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martes, 30 de octubre de 2012

068- DECLARADO EL ESTADO DE GUERRA EN CATALUÑA (y 3ª): 7 de octubre madrugada, tras seis horas treinta minutos de combate: Companys se rinde a Batet

El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad
Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense
EL SIMBOLO DE LA UNIDAD DE ESPAÑA EN CATALUÑA

MADRID, ocho treinta de la tarde. Nada más terminar la comunicación que el Presidente Lerroux había mantenido por teletipo con Batet en Barcelona, en la que le ordenaba que impusiera la declaración del Estado de Guerra, en la plaza suena un disparo aislado y trascurridos apenas unos segundos, como si el disparo suelto hubiera sido una señal inicial para el ataque,... le sigue un fuego graneado, nutrido y continuo, impactando los numerosos disparos en la fachada del Ministerio y en sus ventanas. Después del momento inicial de sorpresa que tal actuación produce, los Guardias de Asalto y la Guardia Civil contestan en forma contundente al ataque exterior, intentando hacer blanco por los destellos de sus armas, en los francotiradores que se situaban en las azoteas de los edificios colindantes.

 

Lerroux, sin inmutarse, busca un sitio en el salón para aislarse de las personas reunidas al otro extremo de la misma.

Se sienta en una butaca con un bloc de cuartillas y un lápiz entre las manos, y apoyándose para escribir en el propio brazo del sillón, ensimismado, redacta la Proclama.

 

Fuera se suceden las descargas de fusilería, pero el Jefe del Gobierno, dando prueba de una gran sangre fría, continúa su labor sin inmutarse, mientras las fuerzas contestan a los disparos del exterior.

 

El tiroteo prosigue y se corre por las calles vecinas hacia otras zonas de Madrid. Las milicias socialistas y comunistas se habían dispuesto a la misma hora a tomar la ciudad, lanzándose al ataque de los edificios más emblemáticos y los centros oficiales del Gobierno.

En una primera acción, las milicias se habían lanzado al ataque del Ministerio de la Gobernación, la Telefónica, el Ministerio de Agricultura, el Palacio del Congreso, la Dirección General de Seguridad, las Comisarías de Vigilancia de Buenavista, Atocha, Universidad, Cuatro Caminos y entre otros lugares, el del propio domicilio particular del señor Gil Robles.

De estas refriegas se dedujeron una gran cantidad de muertos y heridos, que aumentaron la confusión y el pánico entre los ciudadanos de Madrid.

GUARDIA DE ASALTO Y GUARDIA CIVIL PROTEGEN LAS CORTES EN OCTUBRE DE 1934

MADRID, ocho y cuarenta y cinco de la tarde. En pleno fragor del tiroteo, un hombre vestido de paisano atraviesa la puerta erizada de bayonetas del Ministerio de la Guerra. Uno de los centinelas le corta el paso, y el oficial de guardia que lo reconoce, ordena que se le dejara pasar,... era el general Franco.

 

Cuando penetra en el despacho del Ministro, éste le interpela...

-          «Le esperaba con verdadera impaciencia. He mandado a varios emisarios en su busca».

-          «Estoy a sus órdenes» le contesta saludando el general Franco.

-         «Póngase al tanto de la situación en que nos encontramos, necesito su opinión para tomar las decisiones oportunas» le contesta el Ministro Hidalgo.

 

Sin más preámbulos Franco se pone a examinar el fajo de telegramas y documentos que se encontraban sobre la mesa de reuniones del despacho del ministro. España ardía de punta a punta en esos momentos, con un paro generalizado; ataques a los trenes; insurrección en Cataluña; sublevación con muchos muertos y heridos en Asturias; la fábrica de armas a punto de caer en manos de los mineros y Oviedo y Gijón en el mayor peligro...

 

El Ministro observa detenidamente el rostro del general mientras éste revisa los documentos, intentando ver sus reacciones ante la mala situación. Pero Franco permanece impasible, asombrosamente sereno,... sólo al final de su análisis, matiza en voz alta la gravedad en la que se encuentra la ciudad de Oviedo y su importancia estratégica. Su preocupación más inmediata era, que en Oviedo no había fuerzas para hacer frente a la insurrección, lo que obligaba a un inmediato desplazamiento de tropas para cubrir ese frente,...

-          «Le sugiero señor Ministro el inmediato transporte a la Península de fuerzas de África».

 

Desde el momento en que Franco conocedor de todos los secretos de la táctica militar, toma carta en la situación general y se encuentra en el Ministerio de la Guerra... al lado del Ministro:

   -     «los revolucionarios pueden darse por perdidos»,...

Y la noticia se difunde por todo Madrid, sin saber cómo...

   -     ¡¡Franco está dirigiendo a las tropas desde el Ministerio de la Guerra!!.

 

Avisado por el general subsecretario señor Castelló, también llega al despacho del Ministro el general Masquelet. Se realiza sobre la marcha una reunión de los asistentes, el Ministro, Franco, Masquelet, López Ochoa y Castelló, a la que se une también el Ministro de la Gobernación.

De la deliberación se desprende la importancia de controlar el frente de Oviedo. Franco aduce la dificultad de que en Oviedo no hay campo de aterrizaje, por lo que se acuerda el enviar por tierra con la mayor urgencia el Batallón del Regimiento nº 12 con guarnición en Lugo, mientras el Batallón nº 29 se desplazará por mar desde el Ferrol a Avilés, para después continuar por tierra hasta Oviedo.

 

Se ordena que estuvieran preparados tres aviones en Getafe para salir al menor aviso, y a las cuatro de la mañana, el general López Ochoa toma uno de ellos con destino a Lugo para llegar sobre las seis, con el objeto de alcanzar antes de su salida al Batallón nº 12 y ponerse al frente de las tropas.


 

MADRID, nueve de la noche. A esta hora, salen de los cuarteles dos secciones del Regimiento de Infantería nº 13, para proclamar por las calles de Madrid el Estado de Guerra y la Ley Marcial.

