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sábado, 11 de noviembre de 2017

101-6@.LA TIERRA “una historia interminable”: La Eclíptica. Movimientos: Rotación. Traslación. Precesión. Nutación y bamboleo de Chadler. Ciclos de Milankovitch,



El Universo no “dialoga”, cumple leyes
JUAN ADIA


La Eclíptica
Es la línea curva o órbita que describe el Sol alrededor de la Tierra en su movimiento aparente, visto desde la Tierra. Se denomina como plano de la Eclíptica[1] al plano medio que contiene la órbita de la Tierra alrededor del Sol, y que al mismo tiempo contiene la órbita del recorrido anual aparente del Sol observado desde la Tierra.

El eje de la Tierra tras el impacto sufrido por TEA, se encuentra “hoy” inclinado en unos 23,4372º [es variable en el tiempo] respecto al ecuador terrestre, este mismo ángulo es el que forma la Tierra con el plano de la Eclíptica [véase imagen].
El plano de la eclíptica[1]  es el “plano medio” que describe la órbita de la Tierra en su movimiento alrededor del Sol, conteniendo este plano al eje inclinado de la Tierra. Es importante también establecer que este plano es “perpendicular” al momento angular que genera el sistema Tierra-Luna en su traslación alrededor del Sol.

Este ángulo ha sido variable a lo largo de los 4.470 mill.años del planeta, habiéndose movido entre los 21,5º y los 24,5º. En la actualidad [2015~2016] es exactamente de 23º26'14" es decir 23,4372º, “disminuyendo” actualmente a razón de 0.47"/año. Se sabe que en 1917, hace cien años, fue exactamente de 23º27´00".
No se sabe con exactitud la influencia de esta variación de ángulo del eje de la Tierra en el muy complejo e interrelacionado geosistema del planeta, aunque se cite en numerosas veces esta influencia, desconozco al respecto publicaciones o estudios. Si es “obvio” que la variación en esta inclinación influye en la inclinación que presenta el planeta frente al Sol, y por lo tanto en el campo de soleamiento que afecta a la superficie terrestre y por lo tanto al clima. Recuerden que la banda en el planeta donde se desarrollaron las primeras civilizaciones se encuentra entre el paralelo 30º norte [por encima de los 23'5º del Trópico de Cáncer] y el 30º sur [por debajo de los 23'5º del Trópico de Capricornio].

Como podemos ver en la imagen, respecto a este plano de la Eclíptica[1], la Luna también tiene una desviación de 5,14º. El movimiento de la Tierra respecto al Sol que detallaré al hablar del movimiento de Traslación es de oeste a este, opuesto al movimiento de este a oeste de la esfera celeste.
Este ángulo y falta de perpendicularidad entre el eje de rotación de la Tierra y el plano de la Eclíptica, es la que genera sobre el hemisferio norte el solsticio de verano y en el hemisferio sur el solsticio de invierno, así como los correspondientes equinoccios de primavera y otoño, es decir, esta inclinación del eje es la responsable [o la fortuna, según se mire] de las cuatro estaciones que se producen en el planeta.

 

Los “cinco” movimientos de la Tierra
La Tierra está en permanente movimiento en el vacío del espacio y se encuentra sometida a cinco movimientos definidos como: Rotación, Traslación, Precesión, Nutación y el bamboleo de Chadler, a los que se une también las “variaciones orbitales” o Ciclos de Milankovich

ROTACIÓN
Es el movimiento de giro que realiza la Tierra sobre su propio eje. Si tomamos el polo norte como punto de vista, el planeta gira de oeste a este, es decir, en sentido antihorario. Su giro completo se produce exactamente en 23 horas, 56 min. y 4 seg., y su valor exacto es el que establece la medición del día terrestre, y su diferencia temporal hasta las 24 horas exactas, se acumula cada cuatro años en el día bisiesto, el 29 de febrero.

