blanca".
9. PALEOMAGNETISMO: disciplina enmarcada
dentro del Geomagnetismo, es la que se encarga
del estudio del campo magnético de la
Tierra [o por extensión la de cualquier cuerpo planetario].
Se puede estudiar el pasado de un campo magnético como consecuencia de que, al
contrario de otros campos como el gravitatorio, el campo
magnético queda grabado en las rocas en su formación, a través de
procesos fisico-químicos. Cuando un material se encuentra sometido a altas
temperaturas por encima del “punto de Curie”,
los minerales ferromagnéticos contenidos en el
material, “cambian su estado magnético” pasando a ser supermagnéticos. Entre
los posibles mecanismos de adquisición de remanecia magnética, la más
caracteristica es la “remanencia térmica o
termorremanencia” [TRM: Termal Remanent Magnetisation].
10.
CATACLÍSMO/ICO: Su origen etimológico se basa en la
palabra griega Kataklysmós que derivó a la
latina Cataclysmus. Son desastres
naturales que pueden tener consecuencias transformadoras de nuestro entorno y que
se producen en el planeta como consecuencia de acciones telúricas, volcánicas, climáticas,
atmosféricas o oceánicas, o bien por acciones externas al mismo como meteoritos
o asteroides, deflagraciones o llamaradas solares o radiaciones astronómicas. Suponen
transformación o destrucción de medios físicos, biotopos, incluso pueden llegar
afectar a la supervivencia de la vida del planeta o extinción como ha ocurrido
al menos en seis ocasiones, dos de ellas casi totales (Tierra “bola de nieve”).
Un ejemplo claro lo tenemos con la erupción del Supervolcán Toba [VEI-8] en Indonesia y su erupción masiva producida entre los 70.000 y 75.000
años, de cuyas consecuencias estudios genómicos
muy recientes han demostrado que prácticamente desapareció toda la
especie Homo existentes a unas 1.000 parejas, merced a la producción de un invierno volcánico que redujo las temperaturas promedio globales de la Tierra en unos 15º. Un cataclismo de dimensiones similares podría producirlo el Supervolcán Yellowstone, cuyo ciclo eruptivo se produce cíclicamente cada unos 600.000 años y
desde la última erupción han transcurrido 650.000 años.
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