Los ciudadanos que seguían anhelantes las evoluciones de los soldados, atenazados por la duda de ¿con quién estaría el Ejército?.

 

Pero al oír redoblar los tambores y sonar las cornetas y que mientras la tropa permanece firmes, el oficial al mando lee el bando del Jefe de la División y obedece las órdenes que recibe,... la terrible pesadilla de los ciudadanos se disipa, no le quedan dudas del triunfo del Gobierno,..y arrostrando el peligro real a los posibles disparos perdidos que pudiera haber, los vecinos de Madrid salen a los balcones y aclaman a España y al Gobierno.

 

MADRID, diez de la noche. El Presidente del Gobierno habla por radio a toda España. Refleja en su alocución la gravedad  por la que pasa España en esos momentos, y textualmente dice lo siguiente:

 

-          «A la hora presente la rebeldía, que ha logrado perturbar el Orden Público, llega a su apogeo. Afortunadamente la ciudadanía española ha sabido sobreponerse a la insensata locura de los mal aconsejados, y el movimiento, que ha tenido graves y dolorosas manifestaciones que ha tenido graves y dolorosas manifestaciones en pocos lugares del territorio, queda circunscrito, por la actividad y el heroísmo de la fuerza pública, a Asturias y a Cataluña. En Asturias, el Ejército está adueñado de la situación, y en el día de mañana quedará restablecida la normalidad. En Cataluña, el Presidente de la Generalidad, con olvido de todos los deberes que le imponen su cargo, su honor y su autoridad, se ha permitido proclamar el Estat Catalá»

 

-          «Ante esta situación, el Gobierno de la República ha tomado el acuerdo de proclamar el Estado de Guerra en todo el país. Al hacerlo público, el Gobierno declara que ha esperado hasta agotar todos los medios que la ley pone en sus manos, sin humillaciones ni quebrantos de su autoridad. En las horas de paz no escatimó la transigencia; declarado el Estado de Guerra, aplicará, sin debilidad ni crueldad, pero enérgicamente, la Ley Marcial»

 

-          «Estad seguros de que ante la revuelta social de Asturias y ante la oposición antipatriótica del Gobierno de Cataluña, que se ha declarado faccioso, el alma entera del país entero se levantará en un arranque de solidaridad nacional en Cataluña como en Castilla; en Aragón como en Valencia; en Galicia como en Extremadura; en las Vascongadas como en Navarra y Andalucía, a ponerse al lado del Gobierno para restablecer, con el imperio de la Constitución, del Estatuto, y de todas la leyes de la República, la unidad moral y política que hace de todos los españoles un pueblo libre, de glorioso tradición y de glorioso porvenir»

 

-          «Todos los españoles sentirán en el rostro el sonrojo de la locura que han cometido unos cuantos. El Gobierno les pide que no den asilo en su corazón a ningún sentimiento de odio contra pueblo alguno de nuestra Patria. El patriotismo de Cataluña sabrá imponerse allí mismo a la locura separatista, y sabrá conservar las libertades que le ha reconocido la República, bajo un Gobierno que sea leal a la Constitución en Madrid, como en todas partes. Una exaltación de la ciudadanía nos acompaña. Con ella, y bajo el imperio de la Ley, vamos a seguir la glorioso Historia de España»


IMAGEN: CHEMA MADOZ


MADRID, madrugada del 7 de octubre. Los ataques revolucionarios siguen por las calles de Madrid. No se puede transitar por las calles y la fuerza pública, en la oscuridad de la noche esperando que amanezca, se limita a guarecerse tras las esquinas y en los portales de las casas.


 


A la una de la madrugada queda rota la comunicación telefónica con Batet y Carreras Pons en Barcelona, pero se continúa contactado con el teletipo, a través del cual Batet comunica, antes de que también el teletipo enmudezca...


« Tomado el Centro de Dependientes», y antes de cortarse...


«Por la mañana tendrán noticias mías».


 

Franco entre tanto sigue en el despacho del Ministro, y desde el Ministerio de la Guerra dirige y organiza la batalla contra la revolución en los diferentes puntos de España, con plenos poderes. Sabe que está rodeado de masones y de traidores al Gobierno en ésos momentos en los que no cabe confiar, y lo nota en la resistencia que encuentra en los mandos de las fuerzas de algunos puntos, que pretenden anular sus órdenes y esmerilar su acción, por no decir “anularla”.

 

La base aérea de León no responde a sus llamadas. Franco propone la inmediata destitución de Ricardo de la Puente, jefe del aeródromo, y del comandante Pastor, director de aeronáutica. Necesita consultar poco. Moviliza tropas y barcos. Conferencia con los jefes de la fuerzas en África. Propone al teniente coronel Yagüe con quien habla, que se encuentra con licencia en su provincia de Soria, para el mando de las tropas en África. Mantiene una constante comunicación con Barcelona y sabe en cada momento los pasos, gestiones y estado de ánimo de Batet. Conoce el espíritu de aquélla guarnición y su decidido ímpetu para que prevalezca España sobre la conjura y el motín pergeñado por Companys y demás traidores.

 

A cada hora que pasa en ésa madrugada, gana posiciones frente a los insurrectos, los aísla y los va cercando. Los pocos leales que trabajan en ésos momentos con Franco, se sienten conquistados por ése optimismo y ésa seguridad que irradia siempre el jefe.

Entregado a estas tareas le sorprende el alba, que asoma temblorosamente por los cristales del Ministerio de la Guerra. Son las seis y media de la mañana cuando se recibe el telegrama del general Batet con la Rendición de Companys.


EL GENERAL BATET

BARCELONA, a la una de la madrugada del 7. El general Batet, jefe de la 4ª División Orgánica con sede en Cataluña, recrudece sus ataques en las calles adyacentes a la Plaza de San Jaume. Previamente intentó parlamentar la rendición con Enrique Pérez Farrás, que se encontraba al mando de los Mozos de Escuadra, conminándoles a la entrega inmediata de las armas para evitar un baño de sangre inútil.