Existen factores “externos” como las interacciones gravitacionales de la Luna, que a lo largo de millones de años han ralentizado esta rotación. Aparte de otras muchas acciones “internas o endógenas” a la que se ve sometido el planeta, como el seísmo producido en el Océano Indico en 2004 que aceleró la rotación en 3 microsegundos; o las acciones de ajuste en la redistribución de la masa de la Tierra, como el producido en la última etapa postglacial, desde el final de la 13ª Edad de Hielo, que ha modificado el momento de inercia de la geosfera.
Hoy se conocen las variaciones que se producen en la inclinación del eje terrestre respecto al plano de la eclíptica, que ha variado entre los 21º59´y los 24º50´, habiéndose podido comprobar que dichas variaciones se encuentran sujetas a un período cíclico de 40.000 años. Si a esto le unimos la variaciones producidas en los movimientos de Traslación, Precesión, Nutación y el bamboleo de Chadler, todos estos movimientos del planeta inciden directamente en el cambio climático.


La Rotación inicial del planeta hace 4.500 mill.años era mucho más acelerada, situándose entre las tres a cuatro veces superior a la actual, con una duración del día del entorno de las 6 horas. Esta velocidad se fue reduciendo, entre otras cosas en base a la acreción[2] del planeta, siendo en la actualidad en el ecuador terrestre de 1.669,75 kms./hora, es decir de aproximadamente 463,82 metros/segundo, que como podemos observar sigue siendo una velocidad muy importante.
Para que nos hagamos una mejor idea pensemos que un punto en la zona del ecuador terrestre que se mueve en la actualidad a los 463,82 metros/ segundo, y que hace 4.500 mill.años ese mismo punto iría a una velocidad cuatro veces superior, es decir a nada menos que 1.855 metros/segundo, lo que generaría un campo en torno a la superficie terrestre, que tendría como veremos, importantes efectos en los eventos futuros que tuvo que superar el planeta.
Las causas de la desaceleración que se ha ido produciendo en el movimiento de Rotación, se ha debido a múltiples fenómenos como a los movimientos de los vientos y los agentes atmosféricos, a los cambios y desplazamientos de la masa terrestre y a la pérdida gravitacional que ejerce la Luna sobre la Tierra.  

El origen de la formación del campo magnético terrestre como veremos, se encuentra en la Rotación del planeta, cuyo “inicio” según un estudio paleomagnético sobre la dacita roja australiana y la lava acojinada, ha llegado a establecer una datación de antigüedad estimada en los 3.450 mill.años. Quiere esto decir que aproximadamente unos 1.000 mill.años posteriores a la formación del planeta, se generó el campo magnético terrestre. Su origen, como citamos al hablar del núcleo terrestre, se encuentra en el núcleo exterior fluido circulando en el entorno del núcleo sólido interno, y produciendo un campo electromagnético que unido al efecto Coriolis[4], es el que genera el campo magnético externo en la superficie terrestre que resguarda al planeta, entre otras cosas, de las corrientes de plasma y las llamaradas solares. 