 

Pérez Farrás no admitió la rendición y los Mozos de Escuadra comenzaron a disparar contra las tropas militares de manera sorpresiva, causándoles varios muertos y heridos. El general Batet ordenó la toma y captura de todo ciudadano armado, rodear el Palacio de la Generalidad de Cataluña y el bombardeo con cañones del mismo. Tras cinco horas de refriegas, todos los insurrectos comandados por el coronel Frederic Escofet  se rindieron a las fuerzas del general Batet.

Hechos prisioneros, fueron inicialmente encarcelados en dependencias de los edificios ocupados. Sobre la seis y media de la mañana se ocupa el Palacio de la Generalidad, tras la rendición del propio Companys.

 

Está históricamente admitido, que a pesar de los combates a los que se vio obligado a hacer el general Batet, consiguió dominar la situación en un plazo mínimo de tiempo, y con la menor destrucción y violencia. Y aunque se produjeron bajas por ambos lados, la operación militar se saldaba con los menores costos que fueron posibles y un mínimo derramamiento de sangre.

Por su participación en la represión de la insurrección de los nacionalistas catalanes, a Batet le fue concedida posteriormente la Cruz Laureada de San Fernando, máxima distinción en el Ejército.

 

LUIS COMPANYS ENCARCELADO
BARCELONA, seis treinta de la madrugada, día 7:Se rinde Companys”. A ésa hora se rinden de forma incondicional las fuerzas que defienden a la Generalitat al general Batet. Companys fue inmediatamente detenido junto a los miembros del Gobierno y a los diputados Josep Tarradellas, Antoni Xirau, Joan Casanellas, Estanislau Ruíz y el presidente del parlamento Joan Casanovas, y encarcelados en el buque Uruguay fondeado en el puerto de Barcelona, que fue requisado por las tropas para ser utilizado como prisión.

 

En el Uruguay permanecerían recluidos hasta el 7 de enero de 1935, fecha en la cual fueron trasladados a la cárcel Modelo de Madrid, para ser juzgados por el Tribunal de Garantías Constitucionales.

 

El general Batet, una vez tomada la Generalitat, emite un telegrama a Madrid de manera inmediata, en los siguientes términos:

-          «General jefe cuarta División a Ministerio de Guerra: Este momento, seis horas treinta minutos, presidente de la Generalidad solicitó cese hostilidades, entregándose incondicionalmente mi autoridad. Yo me complazco comunicarlo V.E. conocimiento y satisfacción, haciendo presente brillante comportamiento todas las fuerzas mis órdenes, si bien a costa de sensibles bajas, que comunicaré oportunamente»

 

De forma casi simultánea por «Radio Barcelona», la voz vacilante y titubeante de un locutor separatista, comunicaba por las ondas:

-          «¡¡Atenció!!, ¡¡Atenció!!, ¡¡Atenció!!... Catalans!! Catalans!! Catalans!!... Se us parla desde el Palau Presidencial de Catalunya... Atenció!, Atenció!, Atenció!... El President de la Generalitat, considerant es gotada tota resisténcia, i a fi d´evitar sacrificis inútils, capitula. I així acaba de comunicar-ho al comandant de la cuarta Divisió senior Batet»

 

Un ayudante del Ministro de la Guerra que se había ido a descasar sobre las dos y media de la mañana, lo despierta de inmediato para comunicarle:

-          ¡¡ Señor Ministro, Cataluña se ha rendido!!


MANIFESTACIÓN POR LA UNIDAD DE ESPAÑA EN MADRID, EN LA MAÑANA DEL 7 DE OCTUBRE DE 1934
LA MANIFESTACIÓN ENCABEZADA POR JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA

MADRID, en la mañana del dia 7 de octubre. Desde muy temprano se encuentran reunidos de nuevo Lerroux y sus ministros, a quienes la buena noticia de la Rendición de Cataluña, compensa con creces de las tribulaciones pasadas en los dos días anteriores. El sometimiento de Cataluña es la imagen simbólica que opera el milagro de tomar rápidamente el control de la situación en el resto de España.

 

Reunidos en consejillo, el Gobierno adopta dos medidas urgentes:

-          «Restablecer la Pena de Muerte y

-           Considerar al Partido Socialista fuera de la legalidad vigente».

 

Por su parte Falange Española, al conocer el triunfo nacional en Barcelona, organiza ésa misma mañana en la Puerta del Sol, una manifestación a la que se suman millares de españoles, al igual que sucede en otros puntos de España.

 

Ése domingo 7 de octubre, se conmemora precisamente el Aniversario de la Victoria en la Batalla de Lepanto, fecha máxima para el Imperio Español cuyas esencias, la falange quiere renovar y exaltar. José Antonio Primo de Rivera se lo recuerda a sus partidarios y al Gobierno, que se encuentra presente en el balcón del Ministerio, cuando encaramado en unas vallas de unas obras que se estaban realizando para el Metro, y en medio de un silencio impresionante, hace uso de la palabra y dice:

-         «¡¡Gobierno de España!! –grita- En un 7 de octubre se ganó la Batalla de Lepanto que aseguró la unidad de Europa; en este otro 7 de octubre, nos habéis devuelto la unidad de España.  »

 

-      «¿Qué importa el Estado de Guerra?. Nosotros, primero un grupo de muchachos y luego una muchedumbre que véis, teniamos que venir, aunque nos ametrallaran, a daros las gracias.

 

-      «¡¡Viva España!!, ¡¡Viva la UNIDAD NACIONAL!!»

 

Estas palabras quedan ahogadas por los vítores a España y los miles de aplausos que se redoblan ante los gritos de un patriotismo ardiente que inunda la calle. La República ha ganado el órdago de Cataluña que obra la magia de unir a todos los españoles.


IMAGEN DE LA MANIFESTACIÓN CONTRA-INDEPENDENTISTA DEL 12 DE OCTUBRE DE 2012 EN BARCELONA

EL EJÉRCITO DE ÁFRICA, LOS REGULARES, DESFILAN TRAS HABER ABORTADO LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1934

BARCELONA, las «Consecuencias» del Alzamiento para Cataluña. El 7 de octubre permaneció vigente el Estado de Guerra en toda España. Las consecuencias para la autonomía catalana fueron desastrosas. Al frente de la Generalidad, Batet designó provisionalmente al coronel de Intendencia Francisco Jiménez Arenas, siendo sustituido el 2 de enero de 1935 por la persona designada por las Cortes, Manuel Portela Valladares.