La llamada “hipótesis de la Dinamo” [3] intenta explicar científicamente cómo aparece en un cuerpo celeste el campo magnético. En el caso de la Tierra, ya dijimos al referirnos al Núcleo externo, que el hierro y níquel contenidos en un estado fluido-líquido, al rotar sobre el Núcleo interno en el sentido este-oeste, es el generador de los fenómenos de “convección” que combinados con el efecto de Coriolis[4], son la causa de la formación del campo magnético terrestre, campo que es vital para la protección del planeta frente a la acción de los vientos y llamaradas solares y los cuerpos que impactan sobre el mismo.
1.  ECLÍPTICA [La] , [Plano de]: es la línea curva o órbita por la que transcurre la Tierra en su movimiento alrededor del Sol o viceversa el recorrido anual aparente del Sol observado desde la Tierra. El Plano de la Eclípitica es el plano medio que forma esta órbita de la Tierra alrededor de Sol y contiene dicha órbita. Este Plano se encuentra inclinado “unos” 23º27´ con respecto al plano del Ecuador terrestre. Hemos dicho “unos” 23º27´ porque este ángulo de inclinación ha sido variable en los miles de millones de años.
2.  ACRECIÓN o Acrecimiento: es en Astronomía y Astrofísica, la formación por colapsamiento gravitacional de los materiales existentes en los discos circunestelares, que crean las estrellas, planetas, satélites, etc.. Es una teoría propuesta en 1944 por el geofísico ruso Otto Schmidt.
3.  HIPÓTESIS DE LA DÍNAMO: es la teoría científica que intenta explicar el mecanismo por el que un cuerpo celeste, como por ejemplo la Tierra, genera un campo magnético a su alrededor. En el caso de la Tierra se cree que su campo magnético está causado por el movimiento de “convección” que se produce en su masa de hierro y níquel fundidos del interior del Núcleo, que se une al efecto Coriolis que aparece por la rotación terrestre. Cuando un cuerpo fluido conductor se desplaza por un campo magnético, aparecen corrientes eléctricas inducidas que generan “otro campo magnético”. Este campo inducido unido al campo preexistente es el mismo efecto que se produce en una dinamo: el campo total se sostiene a sí mismo.
4.  CORIOLIS [El Efecto]: El efecto Coriolis es una fuerza inercial o ficticia descrita en 1836 por el científico francés Gaspard-Gustave Coriolis, que aparece cuando un cuerpo está en movimiento sobre los objetos que se mueven sobre su superficie. En el caso de la Tierra aparece en los cuerpos que están en movimiento en su superficie como consecuencia de la Rotación, siendo la tendencia de giro según el hemisferio que consideremos. La fuerza de Coriolis es realmente la suma de dos fuerzas: una componente tangencial y una componente radial, siendo siempre perpendicular a la dirección del eje de rotación del sistema.
5.  BIOCENOSIS: Llamada también la comunidad biótica, es el conjunto de los organismos vivos y sus especies, y el espacio ambiental que genera su supervivencia.


TRASLACIÓN
Es la órbita que realiza la Tierra alrededor del Sol, recorriendo en su desplazamiento un perímetro de 930 millones de kms.. Es una órbita “ligeramente” elíptica a una velocidad media de 29,8 kms/seg., que tiene su afelio[6] en los 152.098.232 kms. [a 28,76 kms/seg.] o distancia más lejana al Sol, y su perihelio[6] [a 30,75 kms/seg.] o más cercana en los 145.098.290 kms..


La Traslación de la Tierra es pues el movimiento elíptico de gran excentricidad que ejecuta nuestro planeta alrededor del Sol en 365 días, 6 horas. 9 minutos y 9,7633 segundos, al que se denomina como Año Sidéreo. 
Pero esta órbita elíptica "no es siempre" regular. Es decir su Perihelio y su Afelio varían a lo largo de los años, como ocurre con los otros movimientos que realiza la Tierra. Veremos más adelante el de Precesión, Nutación y el Bamboleo de Chadler, todos los cuáles inciden de manera importante sobre el Cambio Climático de la Tierra.
Es decir, su Perihelio y su Afelio varían a lo largo de los años, y tampoco "son iguales" sus velocidades máximas, que oscilan entre los 30,3 km/s (30300 metros/segundo) en el Perihelio de 152.098.232 km, y los 29,3 km/s (29300 metros/segundo) en el Afelio, menor distancia cifrada en los 147.098,290 km.

Si comparamos estas velocidades de desplazamiento de su Traslación, con las del movimiento de Rotación (sólo de 463,82 metros/segundo), podemos observar su gran diferencia y denotar la gran importancia que tienen estos DOS movimientos. Más aún, si observamos su implicación en la sucesión de las estaciones (dada la inclinación del eje terrestre), y la inclinación axial de los rayos solares según el momento del año. 