Ese mismo día, las Cortes de España suspenden el Estatuto de Autonomía catalán y la Generalidad de Cataluña fue sustituida por un Consell de la Generalitat, nombrándose el que sería Gobernador general de Cataluña, que asumía las funciones del Presidente de la Generalidad y también la del Presidente del Parlamento.

                                                                                                                   

En respuesta al reto independentista planteado por Artur Mas, que tenga MUY en cuenta que NO SERÍA LA PRIMERA VEZ que las Cortes de España SUSPENDA EL ESTATUTO DE  AUTONOMÍA de Cataluña,... ya lo hizo la II República el 2 de enero de 1935, ¡que lo tengan muy en cuenta ésos políticos secesionistas e irresponsables de tres al cuarto!. Lo vuelvo a repetir: Cataluña es tan España, como España es Cataluña.

Sencillamente hay cosas que no se pueden plantear en un DIALOGO de una mesa de negociación, «principios como la unidad de España o el modelo de Estado, no pueden ser modificables por consenso, porque no son discutibles a conveniencia de algunos». Ésa postura de diálogo?, es la política mantenida por el PSOE~PSOC actual, precisamente por aquéllos que por sus hechos, la Historia ha demostrado, que son los menos dialogantes “de lo que no sean sus propias ideas”,... y como ejemplo no tenemos más que observar los hechos desde noviembre de 1933 a octubre de 1934, que lo demuestran.

 

Siguiendo el relato de las consecuencias que tuvo el Alzamiento catalán de 1934, los militares que habían formando parte de la insurrección, el comandante Enrique Pérez Farrás y los capitanes Escofet y Ricart, fueron condenados a muerte, siendo su pena conmutada por la de prisión perpetua por Gracia del presidente de la República, Alcalá Zamora, a pesar de la oposición de la CEDA y de Melquíades Álvarez que pedían más mano dura.

 

Companys y los miembros del gobierno de la Generalitat fueron juzgados por el Tribunal de Garantías Constitucionales en Madrid, siendo condenados por «rebelión militar» a treinta años de prisión, que pasaron a cumplir, unos en el penal de Cartagena y otros (Companys, Comorera y Lluhí), en el del Puerto de Santa María. 

La Sentencia del Tribunal de Garantías Constitucionales de la II República queda recogida en la Gaceta de Madrid de 12 de junio de 1935 (páginas 2123 a2131), y en la que se establece todo el relato de los hechos y la condena de Lluis Companys a 30 años de prisión y que pueden uds. leer en el enlace (PDF) que les incluyo:

                                   https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1935/163/A02123-02131.pdf


Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero de 1936, no se tardó en pedir la "amnistía" para los presos de Cataluña. Portela dimite y Azaña forma un nuevo gobierno tres días después el 19 de febrero. Con el PSOE, ganador de las elecciones con 99 escaños de los 473 que componían las Cortes, en el gobierno les faltó tiempo para que haciendo oido a los tumultos y manifestaciones social-comunistas se exigiera la libertad de los presos, acudiendo el Presidente del Consejo a proponer que a través de la Dipuación Permantente de las Cortes se promulgara un Decreto de amnistía. El 21 de febrero se aprobó el Decreto-Ley dándose instrucciones por parte del gobierno a la inmediata excarcelación de los presos, que ésa misma noche llegaron a Madrid.

En la madrugada del 24 de enero de 1939, ante la inminente caída de Barcelona, Companys y miembros de la Generalidad de su gobierno, aprovechan la situación de guerra y se exilian a Francia. 

La Dictadura instaurada con el nuevo gobierno nacional del General Franco, deroga todas las instituciones catalanas. El presidente Companys, defensor en esta ocasión de la legalidad constitucional republicana, es detenido en Francia por la Gestapo. Se le aplica la extradición solicitada por el gobierno español y regresa a España para ser juzgado en Consejo de Guerra, siendo condenado a muerte el 14 de octubre de 1940 y fusilado al día siguiente en el Castillo de Montjuich.

 

BIBLIOGRAFIA :

-          Joaquín Arrarás Iribarren. Hª de la Cruzada Española. Datafilms, S.A.

-          Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc.



 

 

 

"No hay en la Historia Universal obra comparable a la realizada por España, porque hemos incorporado a la civilización cristiana, todas las razas que estuvieron bajo nuestra influencia."

 

Ramiro de Maeztu  y Whitney (1875-1936).Escritor español perteneciente a la Generación del 98


martes, 23 de octubre de 2012

067- DECLARADO EL ESTADO DE GUERRA EN CATALUÑA (2ª): 6 de Octubre de 1934

"Esta España produce los durísimos soldados, ésta los expertísimos capitanes, ésta los fecundísimos oradores, ésta los clarísimos vates, ésta es madre de jueces y príncipes, ésta dió para el Imperio a Trajano, a Adriano, a Teodosio"

Pacato Drepanio (390 e.C.). Panegirista galo romano, autor del 2º Panegyrici Latini en honor del emperador Theodosio I el Grande.

MANIFESTACIÓN CONTRA-INDEPENDENTISTA DEL 12 DE OCTUBRE 2012 EN BARCELONA

Sábado 6 de octubre: Declaración del Estado de Guerra a la Generalitat catalana

MADRID alboreaba con las primeras luces que anunciaban al día 6. Amanecer gris plomizo, mientras el cielo se va dibujando lentamente con un alo de luz, coronando poco a poco los tejados de los edificios. El sábado 6 venía cargado de infaustos presagios. Atrás quedaban los graves sucesos de las huelgas del día anterior en muchos puntos de España.

 

Las radios difunden información tranquilizadora...

- «La huelga está vencida...», «Nadie debe acobardarse...».

 

Y se dan consejos a los ciudadanos a través de los medios de hacer una vida normal y de acudir a los espectáculos. No obstante, el aspecto que ofrecen las calles no invita a los ciudadanos al optimismo. Los tranvías circulan escoltados por fuertes retenes militares y conducidos por los soldados de Ingenieros movilizados. Desde primera hora se conoce de numerosos incidentes sangrientos por la ciudad. En la calle Atocha muere un soldado de un balazo en el cráneo, y en la calle Bravo Murillo se asesina a un cabo de la Fuerza de Asalto, Manuel Ureta.

 

Sin embargo las reacciones de los partidos políticos responsables, no se hacen esperar. El partido Falange Española que celebra en Madrid precisamente desde el 5 al 7 de octubre la reunión de su Consejo Nacional, sale al paso de los acontecimientos y emite a la opinión pública un comunicado de naturaleza firme. que entre otros párrafos, establece:

-   «El Consejo Nacional de Falange Española y de las J.O.N.S., en estas lamentables circunstancias por las que España atraviesa, considera su deber adoptar las siguientes resoluciones:

-   Frente al intento subversivo de las organizaciones separatistas y marxistas, declarar que está dispuesta a emplear su fuerza donde sea preciso en defensa del Estado español....

-   No se trata de un alarde verbal. Falange Española y de las J.O.N.S. mantiene en comunicación constante a todos sus órganos para acudir al primer aviso, tan pronto como el Gobierno estime que no debe rehusar la cooperación ofrecida y acceda a confiar al mando de la Falange, los adecuados instrumentos de combate...

-   Los Sindicatos de Falange Española y de las J.O.N.S. tienen el personal suficiente para cubrir todos los servicios, obras y trabajos paralizados, y acabar así en pocas horas la Huelga General, por tener además este personal la decisión y disciplina suficiente para resistir a toda coacción y violencia....»

 

El manifiesto es una ventana a la esperanza de la cordura y una espada contra el camino de la horda, y por ello «sirve a los principios y a la estabilidad de España» y a la reconducción de la situación general.



BARCELONA al alborear. También despertó Barcelona el día 6 de octubre bajo un profundo silencio, sin ruidos, sin nadie en las calles. Los bares y los establecimientos también permanecían cerrados a pesar de ser sábado.

Más tarde, por las calles próximas a la Plaza de Cataluña, se repartía a los pocos viandantes una proclama impresa «nadie sabe de quién», bajo el título de «La República Catalana»,  que textualmente hacía una soflama incendiaria en los siguientes términos:

-   «Pueblo catalán: en estos momentos propicios, en estos instantes de exaltación, una vacilación constituiría un acto de cobardía que, cualquiera que fuese el autor, Cataluña no perdonaría nunca.
-   El pueblo está a punto. Las formaciones están movilizadas para lanzarse a la lucha tan pronto como suene la orden de acción.
-   ¡Fuego al que pretenda cerrar el paso!.
-   ¡Nacionalistas!; si ahora no proclamamos la independencia de Cataluña, es porque no queremos.
-   Que escuchen nuestras autoridades este llamamiento que sale del fondo del alma: obreros, intelectuales, idealistas en los que palpita un anhelo de libertad. ¡A las armas por la República Catalana

 

BARCELONA. Eran las nueve de la mañana cuando Lluís Companys se dirige a la Consejería de Gobernación para hablar personalmente con el consejero José Dencás Puigdollers. En su mano porta dos borradores del manifiesto pergeñado, de los que quiere que Dencás le dé su opinión personal como consejero de Gobernación. El redactado por Juan Lluhí Vallescá rezumaba un ferviente republicanismo, en cambio el del propio Companys, hábilmente ligaba los conceptos de República y los del Nacionalismo catalán, proclamando un Estado Catalán de naturaleza federal e integrado en una presunta República Federal Española, inexistente en esos momentos.

 

A Dencás, de los dos, le pareció más oportuno el manifiesto del Presidente, si bien su contexto no se ajustaba a su forma de pensar y así se lo hizo saber. Dencás creía, que era el momento de formalizar una declaración de Independencia para Cataluña, palabras que supusieron para Companys el que se ampliase la duda que a él también le embargaba. ¿Era el momento que dar el paso adelante?. Sin lugar a dudas era el momento político por la gran debilidad del Gobierno de España, que en esos momentos se encontraba contra las cuerdas.

El Gobierno de Lerroux con la huelga del día anterior y la confrontación política de toda la izquierda, se tambaleaba. Hacerlo, indiscutiblemente era plantear un jaque al Gobierno de la Nación, y eso hasta cierto punto coincidía con lo que siempre habían buscado los nacionalistas.


Dencás le pidió permiso para ordenar a Miguel Badía Capell, general en cap de las Fuerzas de Orden Público catalanas, el inmediato reparto de armas a los escamots y el llamamiento para que acudieran a Barcelona a los rabassaires (aparceros) de los pueblos limítrofes.

Desde los cuatro depósitos de armas existentes en la ciudad, el de la Consejería de Justicia, el de Gobernación, el de Las Corts y el de la avenida de San Andrés, se repartieron cuatro mil armas entre pistolas y fusiles que fueron distribuidas en camiones, comenzando a circular  a partir de ése momento grupos armados por las calles. Ordenó al comandante Enrique Pérez Farrás que concentrara 400 Mozos de Escuadra en el Palacio de la Generalidad, siendo el resto de mandos y fuerzas armadas movilizadas las siguientes: bajo el mando de Miguel Badía se dispusieron 3400 hombres armados; bajo el mando del comisario general Coll y Llach, 3200 guardias de Asalto, enviándose al mismo tiempo órdenes de movilización en el mismo sentido a toda Cataluña. A las cinco de la tarde se encontraba todo organizado.

Sería por la tarde, entre las cinco y las seis, cuando fueron llegando a la Generalidad comisiones y representaciones, algunas de las cuales pasaban con los propios diputados al antedespacho de la sala de reuniones donde se estaba celebrando el Consejo de la Presidencia en ésos momentos.