Pero esta órbita casi circular tampoco nos debe de confundir, porque los científicos han podido verificar que dicha órbita varía en su desplazamiento alrededor del Sol a lo largo de miles de años, desde órbitas casi circulares, a mucho más elípticas y con una gran excentricidad en ciclos de unos 100.000 años, con afelios mucho más lejanos y perihelios mucho más cercanos, y que tienen una “importantísima” incidencia sobre los cambios climáticos terrestres, sobre todo cuando “sus efectos se unen” a los producidos por los otros movimientos que realiza el planeta.

Existen dos denominaciones para definir este movimiento de la Tierra:
Año sidéreo: que es el tiempo que tarda la Tierra en pasar por un mismo punto de su propia órbita, para cuya medición se toma como referencia a las estrellas.
Es la medida más exacta de un año, siendo la utilizada por los astrónomos.
Su duración es de 366,256436918716 días sidéreos, equivalentes a 365,256363 días solares medios, es decir: 365 días, 6 horas, 9 minutos y 10 segundos.
Año solar o tropical: se denomina así al tiempo que es preciso para completar una vuelta de 360º alrededor del Sol. Su duración es de 365,242189 días del tiempo solar medio o: 365 días, 5 horas, 48 minutos y 57 segundos.

La inclinación del eje de la Tierra en su movimiento de Rotación unida al movimiento de Traslación, como hemos visto son el origen de las estaciones climáticas del planeta, produciendo períodos de varios meses de luz y oscuridad continuadas en los polos geográficos, y son además la causa esencial de la incidencia de la radiación solar sobre la superficie terrestre.
Los cambios de inclinación del eje del planeta sobre el plano de la Eclíptica[1] que pueden variar entre los 22º y los 25º afectan a la climatología terrestre y como se ha podido verificar también a los cambios climáticos en el planeta. Es de lógica que una mayor o menor inclinación del eje de la Tierra en su Rotación, presenta ante el Sol una banda de insolación de la superficie terrestre diferente.

Realmente el movimiento Rotación más el de Traslación, hacen comportarse a la Tierra como un objeto tridimensional rígido en el espacio, sometido a la cinemática del sólido rígido[7] y denominado como movimiento de “rototraslación”, que por complejo que parezca se reduce a la superposición de dos movimientos básicos: uno de traslación y otro de rotación. Esto sería así de sencillo si no fuera porque este sólido es el planeta Tierra, y que a su vez se encuentra afectado por otros movimientos y por acciones externas e internas que pueden reconfigurar la biocenosis[1] del planeta.


PRECESIÓN,
o la precesión de los equinoccios, su descubrimiento se le atribuye a Hiparco de Nicea que fue el primero en establecer  entre el 147 al 127 a.C., el valor de dicho movimiento de la Tierra con una aproximación extraordinaria para su época.
El movimiento de Precesión es el movimiento que se encuentra asociado con el cambio de dirección en el espacio, que experimenta el eje instantáneo de rotación [CIR] de un cuerpo que gira formando un ángulo y al moverse dicho eje genera una superficie cónica o cono de revolución en torno al eje perpendicular [o eje de la Precesión] al punto sobre el que gira [véase imagen].

Su ejemplo lo tenemos en el movimiento que realiza una peonza o trompo, al rotar cuando su eje se encuentra inclinado. Si observamos, el trompo posee un movimiento de cabeceo que es similar a la Precesión. Este movimiento de Precesión aparece cuando un cuerpo gira alrededor de un eje en un ángulo que no es ni el máximo, ni el mínimo momento de inercia, y puede estar acompañado de otros movimientos propios de los cuerpos en rotación, como es el de Nutación