COMPANYS y DENCÁS el 6 octubre 1934 & ZAPATERO y MONTILLA en una semblanza de apoyo Independentista

MADRID, diez y media de la mañana. Los ministros vuelven a reunirse en Consejo, presidido en esta ocasión por el Presidente de la República Alcalá-Zamora. El señor Alcalá-Zamora ante los momentos por los que pasa España, les aconseja:

-          «que estén a la altura de las circunstancias y no sientan claudicaciones en la defensa del orden y la ley».

En esta reunión, a la que no asiste el ministro de la Guerra, Diego Hidalgo Durán, por encontrarse en su ministerio verificando la situación general de las fuerzas armadas y fundamentalmente, cotejando los mandos que le podrían ser fieles al Gobierno.

¿Cuál era en realidad la eficiencia y la fidelidad del Ejercito?. Sí se conocía ya a estas horas, que la revolución planteada por los partidos de izquierdas y marxistas en toda España, tenían tal fuerza, que ésta sólo era susceptible de ser combatida con el Ejército.

 

El Ministro de la Guerra por su parte, estaba descubriendo a cuarenta y ocho horas de su nombramiento, toda la verdad sobre la situación del Ejército. Descubre un Ejército que le desasosiega profundamente, con escalafones de mandos anquilosados y usufructuados por marxistas y masones; con cuarteles medio vacíos; sin mandos en regimientos; sin municiones en las baterías; sin material en los parques de Ingenieros, sin instrumental ni elementos sanitarios en los hospitales,... un Ejército desorganizado, del que se puede esperar cualquier reacción. Su primer problema y responsabilidad como Ministro era:

-         «depositar la confianza del mando y la toma de decisiones del Gobierno, en la persona más adecuada, por el bien de España».

 

Como Jefe del Estado Mayor contaba con el general Masquelet, un buen militar a decir de otros, pero del que era sabido que siempre había sido un «azañista acérrimo y masón». Por otro lado la mayoría de los generales que se encontraban al frente de las Divisiones y en las capitanías de las Regiones Militares, tampoco le ofrecían ninguna confianza al Ministro Hidalgo.

 

Desde un primer momento piensa  en el Comandante General de Baleares, Francisco Franco, con una trayectoria, genio y mérito militar incuestionable, aunque algunas voces le habían trasmitido su desconfianza por el conocido republicanismo del general Franco. Al preguntar por él, se le había comunicado que se encontraba de permiso en Madrid, con intención de viajar a Oviedo, y esperando que no hubiera iniciado ya el viaje,... ordena se le busque con la mayor urgencia.


Más tarde, habiendo trasmitido todas sus inquietudes al Presidente Lerroux, con el que compartía la Cartera del Ministerio de la Guerra, éste le propone al Inspector General del Ejercito López Ochoa. Pero Hidalgo no tiene confianza en él aunque se vea obligado a admitirlo por el Presidente.
López Ochoa fue un hombre incondicional que conspiró activamente en unión de Maciá, contra la Dictadura y la Monarquía. Además fue de los primeros que con Maciá, habían proclamado la República de Cataluña. Aunque se vé obligado a admitir a López Ochoa, por su lado sigue insistiendo y así lo determina, que el general Franco permanezca en el Ministerio como su Asesor Técnico.



BARCELONA. A las seis y media de la tarde, los Consejeros reunidos en la Generalitat abandonan el Consejo celebrado y conforme a lo establecido, se dirigen a la mayor celeridad a sus Departamentos correspondientes. Entre otros acuerdos y medidas adoptadas, se había decidido por unanimidad proclamar la constitución del ESTADO CATALÁN. Companys en virtud a lo acordado, nada más salir de la reunión del Consejo, ordena a los Mozos de Escuadra adoptar las medidas de control y seguridad de las dependencias de la Generalitat, hasta que se instituyese la capitalidad del nuevo Estado.



Minutos más tarde, el Presidente Companys mantiene una reunión en la «Casa dels Canonges» con el general jefe de la 4ª Región Militar Domingo Batet Mestres. Fue una entrevista breve en la que Companys apenas manifestó nada. Por supuesto no dijo nada de las intenciones aprobadas en Consejo, pero el general Batet ante los rumores que corrían, si le manifestó claramente al Presidente que las órdenes que había recibido del Gobierno de España, le obligarían a proceder con toda la energía del fuero militar, en el caso de un posible «alzamiento de Cataluña». Le comunicó también el haber ordenado el desarme inmediato de una determinada unidad militar y que fueran trasladadas urgentemente al castillo de Montjuich, unas piezas de artillería pesada.

Sobre ésa hora, el boca a boca había una vez más funcionado y ante las perspectivas independentistas que habían trascendido a la ciudadanía por el acuerdo establecido por la Generalitat, comenzaron a afluir a la Plaza de Cataluña algunos grupos de escamots y de afiliados llamados de los partidos nacionalistas, así como otros grupos de ciudadanos alentados por la curiosidad. De manera más o menos improvisada, más menos que más, se organizó una manifestación precedida por dos pancartas en las que se leía:
-          «Alianza Obrera», «Exigimos la Independencia catalana». La muchedumbre, entonó Els Segadors, La Marsellesa, El Virolai, Santa Espina y el Cant de la Senyera, penetrando posteriormente en la Plaza de la República.


Manuel Azaña, que de forma casual se encontraba en Cataluña (y que también detenido por Batet), para asistir al entierro del exministro Jaime Carner Romeu, intenta hacer ver al Consejero de justicia Juan Lluhí, la gravísima decisión que iban a tomar al proclamar la República Catalana. Lo intentó convencer y disuadir por todos los medios, cosa que no pudo conseguir. Posteriormente Azaña, mantuvo una conversación con Largo Caballero, manifestándose contrario al decidido proyecto revolucionario del propio Largo Caballero, por considerarlo sumamente peligroso para la República.



Ante estos temores, largo Caballero le espetó:
-         «Pues tiene que ser, y déjeme que le diga, don Manuel, que ya comprometo bastante mi prestigio con sólo seguir hablando con usted.».
Con su conocido sarcasmo Azaña le contestó:
-          «Bueno, don Francisco. Usted va a necesitar de aquí en adelante todo el prestigio que tiene, y yo no quiero comprometerlo más.».

Lo dicho por Azaña fue premonitorio,  ya que en la madrugada del 14 de octubre, Largo Caballero fue detenido en su casa por los agentes, a los que recibe en paños menores e intenta resistirse bajo la escusa de que él era un Diputado y que tenía inmunidad.
A las cinco y media de la mañana ingresó en la Cárcel Modelo.

El propio Lerroux en su obra «La pequeña Historia», cuando se refiere a este momento de Manuel Azaña dejó escrito:
-         «Si él hubiese supuesto que Companys iba a dejarse arrastrar a vías de hecho, hubiese estado en cualquier parte menos en Cataluña.»...
Y respecto a lo hablado con el Consejero:
-         «Si ustedes o el Gobierno catalán se lanzan al movimiento de la violencia, les harán polvo en dos horas»
Estas fueron las palabras habladas con el Consejero de Justicia y Derecho de la Generalidad, Joan Lluhí i Vallescà, que se encontraba sugestionado con los resultados de la proclamación de la “República Catalana” del 14 de abril de 1931.

ALEJANDRO LERROUX
Presidente del Gobierno (4.Octubre.1934 al 3.Abril.1935) - II REPÚBLICA
MADRID, siete de la tarde. El Presidente Lerroux de conformidad con lo tratado en el Consejo de Ministros de ésa mañana, llega al domicilio del señor Alcalá-Zamora. En su mano, el Decreto de Declaración del Estado de Guerra en toda España. El Presidente de la República le pidió informes sobre la situación general, y posteriormente a ello se inclino sobre el papel del Decreto y manifestó...

-     «¡Bueno, don Alejandro, si usted lo cree necesario, ahí vá,...

- y mientras firmaba exhalando un suspiro, añadió-

-     «En usted pongo toda mi confianza. Su contrariedad no es mayor que la mía. Supongo que su resolución de cumplir el deber, es la misma».


MADRID, siete y media de la tarde. Desde la casa del señor Alcalá-Zamora, el Jefe del Gobierno Lerroux con el Decreto firmado bajo el brazo, se traslada andando hasta el Ministerio de la Gobernación. Al atravesar la Puerta del Sol pudo observar a la muchedumbre apiñada que la ocupaba, en un estado de tensión febril. En Gobernación se encuentra con la mayor parte de sus ministros, que no abandonarían el edificio en las próximas horas. Sus rostros reflejaban la preocupación y la incertidumbre de los momentos que se estaban viviendo.

Por la tarde se habían tenido noticias, de los graves rumores que discurrían por Cataluña. Aunque Companys y Dencás, al mismo tiempo y por separado, prometen al Jefe del Gobierno y al Ministro de la Gobernación que mantendrán celosamente el orden, «Radio Barcelona» emitía noticias tendenciosas favorables a los insurrectos. Se tenía también conocimiento en Madrid de los términos de la entrevista que había mantenido Batet con Companys, a las seis y media de la tarde.


BARCELONA. A las siete y media de la tarde, llega a la Generalitat el consejero Dencás acompañado de los directivos de las Agrupaciones denominadas «Estat Català». Por entonces la Plaza de Cataluña y las calles adyacentes ya se encontraban apiñadas. Se gritaba contra España, cada vez con un mayor frenesí se oían voces independentistas, que se convirtieron en un grito ensordecedor rodeado de entusiastas aplausos y vivas a Cataluña, cuando apareció en el balcón del salón San Jorge de la Generalitat el Presidente Companys.


Ante un público excitadísimo, en buena parte esgrimiendo armas y que no cesó en sus aclamaciones, podría ser las ocho de la tarde cuando comenzó su discurso.
Companys después de levantar sus brazos en numerosas ocasiones para imponer silencio, una vez las voces se acallaron, el Presidente comenzó a leer su discurso:

Luis Companys
- «Catalanes: Las fuerzas monarquizantes y fascistas que de un tiempo a esta parte pretenden traicionar la República, han logrado su objetivo y han asaltado el Poder. Los partidos y los hombres que han hecho públicas manifestaciones contra las menguadas libertades de nuestra tierra, los núcleos políticos que predican constantemente el odio y la guerra a Cataluña, constituyen hoy el soporte de las actuales instituciones.
- Los hechos que se han producido dan a todos los ciudadanos la clara sensación de que la República, en sus fundamentos y postulados democráticos, se encuentra en gravísimo peligro.
- Todas las fuerzas auténticamente republicanas de España y los sectores sociales más avanzados, sin distinción ni excepción, se han alzado en armas contra la audaz tentativa fascista.
- La Cataluña liberal, democrática, republicana, no puede estar ausente de la protesta que triunfa por todo el país, ni puede silenciar su voz de solidaridad con sus hermanos que en tierra hispana luchan hasta morir por la libertad y el derecho. Cataluña enarbola su bandera, llama a todos al cumplimiento del deber y a la obediencia debida al Gobierno de la Generalidad, que desde este momento rompe toda relación con las instituciones falseadas.
- En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder en Cataluña, proclama el ESTADO CATALÁN en la República Federal Española, y al establecer y fortificar la relación con los dirigentes de la protesta general contra el fascismo, les invita a establecer en Cataluña el Gobierno provisional de la República, que hallará en nuestro pueblo catalán el más generoso impulso de fraternidad en el común anhelo de edificar una República Federal libre y magnífica.

- El Gobierno de Cataluña estará en todo momento en contacto con el pueblo. Aspiramos a establecer en Cataluña el reducto indestructible de las esencias de la República. Invito a todos los catalanes a la obediencia al Gobierno y a que nadie desacate sus órdenes, con el entusiasmo y la disciplina del pueblo.