Si observamos [véase imagen] el eje que establece el polo de la eclíptica [eje perpendicular al plano de la eclíptica], el movimiento de Precesión es la lenta y gradual orientación que va adoptando el eje inclinado de la Tierra, en su giro en torno al eje-polo de la eclíptica, trazando como vemos en su lento movimiento [contrariamente a lo que ocurre en el movimiento del trompo], un cono invertido cuya circunferencia en torno a este polo tarda en completarse 25.776 años, período al que se conoce como año platónico.
En la imagen se define claramente como en torno al eje inclinado de la Tierra se produce la Rotación terrestre de 24 horas, mientras este mismo eje se sigue desplazando lenta e inclinadamente [su giro completo son 25.776 años] en torno al eje de la Eclíptica[1], formando en su desplazamiento un “cono invertido” cuyo centro se encuentra en el centro de la Tierra.
Se produce por lo tanto a lo largo de esos 25.776 años, un cambio de dirección muy lento del eje de rotación terrestre sobre el plano de la Eclíptica[1], que provoca variaciones posicionales del plano del ecuador y un cambio en nuestra orientación hacia las estrellas, que algunos autores han tasado en 1 día cada 70,6 años.


NUTACIÓN
Es un movimiento de cabeceo [véase imagen] que se produce en el eje de rotación terrestre, cuyo nombre del latín “nutare” que significa cabecear o oscilar, es lo que mejor define el movimiento. El movimiento de Nutación de la Tierra fue descubierto en 1728 por el astrónomo inglés James Bradley.
La Nutación es pues una oscilación permanente del eje de rotación, podríamos decir que el eje no se desplaza [movimiento de Precesión] de manera uniforme, sino que en dicho desplazamiento “cabecea” generando el movimiento de Nutación, que es debido a las fuerzas gravitatorias externas entre la Luna y el Sol con la Tierra.
En el caso de nuestro planeta la Nutación se superpone con el movimiento de Precesión en su oscilación y al balanceo de la oblicuidad de la  eclíptica.

La Nutación hace que el eje de Rotación de la Tierra oscile cada 18,6 años a “cada lado” hasta los 9 segundos de arco del valor medio de la oblicuidad media de la eclíptica estimada en 0.47" por año, lo que se refleja en los trópicos y círculos polares medios un desplazamiento de unos 14,4 metros. Sin embargo en años de máxima diferencia, la Nutación modifica esta oblicuidad en poco más de 3" a 3,5"  de un año a otro, lo que en la Tierra puede representar una diferencia posicional de hasta 110 m.

Se ha verificado y establecido en ciclos de 18,6 años, las diferencias de ubicación entre trópicos y círculos polares “medios”, que puede alcanzar hasta los 300 metros, y en la ubicación de los trópicos y círculos polares “verdaderos” puede superar los 700 metros de distancia en el plazo de 10 años, período máximo de alejamiento para que vuelva a comenzar el ciclo.
1.  AFELIO y PERIHELIO: Afelio es el punto “más distante” del Sol en la órbita de un planeta o cualquier otro objeto astronómico. Por el contrario perihelio es el punto “más próximo” al Sol. Ambos puntos reciben el nombre de puntos absidales.
2.  CINEMÁTICA DEL SÓLIDO RÍGIDO: es la aplicación de la Cinemática al movimiento de un objeto tridimensional en el “espacio”. El movimiento más general de un sólido rígido se considera como la superposición de dos tipos de movimiento básicos del cuerpo: el de Traslación y el de Rotación.
3.  PLACA TECTÓNICA o LITOSFÉRICA: es un fragmento de Litosfera que se mueve como un bloque “relativamente” rígido sobre la Astenosfera. La teoría sobre la Tectónica de Placas explica la estructura y la zona dinámica superior de la superficie terrestre, describiendo su movimiento, direcciones e interacciones. Son de dos tipos: las placas litosféricas de la corteza oceánica y las de la corteza continental. Hay también placas mixtas que se encuentran cubiertas o “montadas” por una placa de la corteza continental y así mismo y en parte por corteza oceánica. Existen en la actualidad 15 placas tectónicas principales y 42 placas secundarias. Los límites entre placas son de tres tipos: Divergentes [se separan], que corresponden esencialmente a la corteza oceánica; Convergentes [chocan entre sí], y generan bien fenómenos de subducción o bien de colisión y  de Fricción, cuando se desplazan “lateralmente” generando grandes terremotos.
4.  FORZAMIENTO RADIATIVO: su definición exacta es: la variación expresada en W m–2, del flujo radiativo en la tropopausa o parte superior de la atmósfera debida a una variación del causante externo del cambio climático. Es el término con el que se denomina la perturbación externa que se suma al balance radiativo del sistema climático de la Tierra, que puede conducir a cambios en los parámetros climáticos. Puede deberse a cambios de la radiación solar incidente o a diferentes cantidades de gases radiativos. El forzamiento puede ser “positivo”, que tiende a calentar el sistema por recibir más energía que la emitida por el planeta, o puede ser “negativo” por recibir menos energía que la emitida. Este término ha sido acuñado por el Grupo Intergubernamental de Expertos por el Cambio Climático [IPCC] en 1988.