- Nos sentimos fuertes e invencibles. Mantendremos a raya a quien sea, pero es preciso que cada uno se contenga sujetándose a la disciplina y a la consigna de los dirigentes. El Gobierno, desde este momento, obrará con energía inexorable para que nadie trate de perturbar ni pueda comprometer los patrióticos objetivos de su actitud.
- ¡¡CATALANES!!: La hora es grave y gloriosa. El espíritu del presidente Macià, restaurador de la Generalidad, nos acompaña.
-   ¡¡Cada uno a su lugar y Cataluña y la República, en el corazón de todos!!.
«¡¡VIVA LA REPÚBLICA!!, ¡¡VIVA LA LIBERTAD!!»

El Bando de la Generalidad de Cataluña se encontraba firmado por:
·          - Lluís Companys, Presidente de la GeneralidadJoan Casanovas, Presidente del Parlamento
·          - Los Consejeros: Joan Lluí i Vallesca, Josep Dencás i Puigdollers, Martí Esteve i Guau,
        Ventura Gassol i Rovira, Joan Comorera i Soler, Martí Barrera i Maresma, Pere Mestres i
         Albert.
Barcelona, 6 de octubre de 1934


Companys en su alocución desde el balcón de la Generalidad, Dencás y otros consejeros de su gobierno


MADRID, ocho y diez de la tarde. El subsecretario señor Benzo establece comunicación por teletipo con Barcelona, aprestándose a trasladar en presencia de la mayor parte de los ministros, lo dictado directamente por el propio Presidente del Gobierno Alejandro Lerroux.

El diálogo mantenido con el Delegado del Gobierno en Barcelona señor Carreras Pons se desarrolla en los siguientes términos documentados:

-          «Aquí Madrid, y al aparato el Subsecretario»

§          (Ahora mismo se avisa al señor Carreras...)

         «El señor Carreras al aparato»

-          «Es preciso que avise inmediatamente por un recado personal al general Batet, y que venga al aparato para hablar con el señor Presidente del Consejo de ministros»

-          «Ahora mismo voy»

-          «En cuanto llegue que nos avise, esperamos»                           

         «Muy bien así lo haré»...

§          (Transcurre un corto plazo de tiempo)

-                     «Oiga, Madrid: aquí Carreras. El general Batet está al aparato»

-                     «Al habla el señor Presidente del Consejo de Ministros»

-                    «Aquí presente el general de la 4ª División, que, honrado se pone a sus  órdenes en absoluto»

-          «El Gobierno de la República ha tomado el acuerdo de declarar el Estado de Guerra en todo el país y con todas sus consecuencias pero la noticia y la ejecución se reserva o se aplaza hasta hablar con V.E.,  según se tenía convenido, y le ruego me diga el tiempo que necesita disponer para realizar en Cataluña la consiguiente Declaración del Estado de Guerra

-         «Si quieren, y el Gobierno lo estima preciso y urgente,... ahora mismo. Si no es tan urgente, dentro de tres horas, es decir, a las once y cuarto de la noche» 

-                    «El Gobierno tiene noticias suficientes de las actitudes y acuerdos de la Generalitat en varios aspectos que inspiran el mayor recelo, y otras noticias de cuya exactitud no puede enteramente responder, según las cuáles, en este mismo momento el señor Azaña, alojado y aislado, según dice, en el Hotel Colón, está con otros compañeros, y de acuerdo con el señor Companys y su Gobierno, redactando un manifiesto que se supone tendrá carácter sedicioso».

            La Delegación que ha ido de aquí, al comenzar a actuar de acuerdo con el señor   Carreras, he encontrado sospechosas facilidades, siendo la más sospechosa la de haber pedido un plazo para actuar, a fín de proteger las vías férreas y restablecer su circulación, hasta las doce de la noche.

            Con esta información el Gobierno, que confía en la lealtad de V.E., en su prudencia y energía, le concede el margen necesario para que proceda como estime más conveniente al interés de la Patria, de la República y de Cataluña, salvaguardando la Patria, el Orden Público y el honor del Ejército»

-          «La noticias del plazo y cuántas ha expuesto V.E. las conocía, y sospechosa se me ha hecho a mi la primera, habiéndolo expuesto el señor Carreras. Para proclamar el Estado de Guerra, en cuanto el Gobierno quiera puedo hacerlo.

           - (Batet, se encuentra recibiendo información en esos mismos instantes de lo que hacía Companys, y por eso comunica...

 -           En estos mismos momentos está hablando al pueblo desde la Generalitat el señor Companys,...  Veremos qué actitud se manifiesta, y desde luego, sea cual sea, se declara el Estado de Guerra. 

            - (Batet es informado de lo que ha dicho Companys desde el balcón de la Generalitat, y comunica a Madrid...).


 -             En estos momentos rompe el señor Companys toda relación con el Gobierno Central y

proclama, desde el balcón de la Generalitat, el Estado Catalán. Voy, pues, a mi despacho para proclamar inmediatamente el Estado de Guerra»

-                                  «Conforme, energía y suerte»

-                                                                    «Mande Decreto proclamándole a las ocho y media»

-                                  «Se le mandará en esta misma forma y se confirmará por

                                    correo, pero proceda como si ya estuviera declarado»      

-   (El general Batet se ausenta de la sala)

«En este momento –comenta el señor Carreras-, el general Batet se ha retirado ya para su despacho. Desde luego cumplirá sus órdenes»

«Diga usted amigo Carreras al general Batet, que no necesita la autoridad del Gobierno para proceder, y que le basta esta autorización»

«Muy bien, así se le dirá, aquí quedo siempre a sus órdenes hasta cuando sea preciso»

«Ya nos tendrá al corriente de lo que haya»

«Adiós, estén tranquilos, que constantemente iremos comunicando cuantas noticias podamos recoger. A sus órdenes»

Después de éste teletipo, sobre las ocho y media de la tarde,...

(sigue, finaliza en la )

 

BIBLIOGRAFIA :

-          Joaquín Arrarás Iribarren. Hª de la Cruzada Española. Datafilms, S.A.

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“El español que no ha estado en América, no sabe qué es España.”

 

Federico García Lorca (1898~1936). Poeta, Dramaturgo y Prosista español