El bamboleo de Chadler
Es otro movimiento asociado al eje de la Tierra, una pequeña variación descubierta por el astrónomo norteamericano Seth Carlo Chadler en 1891.
Es un pequeño movimiento oscilatorio de los polos de la Tierra, que se mueve describiendo sobre la superficie terrestre una circunferencia irregular, con diámetros  que oscilan entre los 3 y los 15 metros, lo que supone una variación de 0,7 segundos de arco en un período de 433 días.
Realmente supone un movimiento añadido de dimensiones mayores al de la Precesión de los equinoccios y que necesita para completarse unos 26.000 años [véase imagen]. Desde el descubrimiento del diámetro del bamboleo de Chadler, se sabe que su máxima amplitud registrada se produjo en 1910.
Su origen es desconocido, aunque se ha considerado como el producto de las actividades de las placas tectónicas[8]; la presión fluctuante del fondo oceánico originada por los cambios de temperatura y el grado de salinidad; las corrientes oceánicas, incluyendo terremotos, vulcanismo, fenómenos climáticos como el Niño, e incluso el resultado del calentamiento global, pero no existen datos en la actualidad que lo acrediten.

El 18 de julio del 2000 el Jet Propulsión Laboratory de la NASA anunció que “la causa principal del bamboleo de Chadler es la presión fluctuante del fondo oceánico, originada por los cambios en la temperatura y la salinidad, y por los cambios en la dirección de las corrientes oceánicas”.
El bamboleo de Chadler es un factor que se ha tenido que tener en cuenta en los sistemas de navegación por satélite, por las variaciones posicionales que genera.

 


Las variaciones orbitales o ciclos de Milankovitch
Se consideran como una de las principales causas generadas por los períodos glaciales.
El astrónomo, matemático y geofísico serbio Milutin Milankovitch formuló teorías relativas a los movimientos de la Tierra y su influencia sobre los cambios climáticos  a lo largo de la historia de la Tierra.
Establece Milankovitch que las “variaciones orbitales” son las causantes de los períodos glaciales e interglaciares, más evidentes en la última y actual época geológica del Cuaternario que se inició hace 20.000 años. Argumenta que las variaciones producidas en la radiación solar, no han debido suponer alteraciones cuantitativamente suficientes como para poder cambiar el clima del planeta, pero contrariamente los cambios que se producen en los movimientos y en la órbita terrestre, si pueden ser “la causa” de estos cambios climáticos.

Su teoría establece que la Tierra gira alrededor de la Tierra influida por tres parámetros básicos que “modifican” tanto los movimientos de Traslación como los de Rotación terrestres, siendo estos:
Excentricidad de la órbita de Traslación: que varía sus valores extremos cada 100.000 años, suponiendo la radiación solar entre el 1% y el 11% entre su afelio[6]  y su perihelio[6]. La “componente mayor de estas variaciones” ocurre en un período de 413.000 años, existiendo también “ciclos” de entre 95.000 y 136.000 años, siendo el ciclo mas repetido y conocido de los ≈100.00 años. En la actualidad la radiación que nos llega supone un aumento en el entorno del 6´8% en la radiación solar entrante.
Cálculo de la velocidad en un punto de una órbita elíptica
Las denominaciones de afelio y perihelio se han establecido al hablar de la Tierra o cualquier otro planeta del sistema solar cuyo astro es el Sol = Helios. En el caso de un cuerpo de mayor masa o “astro” que es el “primario” en torno al cual gira otro cuerpo  de inferior masa o “secundario”, el punto de su órbita elíptica donde la distancia es mínima entre los dos se denomina como Periastro o Periapsis, y aquél en que la distancia a la órbita es más lejana como Apoastro o Apoapsis.
En base a la segunda ley de Kepler podemos calcular su velocidad de traslación, que no es la misma en todos los puntos de su órbita, asi:
Si es:  a = distancia media; y e = excentricidad, tenemos :
q = a[1 – e] , siendo
q = Periastro o punto de la órbita a la distancia mínima del primario

Su Vp = Velocidad de traslación es máxima en su  Periastro o Periapsis, y se puede calcular sabiendo que:
a = semieje mayor de la órbita ; M = la masa del cuerpo “primario”; y G = constante de gravitación universal, mediante la fórmula :
Vp = G.M/a x [1+e] / [1– e]

 Inclinación axial de la órbita: la inclinación de la órbita terrestre tiene un ciclo de ≈100.00 años respecto al plano fijo, muy parecido al período de excentricidad también de ≈100.00 años. Como se ha citado el cambio del eje terrestre respecto al polo de la Eclíptica[1] oscila entre el 22,1º y los 24,5º cada 41.000 años, que aunque no modifica la cantidad radiación del Sol que recibe el planeta, si varía la distribución de insolación sobre la superficie afectada.

Cuando la inclinación aumenta acercándose a los 24,5º, los inviernos son más fríos y los veranos más calurosos. Cuando la inclinación se acerca por el contrario al entorno de los 22,1º, los inviernos son más apacibles y los veranos más frescos. En la actualidad, como hemos visto, nos acercamos al límite superior de los 22,5º.

Precesión de los equinoccios: el achatamiento de la esfera terrestre por los polos hace que la Tierra oscile como una peonza, produciéndose por lo tanto a lo largo de un ciclo de 25.776 años, un cambio de dirección muy lento del eje de rotación terrestre sobre el plano de la eclíptica.

Estos ciclos, unidos a los forzamientos radiativos[9] positivos superficie-troposfera impuestos por factores externos, tienden a calentar el sistema, como consecuencia de acumular más energía recibida que la emitida.

En resumen la combinación de todos estos factores se “suman”, según estudios realizados, desencadenando cada ≈100.000 años un período glacial en el planeta, de mayor duración que los intervalos interglaciales. Pensemos además, que la citada inclinación del eje de la Tierra, actualmente de 23º26´14´´, sigue disminuyendo y cuanto menor sea, menor es la insolación en el hemisferio norte terrestre y mayor en el hemisferio sur.

Todo lo que conocemos lleva a una CONCLUSIÓN: que existe un “cambio climático” permanente en el planeta desde que la Tierra se formó hace 4.470 mill.años, “entre otras cosas”, determinado  por los movimientos del mismo.
La Tierra es un sistema vivo que se mueve en el espacio y que se encuentra sujeto a múltiples variables, que de una forma que “no conocemos”, repite ciclos climáticos, ciclos de generación de vida y también ciclos donde ésta se “extingue”, como más adelante veremos.
El ser humano nunca controlará la Tierra, pero ésta SI ESTABLECE DÍA A DÍA NUESTRO DESTINO.
 Seguirá en la 7@ PARTE, Etiqueta 102